En la actualidad existen dos modelos de TV en el mundo, el americano y el inglés

Modelo de televisión

Este «Modelo de televisión» no tiene nada que ver con aquella salsa colombiana de Willie Colon y que se refería a una hermosa mujer que trabajaba en la pantalla chica.

En la actualidad existen dos modelos de televisión en el mundo, el americano y el inglés. El resto, sea TV cable, digital o vía satélite es una variación de la misma plataforma. El sistema americano está dominado por los grandes intereses comerciales y financieros. El inglés, por el mejor ejemplo de lo que es el gran interés benefactor del Estado.

La televisión como se conoce hoy al invento de un inglés llamado John Baird, a mediados de la segunda década del siglo XX. La casa donde el científico proyectó la primera imagen teletransportada está marcada por una placa azul en el barrio de Soho, centro Londres. Poco tiempo más tarde Inglaterra tuvo una incipiente red de televisión por la década del 30 y que fue una de las primeras en el mundo.

El Estado británico entendió enseguida la importancia del medio y la asoció al ya existente conglomerado de radio estatal, la Corporación de Radiodifusión Británica, la famosa BBC, según las siglas en inglés. El sistema de la BBC nunca tuvo publicidad. El servicio se paga a través de un impuesto estatal que hoy es de £11 (US$19) por mes, cobrado a todos aquellos que tengan una TV en su casa.

Promediando la década del 50 y bajo presión privada, el Estado británico abrió licitación para la creación de un canal de tono comercial, la ITV, siguiendo el modelo americano, también creado por la misma época, y que paga sus servicios a través de espacios vendidos a empresas comerciales. Un segundo canal privado, Channel Four, recién se lanzó en 1982.

Tanto el sistema ingleés como el americano están sujetos a presiones, pero de distinta índole. El inglés, privado o estatal, tiene la obligación contractual de impartir cierto número de programas de alto nivel informativo o cultural, además del clásico bulto de entretenimientos. El americano tiene muy pocas exigencias culturales y se caracteriza por una dieta casi sin fin de programas de entretenimiento y publicidad. Sus necesidades son más que nada financieras.

En Latinoamérica la TV por una razón o por otra siguió el modelo americano. Los canales de televisión son una fábrica de impresión de dinero con muy poca responsabilidad social. Su programación cultural, informativa, de temas locales objetivos o de denuncia es prácticamente nula.

En el Reino Unido es justamente lo opuesto: la vida cultural se vería seriamente afectada sin el aporte de la televisión. Cualquier situación de controversia política o social recibe amplia difusión en programas objetivos de discusión y análisis políticos. El partido de gobierno, la oposición y las organizaciones independientes, reciben tiempos y oportunidades de exponer argumentos que enriquecen el diálogo.

En Uruguay, con la creación del Canal 5, se buscó de alguna manera compensar la falta de programación cultural o informativa. Por la escasez de recursos o por poca voluntad política, el Canal 5 fue siempre el pariente pobre de la televisión nacional.

Si bien es muy importante que la TV estatal tenga presencia en el medio local, hay que tener ojo con la TV que se paga a través del Estado. La televisión es un medio que consume impresionantes cantidades de dinero, debido a que la tecnología de producción y transmisión es inmensamente cambiante y cara.

Muy pocas televisoras estatales pueden competir hoy con las privadas y el éxito de la BBC es más que nada un milagro de la administración estatal inglesa, que hasta los tiempos de las privatizaciones de Margaret Thatcher, dominaban la vida económica del país. La BBC y el sistema estatal de salud son los únicos sobrevivientes de aquella época que incluía aviones, energía, trenes, teléfonos y otras industrias.

La BBC es la empresa de televisión más grande del mundo. El gigante británico emplea unos 27.000 trabajadores y consume unos 2,3 billones de libras esterlinas anuales o, en pesos uruguayos, 92 mil millones.

Hoy en ida existe una forma más sencilla para que el Estado democrático se asegure de la imparcialidad y valor informático y cultural de cada televisión nacional. Es a través de legislación democrática, que determina estándares de programación local, tanto sea de entretenimiento como de documentales, seriales e informativos.

La BBC sigue siendo una organización que es la envidia del mundo y un ejemplo de radio difusión objetiva de origen estatal. Los británicos saben eso y es la principal razón por la que el público continúa apoyando el sistema desde su propio bolsillo.

Pero es el elevado control democrático y social de la programación inglesa lo que asegura calidad y objetividad, tanto sea de los sectores privados, como estatales..

Está claro entonces que «Modelo de televisión» no tiene nada que ver con la salsa tropical «Talento de televisión» que decía en su verso «No tiene talento pero es muy buena moza, tiene buen cuerpo y es otra cosa muy poderosa en televisión: tiene un trasero que causa sensación». Pero hasta con la flema inglesa de por medio, siempre hay lugar para una chica bonita en cualquier modelo de TV, incluida la BBC. *

 

(*) Corresponsal en Londres

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