PROHIBIDO PARA NOSTALGICOS

El cine y teatro Stella D’Italia

Lo llamaron Stella D’Italia y nació en un Montevideo que vivía «la belle époque» europea. El Teatro Stella tenía su agenda desbordada por la continua llegada de compañías extranjeras y espectáculos musicales que llegaban desde Buenos Aires. El Stella permitió que los amantes de la lírica, tanto españoles como italianos, disfrutaran de excelentes obras con artistas uruguayos. Al llegar la fiebre del cine, la sala comenzó a alternar como «biógrafo» y teatro. Al poco tiempo se dedicó solamente al universo del celuloide. Como era la costumbre, al costado del escenario un pianista acompañaba películas como «La Pasión de Juana de Arco», «La última carcajada» y «El acorazado Potemkin». Después llegó la moda de Buster Keaton y Chaplin junto a las comedias románticas americanas. Los domingos de mañana daban piezas teatrales para niños. En la puerta del teatro los esperaba un portero vestido de mago al que todos llamaban Merlín. Mientras sus hijos quedaban en el Stella, los padres recorrían la Feria de Yaro, que de a poco se estaba extendiendo hasta cubrir la coqueta Tristán Narvaja. Por esas primeras décadas del siglo XX, el Stella D’Italia alternaba las taquilleras «cintas del biógrafo» con espectáculos de zarzuela en los cuales se daban clásicos como «La del Soto del Parral» y «La Verbena de la Paloma». Luego, al comenzar a abundar los cines, principalmente en la calle Sierra, con precios muy económicos, el biógrafo del Stella comenzó a decaer. Las compañías radioteatrales lo empezaron a utilizar para representar sus exitosas obras y el teatro volvió a Mercedes y Tristán Narvaja. Los radioteatros de Carve, al finalizar su ciclo iban derecho a las tablas del Stella. Uno de sus más recordados éxitos fue la obra de Mario Rivero titulada «La Trini vende un sueño», con la actriz Blanca Burgueño acompañada por el querido cantor Carlitos Roldán. Del mismo autor Rivero fue muy aplaudido «Muchachos que peinan canas», con música compuesta e interpretada por la orquesta de «el tano» Donato Racciatti. Por los años 70 la sala fue contratada por el empresario Angel Roth, acompañado por el comentarista de turf y locutor de TV Arturo Ochoteco. Trajeron al Maipo, que tenía una joven vedette llamada Moria Casán. No descuidaron lo artístico y en una gran inversión llegó por primera vez a Uruguay. Brillaron el gran cómico Dringue Farías y el gran Marrone. También gracias a Roth y Ochoteco los montevideanos disfrutaron de Les Luthiers. En aplaudidas obras se presentó la Compañía de Mecha Bustos. En un par de habitaciones en los altos de ese teatro también trasmitieron La Radio del Pueblo CX 42 y luego la combativa Radio Vanguardia, en la cual tenía su espacio don Enrique Erro. En tiempos más recientes la Compañía Teatral La Gaviota se vinculó al Stella D’Italia y brillaron espectáculos de gran nivel. Con más recuerdos y música los esperamos en la CX 40 Radio Fénix todos los sábados a las 18 horas.

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje