DISCAPACITADOS

Autismo y  trastornos del sueño

Los trastornos generalizados del desarrollo -TGD- se caracterizan por una perturbacion generalizada y muchas veces grave de varias Areas del desarrollo: habilidades para la interaccion social, habilidades para la comunicación o la presencia de comportamientos y actividades estereotipados.

Las alteraciones cualitativas que definen estos trastornos son inadecuadas para el nivel de desarrollo o edad mental del sujeto, incluye el trastorno autista, el trastorno de Rett, el trastorno desintegrativo infantil, el trastorno de Asperger y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado. Estos trastornos suelen ponerse de manifiesto durante los primeros años de la vida y acostumbran asociarse a algún grado de retraso mental.

Pueden presentarse trastornos mentales asociados como irregularidades en la ingestión alimentaria (dieta limitada a muy pocos alimentos) o en el sueño (despertar recurrente o balanceo nocturno).

Numerosos estudios indican que los trastornos del sueño en niños presentan una alta prevalencia que oscila entre el 25 y el 40% en la población general, y que estas cifras se incrementan en niños con TGD.

En pacientes con esta última enfermedad se observa un incremento de la prevalencia de los trastornos del sueño respecto a la observada en la población normal que oscila entre el 44 y el 83%.

Entre las alteraciones del sueño más frecuentes en esta población se incluyen el incremento de los despertares nocturnos, el despertar precoz y una disminución de la cantidad total de sueño. Salvo en situaciones de evolución extrema, como sucede en el trastorno de Rett, en el que al final se produce una encefalopatía progresiva con desestructuración completa de todas las funciones, entre ellas el sueño, puede señalarse que existen características generales del sueño en los TGD, como son: la desestructuración del sueño (inmadurez cerebral), que pueden generar una alteración del neurodesarrollo similar a la que se observa en las demencias orgánicas del adulto; las alteraciones funcionales del sueño (variaciones en la eficiencia y calidad del sueño), y la presencia de actividad epileptiforme. Respecto a la inmadurez en la organización del sueño, se ha observado que a menor madurez del niño mayor desestructuración del sueño, y que existe una correlación negativa entre el nivel de desarrollo y las alteraciones del sueño.

Respecto a las alteraciones funcionales del sueño, diversos trabajos refieren que las principales alteraciones en los pacientes con TGD son la dificultad para dormirse (en el 48% de los niños autistas), el despertar precoz con dificultad para dormirse (en el 43%), el incremento de los despertares nocturnos y la somnolencia diurna (en el 31%).

Por otro lado, son numerosos los estudios que han demostrado que la presencia de trastornos del sueño en pacientes con TGD intensifica los síntomas relacionados con el trastorno autista. Estudios llevados a cabo en niños en edad escolar con síndrome de Asperger y con autismo de alto funcionamiento han evidenciado la existencia de dificultades para iniciar y mantener el sueño (síntomas principales del insomnio) y una excesiva somnolencia diurna en estos pacientes. En el síndrome de Rett, los trastornos del sueño son muy frecuentes: el 67,8% de niñas con síndrome de Rett presentan insomnio de inicio y el 21%, despertares frecuentes; finalmente, se produce una encefalopatía progresiva con desestructuración completa de la totalidad de las funciones, entre ellas, el sueño.

El tratamiento de las alteraciones del sueño requiere, no sólo de unas adecuadas medidas de higiene del sueño, sino también del uso de tratamiento farmacológico con la finalidad de reducir el impacto de estas alteraciones en el niño.

Los trastornos del sueño en los niños con TGD tienen una alta prevalencia, pero con frecuencia pasan desapercibidos para el médico, por lo que es importante realizar una cuidadosa evaluación clínica en todos los niños con TGD.

La evaluación del sueño debe formar parte de la asistencia sistemática en la valoración clínica de los niños con TGD, con el fin de realizar un diagnóstico y un tratamiento adecuados a cada caso que ayuden a mejorar la calidad de vida del niño y de su familia

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