Opinión calificada. El médico canadiense André B. Lalonde brinda su punto de vista sobre el aborto

"Actualmente el Vaticano es antifemenino"

El aborto es un tema polémico que suele generar discusiones acaloradas. El doctor canadiense André B. Lalonde lo sabe y ha optado por centrar su carrera en la promoción de la maternidad segura, con especial énfasis en que las gestantes logren empoderarse de sus derechos. Egresado de la Universidad de Ottawa y vicepresidente de la Sociedad de Obstetras y Ginecólogos de Canadá desde 1990, Lalonde estuvo hace unos días en nuestro país para asistir al balance final del proyecto contra el aborto provocado en condiciones de riesgo llevado a cabo por la sociedad civil Iniciativas Sanitarias.

 

-¿Cómo es el panorama de la mortalidad materna en América Latina?

-En total fallecen unas 9.000 mujeres al año. La principal causa es el sangrado tras el nacimiento del bebé; el aborto inseguro está detrás del 13% de los casos. Sabemos que podemos prevenir esa situación.

 

-Usted hace hincapié en que la temática es más que un asunto médico.

-La muerte de madres es un tema social y de derechos humanos. En las Naciones Unidas todos los países firmaron que la mortalidad materna está en contra de los derechos humanos. Sabemos que hay drogas muy baratas como el misoprostol y la oxitocina, pero no son usadas, y por eso hay mujeres que mueren. Al año fallecen unas 4.000 en todo el planeta y eso es un gran desastre, pero nadie habla sobre eso. Creo que en cada país, en cada villa, debería asegurarse el acceso a esa medicación.

 

-Desde su punto de vista las mujeres deberían poder optar por abortar en condiciones seguras.

-Sí, es un asunto básico. La solución para el problema es que haya una mejor planificación familiar. Que los hombres respeten a las mujeres. Que no las fuercen a mantener relaciones sexuales. Que si no desean más niños su pareja no las obligue a tenerlos. La responsabilidad del gobierno es que todas las personas tengan acceso a los métodos de anticoncepción. Así veremos cómo el aborto se reduce. Las mujeres no lo eligen porque creen que es un método fácil: lo hacen porque están desesperadas. Son sujetos de derecho, merecen que se respeten su vida y sus decisiones. No hay que castigar o juzgar a la persona. Está en la Biblia, no hay que juzgar al prójimo. Debemos aceptar que la gente tiene que tomar ciertas decisiones. Los médicos debemos aceptarlo: no podemos reducir sus derechos. Si no se está de acuerdo en interrumpir un embarazo, entonces se debería transferir al paciente a otro médico. Ese es un deber profesional.

 

-¿Qué papel debería tener el padre del niño en la toma de la decisión?

-Creo que el rol del hombre es apoyar la opción de su mujer. Es una elección de ella. Un feto no es un ser humano, no hay prueba científica para afirmar eso. Es una parte del cuerpo de la mujer y ella es la dueña de su propio cuerpo. No entiendo a los hombres que van a las manifestaciones a protestar contra el aborto. ¿Son ellos los que van a hacerse la intervención? ¿Tendrían ellos el niño? No. Entonces, no es su decisión. De todos modos creo que la mujer necesita apoyo de su marido o novio, quien debería asistir con ella al médico para compartir con ella la ansiedad y la decisión, pero, al final, ha de respetar lo que escoja.

 

-¿Qué opinión le merece la posición antiaborto de la Iglesia?

-El Vaticano es, en la actualidad, antifemenino. Creo que debe haber una revolución. Necesitamos una nueva generación de personas que cuestiones a la Iglesia. Las mujeres que interrumpen un embarazo decidieron con su mente y su corazón que es el único camino para ellas. No es algo que se deba condenar. La enseñanza de Jesucristo es que no se tiene que apuntar al otro con el dedo. Estoy totalmente en contra de la posición de la Iglesia. Y, aún más, si la Iglesia fuera lógica y estuviera en contra del aborto, debería promover la anticoncepción. Es inconcebible que, en 2010, esté en contra de la prevención de embarazos no deseados. El Antiguo Testamento enseña sobre humanitarismo y hoy la Iglesia no está mostrando una cara humana.

 

-¿Cómo ve a la estrategia uruguaya contra el aborto provocado en condiciones de riesgo en la que se informa a las consultantes sobre la interrupción del embarazo y los métodos más seguros para realizarla?

-El proyecto uruguayo es único en el mundo porque respeta a la mujer y le brinda datos apropiados sobre el aborto y sus riesgos. Con esta información algunas decidirán tener el bebé, otras decidirán no tenerlo, pero sabrán que sólo pueden usar ciertas drogas para interrumpir la gestación. Es muy bueno saber que la estrategia será adoptada en todo el país como una parte de los derechos sexuales y reproductivos de los ciudadanos.

 

-¿Cómo se trata la temática de la interrupción de un embarazo en Canadá?

-En Canadá el aborto es un tema privado. La mujer va al doctor y, si éste está de acuerdo en que ella lo necesita, entonces lo hace. No hay ninguna ley; es interesante, es el único país en el mundo donde pasa esto. Había una que fue rechazada. Los gobiernos no quieren una ley, porque es controversial. Entonces, el tema es tratado como un asunto médico. Hay clínicas que hacen estas intervenciones y la gente es libre de ir o no.

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