El Lado oscuro de la Red

Los virus, los troyanos, el spam, problemas de seguridad y el cibercrimen son algunas de las principales agresiones que podemos sufrir cuando estamos conectados a Internet.

Dentro del Seminario de ASIMELEC ‘La Convergencia en las TIC’, el director de Seguridad de Arsys, Olof Sandstrom,  aseguraba que el cibercrimen se ha convertido en una de las principales fuentes de ingresos de Internet. Por otro lado, la extorsión, los ataques programados, los robos de información sensible y las estafas, si bien es cierto que no son lo habitual de la red, hemos de saber que existen y tomar precauciones sobre ello.

SPAM y PISHING, el gran negocio del Este

Una amenaza igualmente molesta y aparentemente venial es el correo electrónico no deseado o spam. Si bien es cierto que, a primera vista, puede simplemente parecernos una molestia, debemos saber que un alto porcentaje de estos correos electrónicos suelen estar altamente relacionados con actividades ilícitas y delictivas, especialmente en el este de Europa, ya que en estos países  el control sobre estas prácticas es casi inexistente.

Cualquier heavy-user de internet, aún no sabiendo o siendo extremadamente celoso con sus datos personales y/o dirección de correo electrónico, suele recibir decenas de emails publicitarios no deseados cada día. Muchos de estos usuarios no comprenden el motivo del envío de estos mensajes, ya que nunca les prestan atención, pero hay una razón estadística tremendamente poderosa: 1 de cada 10.000 mensajes provoca una venta, un incauto que se interesa y esa es una estadística que retroalimenta el negocio ilimitadamente.

A principios del nuevo milenio, el spam tenía como objetivo básicamente promocionar contenidos sexuales. La evolución nos trajo los casinos, los contactos personales y la última ola, que lleva ya entre dos y tres años de apogeo, es la venta de medicamentos, en ocasiones falsos, basados en Viagra, Cialis y otras sustancias.

Otro de los mayores peligros para usuarios experimentados se encuentra en el pishing. Esta modalidad de ataque se basa en ingeniería social para ganar acceso a nombres y passwords de usuarios, cuentas bancarias o tarjetas de crédito. En los últimos años, si bien han ido reduciéndose los ataques, éstos se han perfeccionado de una manera realmente asombrosa, hasta el punto que incluso auténticos expertos dudan en primera instancia al recibir un correo o visitar un web comprometido. Es, posiblemente, el mayor peligro al que nos enfrentamos al navegar por Internet en estos momentos.

Unas sencillas precauciones

Siempre debemos tomar algunas precauciones, en nuestro día a día, para evitar tener problemas, aunque la clave de todo es tener sentido común y una prudencia por defecto ante los estímulos que recibimos de la red. En ocasiones, tener herramientas de protección actualizadas no nos garantiza ni mucho menos nuestra seguridad:

  • No abra emails en idioma extraño, ni de desconocidos. Si lo hace, extreme la precaución al hacer click en cualquier vínculo.
  • Si recibe mensajes de un web pidiéndole datos personales desconfíe aunque sea usuario del mismo.
  • Jamás introduzca un nombre de usuario y/o password en un web no seguro o cifrado (conexión bajo https e icono de candado activo en el navegador).
  • Tenga especial cuidado con los accesos que autoriza en redes sociales.
  • Procure no navegar en webs potencialmente peligrosas: páginas de cracks, de adultos… pueden tener sorpresas escondidas en el código fuente. Sea prudente.
  • Compruebe en la barra de navegación que la url se corresponde al look and feel de la página que visita al detalle. Una simple letra errónea puede ser un indicio de pishing.
  • Cuente con un antivirus actualizado y que monitorice toda su actividad.
  • Actualice su sistema operativo regularmente. Una vez a la semana es lo ideal. Si su navegador web tiene opción de detección de pishing, no dude en tenerla activa.
  • Siempre que vea algo extraño: repórtelo. Puede ayudar a la seguridad de otros.
  • Genere claves seguras. Procuré mezclar cifras y letras, siempre escoja al menos 8 caracteres y varié mayúsculas y minúsculas.

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