GANA ADEPTOS ALREDEDOR DEL MUNDO; UNA EXPERTA EXPLICA SUS CLAVES

El islam: una religión en vías de expansión

Luego del cristianismo, la islamita es la religión que más practicantes tiene alrededor del mundo. Susana Mangana, docente de Lengua y Cultura Arabe de la Universidad Católica, afirmó que, además de ser la segunda considerando su número de creyentes, «es también es la que más rápido crece».

El motivo principal de este incremento es que cada vez existe un mayor conocimiento de sus fundamentos teóricos. Hoy está presente en países de los cinco continentes.

 

Religión monoteísta

Uno de los significados que tiene la palabra islam es ‘paz’, aunque el término también significa ‘sumisión’, explicó Mangana. La religión representa el sometimiento de la voluntad de los creyentes al creador de todo lo que existe, Alá, el único dios que reconoce la religión.

Los musulmanes son creyentes y seguidores de la fe islámica. Para cumplir con eso deben reconocer la presencia de Alá como su único dios y someter su voluntad a las exigencias de éste.

Alá, que quiere decir Dios en la lengua árabe, dictó su mensaje al profeta Mahoma, que fue quien se encargó de registrarlo en el Corán, el libro que los musulmanes consideran como sagrado.

 

El dictado de Alá

«El Corán es un libro sagrado, al igual que los cristianos tienen la Biblia y los judíos la Torá», explicó la docente. Además, agregó que según la creencia de los musulmanes, «el libro es eterno, y lo que dice en él fue revelado por boca de Mahoma».

Sin embargo, aclaró que es necesario tener en cuenta que no fue el profeta el que lo escribió, sino que se limitó a transcribir lo que le fue transmitido.

La recopilación fue elaborada en aproximadamente 6.123 versículos reunidos en 114 azoras o capítulos.

Según Alá, el cometido final del mensajero Mahoma fue que pudiera transmitir los sentimientos de fraternidad, hermandad, paz e ilusión a los seres, fundamentados con base en lazos de fe y no de sangre.

Es por ello que en la obra «se encuentra todo lo que los musulmanes necesitan para desenvolverse en la vida terrenal y prepararse para el más allá, es decir para la hora de la muerte», dijo Mangara.

Las tradiciones y mandamientos del Corán que han sido transmitidos en forma oral están muy presentes en la vida cotidiana de los musulmanes y practicantes del islamismo.

La docente explicó a LA REPUBLICA que se trata de una religión «exigente, en la medida que pone condiciones y establece pautas que atañen todos los ámbitos de la vida de la gente».

Mangara explicó que los creyentes no pueden serlo sólo en su intimidad, sino que deben demostrar su sumisión hacia el exterior. «Tienen que actuar en forma comprometida y mostrárselo a todo el mundo», señaló la experta.

Para la mayoría de los musulmanes, el Corán es un libro sagrado, considerado un objeto de veneración. Por eso lo conservan en paños limpios y se lavan las manos para leerlo antes de orar. Los ejemplares que caen en desuso se queman o depositan en tumbas especiales.

Los mandamientos de la religión allí escritos están presentes en el comportamiento social y en las relaciones interpersonales, en la ética, en los vínculos familiares y hasta en la economía de los países musulmanes.

En muchas ocasiones ­destacó Mangara­ «la musulmana resulta más rígida en comparación con otras religiones monoteístas, como la católica o la judía, porque los practicantes del islam también tienen que demostrar su pertenencia al credo puertas afuera».

Eso se debe a que, aunque en la mayoría de los países del mundo existe una separación entre la Iglesia y el Estado, en el islam eso no ocurre, puesto que la religión también atañe a este último.

 

Una religión importada desde el Oriente

El crecimiento de la fe islámica ha llegado a los cinco continentes. «El aumento de fieles es incluso mayor que el del cristianismo», expresó la estudiosa de la religión.

Actualmente, en la región hay una fuerte presencia de musulmanes y sus descendientes. En la zona de la triple frontera, que incluye a Argentina, Brasil y Paraguay, hay una importante presencia de musulmanes llegados desde Oriente o nacidos en América. La ciudad brasileña de San Pablo y Buenos Aires también tienen una gran cantidad de religiosos.

En Uruguay los puntos de concentración están principalmente en la frontera con Brasil, en Rivera y Chuy. En esas regiones, las comunidades musulmanas protagonizan el comercio financiero.

Nuestro país, al igual que los demás de la zona, cuenta con fieles que han emigrado del mundo musulmán y con «uruguayos que se han convertido al islamismo», aseguró Mangana. La globalización y el ágil acceso a la información han promovido el aumento de los seguidores del islam.

No existen estadísticas que especifiquen cuántos fieles viven en nuestro país y den cuenta del nuevo fenómeno. Sí es seguro que en las naciones vecinas las colectividades son más antiguas que las conformadas en Uruguay.

En Montevideo, las principales congregaciones se llevan a cabo en el Centro Islámico, que es coordinado por la Embajada de Egipto, y en el Centro de Uruguayos Musulmanes.

Se trata de sitios de reunión que funcionan como mezquitas, puesto que en la capital no existe ninguna.

 

Un mundo con estancamiento político

Los conflictos del mundo musulmán están presentes diariamente en los noticieros de todo el mundo. Mangana explicó parte de los que persisten por «un estancamiento a nivel político».

Al respecto, sostuvo que es necesario dar «más tiempo al mundo musulmán y árabe para que se produzcan cambios desde dentro».

En su opinión, estos países «deben reencarar la generación política, porque en este aspecto están estancados, y los más jóvenes no vislumbran un mundo mejor».

Por otra parte, esta religión cuenta con una cultura muy rica, que el resto de los países muchas veces ignora. Tienen «firmes valores familiares» y mantienen el «respeto hacia las personas mayores» y el resto de la sociedad, comentó la profesora.

En cuanto a la imagen que transmite sobre las mujeres, Mangana indicó que muchas veces se ignora que millones de musulmanas se identifican como tales y se sienten cómodas practicando su religión.

Por ello no hay que juzgarlas, ni considerar que están sometidas. A modo de ejemplo, enfatizó que muchas de ellas eligen lucir el velo musulmán libremente y que esa decisión también debe ser respetada.

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje