Dinama presentará proyecto para sustentar medidas de adaptación al cambio climático

El tema de los recursos costeros fue el área priorizada para iniciar la ejecución de medidas que le permitirán a Uruguay y la región protegerse de los crecientes cambios climáticos que afectan al planeta. Hablamos de las altas temperaturas, el deshielo, la suba del nivel del mar, el incremento de mosquitos, entre otros cambios. Al sector costero se lo considera «muy vulnerable a los efectos adversos del cambio climático», ya sea en los recursos hídricos o pesqueros. El recurso costero se considera uno de los «principales valores ambientales del país, ya que produce el 78% del Producto Bruto Interno, generado a partir de actividades que se llevan a cabo en dicha zona».

Aunque no se le resta importancia a las siguientes áreas: agropecuaria, biodiversidad, desechos, energía, transporte y salud humana, que fueron abordados al igual que el espacio costero, en el programa general de mitigación y adaptación.

El programa general identificó medidas de mitigación y adaptación en grupos por cada área. Participaron 130 representantes de organizaciones durante un año y medio de trabajo. «Para ello se identificaron las medidas, las consensuamos, las priorizamos y las evaluamos económicamente», manifestó Luis Santos, director de la Unidad de Cambio Climático.

En el taller «buscamos la forma de aplicar las medidas, de ejecutarlas en el sector costero. Para ello se había decidido anteriormente empezar por el sector costero. Con el apoyo del PNUD y del Fondo para el Ambiente Mundial comenzamos la etapa de elaboración de un proyecto piloto de adaptación a la zona costera, que es la acción a la que fundamentalmente se abocará Uruguay por no producir exceso de gases tóxicos.

 

Las medidas costeras

La propuesta consiste en tres medidas: «1) La primera de índole institucional, que es la promoción de la gestión integrada costera. Lo que exige es la participación de todos los actores, tanto públicos como privados, y organismos no gubernamentales y académicos. 2) Establecimiento de un sistema de monitoreo sistemático de la evolución del oleaje y de los perfiles de las playas -cómo evoluciona la altura del nivel del mar-. 3) La actuación directa sobre las zonas costeras degradadas para su restauración. Lo que significa estudiar medidas concretas de conservación y restablecimiento de las zonas impactadas. Como por ejemplo acciones de protección natural de ciertas zonas costeras -plantío de flora-, y evitar los escurrimientos de aguas pluviales que provocan erosión -a través de canales-. Las dunas móviles son una protección contra el fenómeno de la erosión, eso sucedía en Solanas -departamento de Maldonado- y se trasladaron las aguas pluviales», expresó Santos.

Las medidas se aplicarán en un área piloto que aún no se determinó. Luego sí se extenderá a toda la costa. «La ventaja de Uruguay comparativamente en la región -dijo Santos- es que ya tiene un portafolio de medidas consensuadas, priorizadas y evaluadas económicamente».

 

Ejecución con impacto global

«El Fondo para el Medio Ambiente Mundial no sólo exige que haya beneficios locales, sino que haya una contribución a fenómenos globales. Por esta razón se hace especial hincapié en los humedales costeros, debido a que los humedales protegen los distintos ecosistemas de los efectos del cambio climático. Y también hay una especial importancia en el control de las aguas internacionales provocadas por actividades generadas en la costa», detalló Santos.

Para la ejecución del proyecto se acudirá, además del GEF, al apoyo de otros organismos académicos y encargados de la gestión -así como los municipios correspondientes. En el ámbito del ministerio se contará con el grupo de trabajo de integrantes de la Dinama y Dinot, que conjuntamente con los proyectos de Ecoplata, Freplata y Sistema Nacional de Áreas Protegidas se han coordinado esfuerzos para la elaboración de este proyecto, que se presentó ayer. *