Rubio, Lanza, y Gómez. Tres periodistas realizan un relevamiento sobre la concesión de ondas por parte del Estado

Investigación: "La concentración de medios en manos de pocos es grave"

Carlos García Rubio, Edison Lanza y Gustavo Gómez vienen trabajando en esta investigación que posiblemente se titule «Mapeo de la radio y la televisión en el Uruguay», quizá con un agregado: «El reparto del botín». El libro incluirá un relevamiento detallado, departamento por departamento, del panorama de las ondas adjudicadas por el Estado.

La importancia que tiene para la democracia el sistema de medios, el creciente involucramiento e incidencia en la formación de la opinión pública y la falta de información al respecto, fueron algunos de los motivos que llevaron a Gustavo Gómez a realizar esta investigación. En conversación con LA REPUBLICA, Gómez aseguró: «Veníamos con algunas hipótesis que se han confirmado. La concentración de medios en manos de unos pocos es grave en el Uruguay.

¿Cuál es la situación de las radios en la actualidad?

-En la historia, el otorgamiento de las frecuencias de radio y televisión se ha utilizado fundamentalmente para favorecer a amigos políticos o empresarios cercanos al gobierno de turno. Esto es producto de una legislación que permite una excesiva discrecionalidad en el otorgamiento. No hay concursos, por lo que la concesión responde a la simple voluntad política del gobernante. Esto ha permitido que, aunque haya una numerosa cantidad de radios en todo el país, cuando uno se pone a mirar más de cerca la propiedad de los medios, no hay tanta diversidad como la que parece.

Las radios son más que nada comerciales, salvo algunas emisoras públicas. No existen medios comunitarios, educativos o universitarios autorizados, lo cual nos deja por fuera de lo que es el mundo.

-¿La característica uruguaya es entonces mucha cantidad de medios pero todos con una misma propuesta?

-Todos con una base comercial y en algunos departamentos concentrada en dueños que tienen dominios de multimedia, ya sea con una titularidad directa o con testaferros, eso generan un monopolio o un oligopolio departamental. Además de tener radios, tienen el cable y radios de FM.

-Mirando el panorama específicamente de las radios en Soriano, hay doce y fueron adjudicadas o en el período de facto. ¿Esa es una característica a nivel nacional ?

-Hay algunos departamentos que han tenido algunas cercanías sobre todo con la dictadura. También en 1984 hubo una andanada de radios autorizadas. Pero también hay una razón tecnológica: la FM revienta como tecnología a principios de los 80. Cuando se habla de FM es notable ver cómo al final de períodos de gobierno, incluida la dictadura, se dan tandas de entregas de radio. Por ejemplo al finalizar la dictadura, en julio, e incluso algunas en febrero de 1985, o sea a pocos días de asumir el gobierno democrático. También hay tantas en el ultimo año del gobierno de Lacalle y en el ultimo año del segundo período de Sanguinetti.

-¿Los controles que realiza la Ursec, específicamente a las radios, sirven de algo?

-En general se controla muy poco. Se les da un contrato que además no tiene plazo, es eterno y muchas veces es hereditario. Eso no está previsto en la legislación, pero por vía de autorizaciones sucesivas los hijos heredan lo de los padres. En muchos casos sigue figurando en los papeles el titular original pero uno sabe que la gestión de la emisora ya fue vendida, en más de una oportunidad a otra persona que no es la autorizada.

-¿Que el control de las frecuencias del Estado pasara de manos del Ministerio de Defensa al Ministerio de Industrias, ha servido de algo?

-Hasta ahora no. Lo cual no quiere decir que no sea positivo, era una reivindicación histórica: sacar este tema del Ministerio de Defensa porque no era el más capacitado, y además porque era algo así como un resabio de la doctrina de la seguridad nacional. Pero todavía al día de hoy este gobierno luego de tres años no ha logrado instrumentar una política hacia el sector. Lo que queda es la acción de la Ursec, hay que reconocer que empezó a controlar los aspectos mas notables de las irregularidades, por ejemplo las radios que no están transmitido, que hay muchas. Hay algunas revocaciones de concesiones, eso antes era casi impensado en el país.

-En la pasada campaña electoral el Frente Amplio incluía en su plataforma de gobierno democratizar las comunicaciones. ¿Esa apertura se ha dado?

-Se ha dado parcialmente. Sin duda que la señal más importante es la aprobación de la ley de radiodifusión comunitaria que fue aprobada gracias a los votos del oficialismo. Esa es una forma de diversificar el mapa de medios. Además ha habido algunos otorgamientos de permisos a emisoras públicas que no han tenido la trascendencia suficiente. Por ejemplo se ha otorgado una FM en Montevideo a la Universidad de la República, otra a la Colonia Etchepare en San José y se autorizó una radio en el Liceo de San Carlos.

Andebu ha realizado una campaña en contra de las radios comunitarias, diciendo del perjuicio que acarrearían a las radios ya instaladas. ¿Qué beneficios para una comunidad podría traer una radio comunitaria?

-Ha habido un cambio en el discurso. En el mundo se da un creciente reconocimiento a un sector comunitario de la radio y la televisión, acá no ha sido reconocido.

¿Por qué se las equipara a las radios piratas, casi una actividad delictiva?

-La cuestión radica en saber quién es quién. Es cierto que hay muchas radios que están trasmitiendo sin autorización y no son comunitarias. Ésta es una muy buena ley, va a permitir es separar la paja del trigo.

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