LA USINA NO ARRANCO Y LOS MILITARES DECIDIERON SIMULAR LA GENERACION DE ENERGIA

Inauguración de la Central Hidroeléctrica de Palmar: ícono del fraude en los 80

En 1981 ordenaron rápidamente que se organizara un operativo especial que simulara que los generadores de energía en la Represa Hidroeléctrica de Palmar funcionaban, más especificamente que la Usina Nº 1 estaba en perfectas condiciones para dar inicio a la primera fase del proyecto.

Como en una puesta en escena se preparó todo lo necesario para componer la obra. El primer acto se abrió con el discurso de Gregorio Alvarez, y finalizó casi un año después, cuando las usinas de la central efectivamente comenzaron a generar energía eléctrica. Pero a los ojos del pueblo uruguayo este engaño nunca existió.

Antecedentes

Una serie de investigaciones realizadas en el país después de 1900 arrojaron datos que indicaban lo factible de la utilización de los ríos Negro, Uruguay y Queguay para la generación de energía eléctrica. El gran caudal de los ríos, la solidez del suelo para soportar el peso del agua embalsada, la suficiente impermeabilidad para impedir que el agua se filtre a través de la roca, fueron factores determinantes a la hora de la investigación.

En 1928, con la intervención del doctor Gabriel Terra, en ese entonces miembro del Consejo Nacional de Administración, se aprobó una ley que creó la Comisión Nacional de Estudios Hidráulicos. El aprovechamiento total del Río Negro está integrado hoy día, por tres saltos hidráulicos artificiales: la presa y central hidroeléctrica «Dr. Gabriel Terra», «Rincón de Baygorria» y «Constitución», también denominada de Palmar.

La central hidroeléctrica «Dr. Gabriel Terra», se ubica entre los departamentos de Durazno y Tacuarembó, en el paraje denominado Rincón del Bonete a 394 km de la desembocadura del Río Negro y entró en servicio entre los años 1945 y 1948. La construcción de esta central comenzó en 1938 bajo un contrato con un consorcio alemán (Consal), el cual, a consecuencia de la segunda guerra mundial, cesó sus obras en mayo de 1942. La construcción continuó su desarrollo con personal de la empresa Rione y equipamiento electromecánico suministrado por fabricantes norteamericanos. La represa hidroeléctrica «Constitución», se encuentra entre los departamentos de Soriano y Río Negro, en el paraje denominado Paso del Palmar, a 157 km de la desembocadura del Río Negro.

Rompecabezas para armar la historia

«La represa es el esfuerzo del gobierno uruguayo para resolver los problemas de su país». Así se anunciaba en la prensa los comienzos de las obras de la última terminal hidroeléctrica construida en Uruguay. Así se resumía el carácter perverso de un período oscuro de nuestra historia. Así se ejemplifica el fraude, el ocultamiento.

Muchos uruguayos eran perseguidos, otros torturados, presos, otros debían irse del país, exiliarse.

Así sucedió con quien nos contó esta parte escondida de nuestra historia nacional, un ciudadano que, obligado por las trágicas circunstancias partió hacia el exterior. Las vueltas de la vida o las eventualidades, eso depende, lo llevaron a trabajar en la empresa francesa que suministraba equipos electro e hidromecánicos a las represas en construcción de Latinoamérica, y desde allí participó activamente en el proceso de construcción de Palmar. Nelson Salle retornó hace pocos años y ahora narra sus memorias, para armar con fragmentos de historia, lo que se nos ha vedado.

En el año 1962 la firma de ingenieros consultores, Sofrelec, de París, comenzó los estudios que concebían un primer proyecto para Palmar. El mismo se detuvo por un par de años, y recibió un nuevo impulso en 1973 cuando el gobierno uruguayo creo la Comisión Mixta del Palmar (Comipal), a la que se le encomendó la implantación y administración del proyecto.

Un Decreto del Ejecutivo emitido el 15 de mayo de 1973 declaraba de interés nacional la construcción de la represa, considerándola como «una necesidad para superar el déficit en la producción de energía eléctrica que padecía la República».

En el 76 se abrió la licitación para la construcción. El financiamiento principal fue otorgado por el Banco do Brasil, como resultado del «Tratado de amistad, cooperación y comercio» firmado entre Uruguay y el país norteño. A este préstamo, se sumaban los capitales franceses que aportaron un financiamiento del 85%.

La empresa constructora Mendes Junior SA, de origen brasileño se encargaría de las obras civiles, subestaciones de transmisión de 500KV, transporte, montaje, etc. En lo que respecta a la parte eléctrica la empresa francesa Alsthom fue la que proporcionó los equipos eléctricos, los alternadores, y la infraestructura necesaria para poner en marcha la represa.

«Después de la construcción de la obra Palmar o en la tentativa de construirla no había recursos hasta que llegan los militares. Se crea así Comipal que va a estar bajo el control de los militares en el poder. Los antecedentes de esta nueva central se refieren a las experiencias acumuladas por los ingenieros nacionales en las construcciones de las represas de Rincón del Bonete y Baygorria. Contando también con la participación de la Facultad de Ingeniería y del Instituto de Hidráulica, bajo la dirección del profesor Nelson Maggiolo. Entre esos trabajos la búsqueda de un suelo adecuado lleva a la selección del emplazamiento donde termina el basalto y comienza la arenisca, lo que reduce considerablemente los costos de excavación. Toda la zona del valle del Río Negro en lo que hace a la parte construida tanto en Bonete como en Baygorria se encontraron con basalto, una piedra difícil de trabajar, complicada. Se había pensado en dos centrales, al final se prefirió una en un punto intermedio y nace la idea de Palmar. Algún distraído dijo: ¡qué ejemplo dan los militares. Salto Grande construida en asociación con Argentina y Palmar con el Brasil!», comentó Salle.

«Ciclópeas dimensiones»

«Con sus 3 poderosos turboalternadores, Palmar ya pertenece a la realidad de un presente cada vez más auspicioso. En su espectacular estructura de ciclópeas dimensiones se alza orgullosa, como una respuesta concreta al desafío que los uruguayos recogimos y aceptamos». De este modo en un aviso a página doble publicado en el diario El País, la Central Hidroeléctrica de Palmar anunciaba su próxima inauguración.

A mediados de 1981 ya estaban finalizada la totalidad de las obras civiles de la central, encontrándose en ejecución las diversas terminaciones como ser, tabiques, pisos y revestimientos.

El montaje de las turbinas y generadores, así como de equipos auxiliares estaba regido por un estricto cronograma. Según las fechas establecidas de antemano, la primera Usina comenzaría a generar energía el 22 de diciembre de 1981, y en abril del próximo año arrancaría la segunda. La represa estaría funcionando a pleno para el mes de agosto de 1982, cuando se pusiera en marcha la Usina 3. Un ejemplar especial anunciaba «posteriormente al arranque de la Usina 1, serán definidos detalles de las obras civiles y se terminará el montaje de los equipos de generación 2 y 3″.

Actualmente en la información que maneja UTE (a través de su página web) acerca de la historia de las distintas represas hidroeléctricas de Uruguay, se menciona como fecha de inicio de generación energética en la Represa del Palmar las correspondientes al año 1982, pero se anuló de la memoria lo que sucedió la tarde del 22 de diciembre en Soriano, como se intentan anular tantos otros episodios pasados. La puesta en servicio de la Unidad 1 fue el 21 de octubre de 1982, la Unidad 2, el 27 de agosto, mientras que la tercera y última Usina en arrancar se encendió el 19 de noviembre del mismo
año, describe la información del mencionado Ente.

¿Que pasó con la Usina 1?

Publicitaba Mendes Junior SA: «Palmar entró en la historia del Uruguay. Comienza una nueva era. El país gana energía suficiente para mover su desarrollo. Hoy, mañana y más allá del 2000″.

La inauguración estaba prevista para el 22 de diciembre de 1981, eso implicaba que se diera arranque a las turbinas en la Usina 1, y de ese modo comenzar con la generación de energía eléctrica desde Palmar. «Días antes sucedía la preparación de la simulación para establecer que todo estuviera funcionando a la perfección. Ocurrió entonces que al momento de arrancar se produce un desperfecto muy importante. El cojinete de empuje, elemento esencial, que soporta el peso del alternador, no funcionó. Se abrió el vertedero y la máquina no generó la energía eléctrica que debería encender los paneles allí instalados. Este desperfecto significaba un verdadero caos, el arranque de la represa no coincidiría con el cronograma previsto, la máquina efectivamente daría arranque real, varios meses después», dijo Salle.

«La estructura se desarmó, surgió un descontrol dentro de las autoridades, una gran decepción:

 ¿Y con el cronograma qué hacemos?, el cronograma hay que respetarlo, dijeron unos. A lo que otros respondieron:

 Entonces vamos a hacer la fiesta de la máquina que no arrancó. De la represa que no funciona y de la que haremos creer modelo de construcción hidroeléctrica de nuestro gobierno».

Se continuó entonces con lo previsto, una gran puesta en escena comenzó a organizarse. De a poco cada uno de los actores se preparaba para la llegada del público: el pueblo y sus representantes de facto, los militares.

En la segunda página del diario La Mañana, se titulaba «El Presidente Alvarez hoy, inaugura la Represa de Palmar», agregando que el aporte, en lo que respecta a generación de energía, representará para «el sistema hidrotérmico nacional, un incremento del 35% de las potencias máximas disponibles por UTE».

Simulacro de encendido

Los medios anunciaban el acontecimiento, toda la pompa y la gala se reunían allí, «El presidente Alvarez habla hoy por cadena de Radio y TV. El Primer Mandatario habrá de presidir la ceremonia inaugural que se cumple en horas de la tarde, y luego de la misma dirige un mensaje por cadena de radio y televisión a todo el país», narraba el diario El País.

Pero se sabía desde dentro, que la Usina 1 de hecho no estaba generando energía, lo haría tiempo después cuando se inauguraran las restantes dos, previstas sí para las fechas en las que se las encendió. «Se había exigido a personal capacitado de la empresa Alsthom, que hicieran un puente eléctrico en el tablero central, para que de tal manera cuando llegase el señor presidente y apretara el botón, apareciera la indicación luminosa informando: Usina 1 en servicio. Parecería que todo estaba andando perfectamente. Esta es una de las payasadas más grandes que recuerda la historia de Uruguay, y se la debemos a los militares, que sumaron otra gota a un vaso más que desbordado, se atrevieron a hacer público un arranque fraudulento», comentó el ingeniero que desde Francia trabajaba para Palmar en esa fecha.

La memorias de mantenimiento de la estación y la subestación de la Represa de Palmar, están redactadas y escritas de puño y letra por Nelson Salle, y fueron enviadas por él mismo desde Francia.

Entonces, ¿dónde están las narraciones que cuentan sobre este fraude?

Están acá, en la historia de vida de este ingeniero. Y en la de los viejos habitantes del pueblo montado al lado de Palmar, antiguos trabajadores del lugar que debieron guardar el secreto, «se registra en la vida de aquellos que trabajaron ahí y de los cuales ninguno se negó a que se realizara esta fantochada. Pero este no es tiempo de reproches, es tiempo de acción y de profundos cambios», casi susurró Salle.

El gobierno central en las manos de Gregorio Alvarez y los ejecutores del proyecto estaban preocupados por la credibilidad ante la opinión pública, preocupación vana si la hay, dados los innumerables atropellos que desde hacía ya casi una década venían cometiendo contra el pueblo uruguayo.

«Yo fui exiliado político, perseguido por cielo y tierra por el gobierno de facto, había orden de matarme, y entonces me fui a Buenos Aires, de allí viajé a Francia y comencé a trabajar para una empresa con 180.000 empleados, que trabajaba en ese momento en forma sostenida para muchos emprendimientos que se desarrollaban en Latinoamérica. Comencé a trabajar en el control y mantenimiento de las represas, al manejar el español, podía escribir los informes, era clave para esa tarea, y mientras estaba allí, comenzó la construcción de Palmar. Esa empresa era Alsthom. Una gran moraleja la que me tocó vivir, un triste y gran privilegio a la vez, estar exiliado y trabajando desde Europa con los problemas que sufría América Latina, ser espectador y poder denunciarlo».

 ¿Por qué ahora, 23 años después?

«Los hechos hablarán por sí solos. Yo intenté hacerlo antes, lo presenté ante el actual Parlamento, cuando regresé hace ya casi 4 años, pero no pasó nada. La historia hablará por sí sola». *

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje