Trans reclaman cambio de identidad

En nuestro país se permite el cambio del nombre, pero no el de sexo, a través de un proceso judicial que a veces puede prolongarse por muchos años.

 

Piedras en el camino

El proyecto de ley fue elaborado por la senadora Margarita Percovich e integrantes de organizaciones defensoras de la diversidad sexual, entre octubre y noviembre de 2007.

Fue ingresado a la Comisión de Población, Desarrollo e Inclusión del Senado en diciembre. «Hasta el momento no tenemos novedad alguna de que haya sido discutido en la comisión», comenzó diciendo Mauricio Coitiño, integrante del Colectivo Ovejas Negras, a LA REPUBLICA.

El objetivo principal del proyecto de ley es poder cambiar la identidad de las personas (nombre y sexo) en su documento para así poder acceder a un montón de derechos.

En nuestro país existe una ley que permite el cambio del nombre, pero no del sexo. «Es un proceso judicial que tiene muchas piedras por el camino. Además de tener un costo, el interesado puede llegar a estar dos años para que el juez y el fiscal acepten su solicitud», señaló. Es por esa razón que son pocos las personas transexuales (travestis y transexuales) de nuestro país que deciden, con la actual legislatura, modificar su nombre.

 

Mejor y más rápido

«Este proyecto permitirá no sólo el cambio del nombre, sino también de sexo, a través de un proceso administrativo que es más rápido y accesible para todos los interesados», comentó Coitiño.

Para el integrante de Ovejas Negras, las personas trans sufren todo tipo de discriminación. «En el ámbito laboral, la discriminación es total», aseguró. «Muchos trans pasan la selección, pero cuando son citados a la entrevista de trabajo, y ven que tienen una identidad distinta de la que refleja su documento, automáticamente son descartados», dijo.

Pero los trans no sólo son discriminados en el ámbito laboral. También a la hora de realizar un trámite, o en cualquier otra oportunidad en la que tengan que presentar su documento, «son humillados». «Me imagino que para la Cámara de Senadores no es prioridad número uno tratar este proyecto de ley. Pero para nosotros es algo urgente que no puede esperar más», afirmó el activista.