LA DISCRIMINACION Y LA XENOFOBIA SUBYACENTES

La "corrección" en el idioma y la cuestión social

En el marco de dicho evento, la licenciada en Sociolinguística, Graciela Barrios, se extendió sobre las sutiles discriminaciones efectuadas por la autoridad del gobierno de facto, donde las poblaciones de frontera y los pobres, fueron los más perjudicados.

Los antecedentes relacionados con los derechos lingüísticos se remontan a la declaración de los Derechos Humanos del año1948. Dicha declaración llevó a un replanteamiento de la temática desde dentro mismo de la sociolinguística. Recurrentemente comenzó a surgir la cuestión de dónde posicionar los derechos lingüísticos, con respecto a los derechos humanos. Exponer, si los lingüísticos, tenían cabida dentro de un tipo particular de derecho vinculado a la identidad y las tradiciones culturales de los hombres.

Desde entonces, la discusión se ha dado de manera sistemática, y ha pasado por distintas instancias. Una de las más importantes fue la concreción de los derechos lingüísticos, surgida en el año 1993, en Barcelona, dicha declaración contempla algunos antecedentes que existen sobre todo, en el marco de la Unión Europea, de protección de las minorías culturales y lingüísticas.

Cuando se habla acerca de la violación de los derechos lingüísticos, se entiende con ello, la prohibición de usar la propia lengua a las minorías etnolingüísticas, la prohibición de que sean educados en esa lengua y de que sea usada en todos los contextos, ya sea en los más informales o en los formales; como ser la educación, los juicios, la publicidad o los medios de comunicación masiva, entre otros.

La lucha por el reconocimiento de los derechos lingüísticos se ha manifestado de diversa manera en los distintos continentes.

 

Consecuencias ocultas del desexilio

Aterrizando esta lucha a qué pasó durante el período de facto con referencia a lo mencionado, cabe destacar la realización de dos investigaciones relacionadas con lo ocurrido desde el punto de vista sociolinguístico durante la dictadura militar. En ambas participó la licenciada en sociolinguística Graciela Barrios quien explicó durante su ponencia en el seminario las particularidades de dichos análisis.

Una investigación fue llevada a cabo en la posdictadura con los uruguayos desexiliados. «Trabajamos con compatriotas provenientes de dos países de habla hispana: Venezuela y México; y con los provenientes de dos países de lengua extranjera: Suecia y Francia.

Fue un trabajo realizado con los padres y los hijos, o sea con los uruguayos desexiliados y sus hijos, muchas veces nacidos en el exterior. Eso nos llevó a un estudio donde se vieron las consecuencias que el exilio tuvo en el mantenimiento, o no, de la lengua propia de los uruguayos; y en qué medida se produjeron conflictos, desfasajes desplazamientos de lenguas».

El otro tipo de investigación que fue llevada a cabo, y sobre la cual aún se está trabajando tiene que ver con la represión que se dio durante la dictadura, hacia las minorías lingüísticas. Es un hecho que el tema de los prejuicios lingüísticos, de los estereotipos y del concepto de identidad nacional, basado en la posición de una misma lengua, no es algo exclusivo de los gobiernos militares. Esto es algo que ha pasado a lo largo de distintos gobiernos. Es un tipo de ideología que hemos heredado desde la creación de los estados nacionales, que tiene como punto de referencia, como bandera, el hecho de que los Estados se consolidan, arman su identidad en torno a una lengua. La consigna -Un Estado una lengua- ha atravesado distintos tipos de gobiernos.

Sin embargo, sí es un hecho que en los periodos de dictadura se usan esas consignas de tipo nacionalista, acentuando el carácter xenófobo a través de determinadas expresiones, de modo que se da solapadamente un tipo de persecución a los grupos más desprotejidos que normalmente pasa desapercibida en tanto no toma los ribetes dramáticos que adquirieron sí, durante ese periodo otras violaciones de los derechos humanos. No por eso las consecuencias son menores desde le punto de vista identitario. Se empieza un proceso de represión de las minorías lingüísticas, a saber las poblaciones lusohablantes de frontera, toda la zona de Rivera, Artigas, Cerro Largo. Las poblaciones migratorias, que en ese entonces eran vitales en los procesos lingüísticos. Otro tipo de discriminación que surge a partir de la concepción de esta consigna, que implica un Estado y una lengua bien hablada, es la discriminación contra todas las poblaciones marginales, los pobres, los que no acceden a la educación formal completa.

 

Testimonios de la prensa

En una extensa recopilación de textos de prensa tomados de distintos medios, los investigadores que trabajaron en estos análisis de violaciones a los derechos lingüísticos, buscaron recabar titulares que fueran testimonio de la manipulación que se hizo sobre la población con el objetivo de que todos los uruguayos tuvieran presente que había una determinada autoridad, y que había que respetarla.

Así como al lenguaje se le adjudicaba el rol de control sobre qué cosas se debían decir y cómo decirlas correctamente, concomitantemente se acentuaba en un tipo de referente autoritario que se extendía a cualquier otra actuación que realizasen los ciudadanos. «Ejemplo de eso son algunos titulares mencionados en el diario El País, que datan del año 1983: El gobierno de la República consideró necesario evitar la penetración del Portugués en defensa de nuestra soberanía, idioma y estilo de vida», agregó Barrios.

Este tipo de manifestaciones pueden pasar ingenuamente desapercibidas a muchos de nosotros que estamos acostumbrados a este tipo de discursos. Sin embargo no es casual, mencionó la expositora, que las únicas campañas en defensa del idioma conocidas en nuestro país, se instrumentaron durante la dictadura militar. Una se llamó «Lucha contra el portugués», la otra, sobre todo de corrección idiomática se denominó: «Hablemos correctamente nuestro idioma».

«La campaña de lucha contra el portugués, llevó a que en todas las escuelas de la zona fronteriza se produjera la más exacerbada lucha contra las comunidades que, originariamente, son pobladoras de todo el norte del país, y que son ajenas históricamente al hecho de que en determinado momento se hayan puesto las fronteras en un lugar donde de hecho la población era lusohablante.

 

La pureza idiomática

La campaña de la pureza idiomática es la más sutil de todas, y en la que en principio quizás, cueste más ver el alcance que tiene en relación al tema de la discriminación desde el punto de vista lingüístico. Porque se proponía como modelos de nacionalidad que todos habláramos solamente español, pero eso ya venía desde la época de Varela, pero además se agrega que se debe hablar español correctamente, y que sólo quienes cumplan con esos requisitos de hablar español y de hablarlo correctamente, van a ser buenos orientales.

Ese tipo de discurso: para ser un buen oriental hay que hablar español, y para elevar el espíritu hay que hablarlo correctamente; son juicios indirectos que se dan cuestionando y censurando uno de los aspectos de la identidad social de la persona, que es el lenguaje. Y como todos hablamos según nuestras características sociales, es obvio que si decimos: «qué mal que hablan los jóvenes, qué mal que habla ese senador, qué mal que hablan los marginados», estamos indirectamente violentándolos. En el hecho de cuestionar esa forma de hablar se está encubriendo peligrosamente un tipo de discriminación social, que si se manifestara de manera directa sería mucho más peligrosa».

Es de destacar entonces que durante la dictadura subyació un tipo de ideología (detrás de todas estas campañas idiomáticas), basadas en el hecho de que en el lenguaje, así como en otros aspectos de la vida, hay formas correctas e incorrectas de actuar. En donde se impuso que para ser un buen uruguayo hay que seguir determinados parámetros de corrección. Y quienes indicaban los parámetros de corrección (idiomática, en este caso) era la autoridad militar del momento.

«Esto es una muestra de cómo en determinados periodos, se manifestaron formas indirectas de discriminación, y se complementa de alguna manera, con otras violaciones, muchísimo más graves, a los derechos humanos que trajeron consecuencias que hasta el día de hoy se sienten en nuestra sociedad. Estas investigaciones y luces sobre lo sucedido en la dictadura viene a alertarnos de que esas cosas no ocurren solamente en periodos de facto, y que las actitudes discriminatorias y los prejuicios siguen de alguna manera u otra subyaciendo, y que hay que estar atento de no caer nosotros mismos en ese juego perverso de discursos discriminatorios». *

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