UNA DE LAS CATEGORIAS MAS COMPETITIVAS DEL CARNAVAL

Las claves del difícil arte de parodiar

Nos encontramos en este 2006, sin ningún lugar a dudas, frente a uno de los mejores Carnavales de la categoría parodistas de los últimos años; fundamentalmente, en lo que hace al nivel y contenido de las parodias, columna vertebral y esencia misma de la categoría. Una expresión carnavalera que ha conocido momentos de singular brillo, y que ha sabido recrear a lo largo de la historia situaciones, personajes y hasta obras literarias, cinematográficas, teatrales u operísticas, con un derroche de ingenio y creatividad tales, que le han otorgado un merecido prestigio y una indudable fama. Veamos qué dice hoy, el Reglamento del Concurso Oficial: «Esta categoría deberá parodiar el argumento de obras, historias de hechos y/o personas de público y notorio conocimiento, en una imitación burlesca, realizada en tono jocoso, pudiendo, en determinados pasajes del espectáculo, tener matices dramáticos, según la propuesta de cada conjunto», agregando más adelante que «para desarrollar su espectáculo cada conjunto de parodistas deberá: cantar, realizar bailes y coreografías, usar vestuario, utilizar maquillaje, hacer una o varias parodias dentro del mismo». Se puede leer también que «los cuadros de presentación y despedida serán optativos de cada conjunto y, en caso de realizarse, podrán ser o no parodias». Finalmente, las consideraciones generales: «Los conjuntos deberán contar con un mínimo de quince y un máximo de veinte integrantes y sus actuaciones en el Concurso Oficial tendrán una duración mínima de cincuenta y cinco minutos y una máxima de setenta minutos.»

 

De los «Chocolate» a los Nazarenos

Es claro que la categoría parodistas no surgió de la nada, y sí, como resultado de un proceso en el cual destacados exponentes, no solamente del arte carnavalero, fueron volcando sus aportes a través de un sinnúmero de agrupaciones y conjuntos, entre los cuales las más populares máscaras sueltas, los «conjuntos a la letra», o como parte de cuadros de las troupes, definiendo lenta pero inexorablemente una manera de hacer carnaval por medio del humor tan jocoso como burlesco. He aquí que surge indeleble a pesar del tiempo transcurrido, la figura de Ramón Collazo.

En el Carnaval de 1927 el primer premio de troupes fue compartido entre Un Real al 69 de Salvador Granata y la Oxford, del «Loro» Collazo, lo que volvió a reiterarse en los años 28′ y 29′. Ya para el Carnaval del ’29, Collazo, junto a su amigo inseparable Víctor Soliño, colaboran en Palán-Palán, en la incipiente categoría revistas. Diez años después, para el Carnaval de 1939, con un bagaje y experiencia invalorables, Ramón Collazo crea junto a los hermanos Armando y Domingo Silva, los Parodistas de Chocolate.

La semilla estaba plantada; el «Loro» había creado un quinteto integrado por cinco negros con excelentes registros vocales, que con un pulido ajuste coral y absoluto desparpajo, parodiaban canciones norteamericanas de moda en la época, cantadas además en un inglés muy singular, regado con expresiones localistas que arrancaban la risa del público.

El éxito de «los Chocolate» fue inmediato, obteniendo primeros premios en serie, aún cuando la categoría se oficializa en el año 1944. El maquillaje se inspiraba en Al Jonson el cantor de jazz. La categoría da un gran salto cuando a mediados de los años cincuenta, los Negros Melódicos y Fígaros Armónicos  coincidentemente ambos conjuntos de La Comercial , protagonizan una rivalidad de más de quince años. También los sesenta traerán nuevos aires a la categoría y así, renacen los propios «Negros», de la mano del inquieto e innovador Santín Barbeito.

 

Parodismo no es sinónimo de fastuosidad

En 1970 Los Sandros no solamente obtienen el primer premio –que reiterarán tres años consecutivos–, sino que introducen un estilo diferente que abre el camino para innovaciones posteriores, las que llegarán de la mano del conjunto de «Tucho» Orta, Los Gaby’s, que reeditará la vieja rivalidad de La Comercial entre «Negros» y «Fígaros», con el conjunto creado por «Buby» Benítez, Los Klaper’s. De los cinco conjuntos que están definiendo el pasaje a la Liguilla de la categoría este año, cuatro directores han abrevado en aquellas fuentes: Miguel Villalba, Mario Orta, Horacio Rubino y Ariel Sosa.

A nuestro entender, las claves de la categoría siguen estando en el estilo, en la forma y en el contenido de las parodias, que nada tienen que ver con la fastuosidad o el derroche de recursos ilimitados; sabido es que «lo que natura non da…» Se da la gran paradoja hoy, que si algún turista extranjero o un simple despistado, observara un espectáculo de parodismo en el Teatro de Verano, no podría entender que precisamente las mejores y más enjundiosas escenografías… ¡no puntúen! Contradicciones de nuestro Carnaval, que le dicen. La competitividad este año es muy grande y la categoría sin dudas ha crecido, aunque a veces el parodismo falte a la cita.

En nuestra opinión, Jacquet’s, Momosapiens, Nazarenos y Gurrumines, ofrecen los espectáculos más completos, con propuestas bien estructuradas y montadas. Si nos atenemos a las claves del parodismo, que tendrían que estar en consonancia con la esencia de la categoría, lo de Jacquet’s y Momosapiens es de lo más logrado. De todos modos, la categoría parodistas todavía tiene mucho para decir. *

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