LA COLUMNA GAUCHA PARTIRA DESDE CARDONA

Hoy celebran con una marcha el discutido Abrazo del Monzón entre Lavalleja y Rivera

Como una forma de resaltar los hechos patrios del departamento, la Intendencia de Soriano dio su apoyo a la denominada Marcha del Abrazo del Monzón, que se desarrollará hoy. La columna gaucha saldrá de Cardona hasta el sitio donde se dice que se encontraron Lavalleja y Rivera en 1825. La concentración de los marchantes se realizará a la hora 9.00 para luego recorrer las calles de la ciudad de Cardona y partir rumbo a «La Lata Vieja», donde se realizará un homenaje a los 50 años de esta sociedad tradicionalista. Posteriormente el camino continuará hasta las Mangas de Piedras de Monzón, donde sobre el mediodía se realizará el acto protocolar, con presencia de autoridades departamentales, escuelas rurales de la zona y sociedades nativistas.

 

El Abrazo

El Abrazo del Monzón es uno de los hechos históricos que ha generado controversia en el correr de los años. El 19 de abril de 1825 los patriotas comandados por Juan Antonio Lavalleja desembarcaron en la playa de la Agraciada, iniciando así la gesta emancipadora. Luego de algunas incursiones en la zona, el 28 de mayo de 1825, según una versión difundida durante años, Lavalleja y Rivera se encontraron en un rancho, donde se habría producido el histórico abrazo que selló la unión de estos dos caudillos en la lucha independentista contra las fuerzas brasileñas. Con el correr de los años varios historiadores dieron por tierra esta versión y del tal abrazo sólo quedó el nombre. Según pudo documentarse, en aquel encuentro Lavalleja literalmente le perdonó la vida a Rivera, que no tuvo más remedio que incorporarse a las fuerzas patriotas. El Gral. José Brito del Pino en su «Diario de la Guerra del Brasil», escrito durante esa campaña, expresa: «Se pudo ir (Rivera) al galope y cuando llegó, recién se apercibió de su engaño y de que se hallaba prisionero de los mismos que iba a combatir. Como al verlo todos desnudaron sus espadas, creyó que iba a ser muerto y lleno de terror le dijo a Lavalleja: ‘Compadre, no me deje Ud. asesinar’.

Entonces Lavalleja mandó que envainasen los sables y le contestó: ‘Aunque no merecía otra suerte que morir a mano de sus paisanos a quienes ha traicionado como igual a su patria, he querido demostrar toda la generosidad que nos anima y ver si con conducta tal de nuestra parte, olvida Ud. su pasado de crímenes y traiciones y entra a hacer causa común con nosotros para libertar la patria’. Ya repuesto Rivera de su primer terror, se negó a cooperar, fundándose en que estaba al servicio del Imperio y no podía traicionarlo, añadiendo otras excusas, hijas de su malvada voluntad.

Entonces replicó Lavalleja: ‘Pues bien, compadre, piénselo bien hasta la madrugada; si entonces no se ha decidido a volver al camino del honor, será fusilado y la patria vengada’. Se le hizo retirar enseguida a una tienda de campaña guardada por centinelas de vista. (…) Entregado quedó a sus reflexiones hasta las 2 de la mañana, más viendo que el término fatal se aproximaba, mandó llamar al general Lavalleja y le dijo: ‘Compadre, estoy decidido, vamos a salvar la patria y cuente Ud. para todo conmigo’. Lavalleja lo abrazó entonces y lo comunicó a los demás».

La verdadera historia de lo sucedido cerca de Cardona en aquel lejano 1825 demoró algún tiempo en conocerse, fundamentalmente por las pasiones políticas que estas dos relevantes figuras históricas generaron en la política de la naciente nación oriental. *

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