Construcción de Centro Cívico cambia fisonomía de Pueblo Bolívar

La fisonomía de Pueblo Bolívar ya no volverá a ser la misma. Después de languidecer durante décadas, olvidada por las autoridades municipales y por los organismos estatales, la pequeña localidad asiste esperanzada a una novedosa etapa de renacimiento.

Primer domingo de julio. Frío intenso que no da tregua. A los fondos de las dependencias de Antel, se reúne la gran mayoría de los vecinos bolivarenses para disfrutar de un almuerzo compartido. El clima de alegría contrasta con el espíritu reinante en la comunidad durante épocas pasadas. Desde la entrada al pueblo, que está bastante alejado de la ruta nacional Nº 7, los cambios son perceptibles; allí, el puente nuevo no sólo da la bienvenida a los visitantes, sino que asegura las comunicaciones con el resto del departamento y del país, en los días de lluvia. El pueblo ya no estará más aislado. Ahora, todas las miradas están puestas en la inminente inauguración del Centro Cívico, un proyecto conjunto entre la Embajada de Venezuela, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), el Ministerio de Vivienda (Mvotma) y la Comuna Canaria. Su construcción va alcanzando las últimas etapas y pronto finalizarán las obras. Por otra parte, ya fue inaugurada una escuelita de informática en el local de la escuela Simón Bolívar, la única existente en el pequeño poblado.

 

Una imagen diferente

Recorrer las calles de Pueblo Bolívar todavía puede sorprender a más de uno, ya que en muchos tramos lo único que se ve son taperas y antiguas construcciones en total estado de abandono. En la actualidad, el Mvotma trabaja en la construcción de viviendas para 12 familias y, al mismo tiempo –como parte de un proyecto de regularización–, en el afianzamiento y la mejora de la plaza del pueblo y sus alrededores. El proyecto abarca toda la apariencia del pequeño poblado, para mejorar su infraestructura –calles, alumbrado y puentes–, construir una rambla en la margen del río Santa Lucía, refaccionar la bajada al río y construir quinchos, lo que dotará al pueblo de atractivos turísticos. En todas las tareas la participación de los vecinos ha sido determinante.

Por su parte, el MGAP está implementando un plan productivo en la zona, vinculado a la cría de cerdos, gallinas y vacas, que incluye en una primera etapa a seis familias que mediante un acuerdo podrán vender los animales a los frigoríficos, además de producir para el consumo familiar. El financiamiento del proyecto proviene del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, cuyo presidente, Hugo Chávez, visitó personalmente el poblado canario al tomar conocimiento de su existencia. El plan de desarrollo de Pueblo Bolívar funciona a través de una organización denominada «Asociación Civil Simón Bolívar», la que canaliza la discusión de los planes con los organismos del Estado, trabajando mancomunadamente en una mesa de coordinación interinstitucional.

 

Una obra de 400 mil dólares

Si bien existe preocupación entre algunos vecinos que antes estaban desocupados y hoy trabajan en la construcción del Centro Cívico –una de las condiciones que tenían las empresas constructoras era tomar trabajadores locales–, al acercarse la finalización de la obra, la tónica general del pueblo es una gran expectativa por lo que pueda generar la puesta en marcha del local.

El Centro Cívico contará –entre otras cosas– con una policlínica, un salón multiuso, una sala de estar para el médico y vestuarios de primer nivel para la cancha olímpica, que cuenta con las dimensiones oficiales y se aguarda que pueda utilizar la liga de Tala, al igual que el equipo local de Bolívar. La comuna canaria es la que aporta los recursos para el mantenimiento de la caminería y el alumbrado. La construcción del Centro Cívico es solventada por la Embajada venezolana, con una inversión cercana a los 400 mil dólares.

Motivos para reunirse en torno a una buena parrilla, intercambiar opiniones y sentirse contentos tienen –y de sobra– los pobladores de Bolívar. Para ellos, las esperanzas de una vida mejor y las expectativas frente a un futuro prometedor que los aparte del ostracismo tienen, por lo menos, el camino despejado desde las rutas principales. *