Dos siglos después. Resurge una mujer de armas tomar

Josefa Oribe volvió para quedarse

Muchos no han escuchado su nombre y tampoco su historia en las batallas de nuestros orientales. La figura de Josefa «Pepita» Oribe, una combatiente de armas y lanzas, resurge este año y sin querer vuelve al ruedo para romper códigos una vez más, para ser colocada en un auditorio totalmente masculino.

 

De armas tomar

El resurgimiento de una mujer dos siglos después, rompe con códigos que aún persisten en nuestra sociedad: la ausencia de figuras femeninas en la historia de nuestro país.

A Josefa «los españoles la tenían fichada como la insurrecta o como la tupamara», cuenta Alicia Asconeguy al ser entrevistada por LA REPUBLICA ante un nuevo festejo del Día de la Mujer. A ella se le ha encomendado, junto a otra joven pintora, Marisel Mendieta, la creación de un nuevo cuadro sobre la figura de la desconocida Josefa «Pepita» Oribe.

«Ella combatía, conseguía caballos para las batallas, armas. Era el personaje entre los hombres de la época», cuenta Asconegui, que ha dedicado tiempo a investigar los pocos documentos que existen sobre su vida.

La carencia de información hace que tampoco existan muchas imágenes sobre ella: sólo una puede verse en el Museo Militar de la Fortaleza del Cerro, y ha sido ubicada junto al cuadro de su hermano, el brigadier general Manuel Oribe. Bajo su panel la recuerdan así: «Medicina para los patriotas».

Josefa o «Pepita», como muchos la llamaron, nació en Montevideo el 13 de setiembre de 1789.

‘Es nieta del mariscal José Joaquín de Viana, y fue la sexta de doce hijos.

Su crianza fue en la clase alta de la época, en un ambiente de funcionarios militares y hacendados donde el papel de las mujeres no era especialmente el de combatir.

Pero «Pepita» fue la excepción de la regla y hoy es recordada como una valiente militante de la causa por la libertad de los orientales. Ella fue activa contra la dominación brasileña (1824 ­ 1828), al igual que su hermano, fundador del Partido Nacional.

 

Alicia se enamoró de este personaje.

Lo define como «fascinante» por combatir al lado de los hombres.

«En eso me inspiré para hacer un retrato que mostrara ese perfil ambivalente que supo tener: ella era una mujer de sociedad y a su vez era una combatiente. No era una dama que se sentara a bordar banderas, pudiendo haberlo hecho.

Estaba al frente de la línea de batalla.

Su personaje tiene esa mezcla imposible de dos caras sociales tan opuestas.

Aún en un ambiente machista como lo es la política y el Partido Nacional, ningún hombre puede negarte la relevancia que tuvo Josefa en la creación de las divisas. Es indiscutible», explica.

 

ROMPIENDO CODIGOS

La línea «machista», como la han definido las mujeres que han impulsado este resurgimiento, se rompió con la llegada de Josefa a la sala del Honorable Directorio del Partido Nacional. Allí, y junto a ocho cuadros de Aparicio Saravia, Diego Lamas, Wilson Ferreira, Luis Alberto de Herrera, el general Manuel Oribe, Juan Antonio Lavalleja, Leandro Gómez y José Gervasio Artigas, ha sido colgada.

La autora de la obra que ha sido aceptada por unanimidad por los integrantes del partido es una joven uruguaya oriunda de Guichón, Marisel Mendieta, que ha culminado el bachillerato y ahora dedicará sus estudios a la pintura. Este año ingresará a la Escuela de Bellas Artes. En tanto, el segundo retrato de la reconocida pintora montevideana Alicia Asconegui será colocado en el instituto que lleva su nombre, en el marco de las actividades desarrolladas por el Día Internacional de la Mujer.

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