Pan de Azúcar tendrá una Mesa  para la Paz en la plaza pública

En Pan de Azúcar la población prepara un evento que, más que la intención de ser una fiesta, tiene como fin un encuentro de sensibilización. Allí se realizará la Mesa para la Paz. Con la excusa de compartir una merienda en la plaza pública, con mesas ubicadas especialmente para la jornada, se celebrará allí el Día Internacional de los Derechos Humanos.

Desde ayer comenzaron actividades previas, que se extenderán durante el resto de la semana. Se realizarán diez talleres integrados por niños, jóvenes, adultos y adultos mayores. En tal sentido, se promoverán contenidos, con el objetivo de acercar a los participantes a una perspectiva integral de los Derechos Humanos. Es una experiencia vivencial que permite conocer la temática y generar una aproximación reflexiva

En la Mesa para la Paz, iniciativa de la dirección de derechos humanos del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), se llenará la plaza principal de Pan de Azúcar con invitados de todo el país, que allí serán de igual a igual; comensales que compartirán el pan, demostrando tolerancia y respeto por el prójimo.

El director de Derechos Humanos del Ministerio de Educación y Cultura, Javier Miranda, explicó a LA REPUBLICA que la Mesa para la Paz es una forma más de tener un símbolo «de los derechos humanos». «Lo que proponemos a partir de este año es generar una recordación pública de la Convención Internacional de los Derechos Humanos, haciendo partícipe a la población», explicó.

 

Celebración

La idea es un calco de la celebración que se realiza en Nurumberg, «donde en octubre se prepara una mesa en la peatonal y se propone que la gente se una a partir de ella». «Nosotros lo vimos como una oportunidad de invitar a la gente, una oportunidad para compartir», dijo el jerarca.

«¿Qué es lo que hace uno cuando invita a un amigo?», se preguntó Miranda, a lo que él mismo respondió: «Le dice: ‘venite a casa a comer un asado'». Es así que teniendo en cuenta cómo los uruguayos nos unimos alrededor de la mesa, es que se eligio «como escenario la plaza pública, que tiene una gran simbología; un espacio público que será compartido con todos los habitantes, en un gesto sencillo, austero y despojado de toda bandera partidaria» señaló Miranda.

Es así que este viernes «nos sentaremos a compartir los bizcochos, las tortas que hacemos en casa», pero particularmente «a unirnos por los derechos humanos», añadió.

La convocatoria para la Mesa para la Paz «es a los habitantes de todo el país». «Va a ir Ricardo, no va a ir Ricardo Ehrlich, el ministro de Educación; va a ir ‘Pepe», no el presidente de la República, José Mujica», explicó Miranda.

Para el MEC es importante que la jornada deje como uno de los mensajes que se puede compartir entre todos el mismo pan. También que «participen todos, sin distinción», dijo Miranda.

 

En Pan de Azúcar

El objetivo de hacer esta primer mesa para la paz tuvo como principal condición que se realice en el Interior «como una forma de ampliar la participación y también descentralizar». También se pensó como adecuado que no se en una ciudad capital, sino que se generara en una pequeña ciudad. «Es así que llegamos a Pan de Azúcar, una población que tiene una carga simbólica, ya que es una ciudad de inmigrantes, de encuentro y de tránsito», así como «de cruce de caminos, lo que genera un importante traslado interdepartamental con la influencia de muchos otros pueblos. Es un pueblo de migrantes y emigrantes», señaló.

La necesidad de generar esta instancia surge a partir de que «vivimos sobre la base de ritos, y simbolismos que nos une como colectivos en la sociedad». Es por eso que «la pertenencia de los Derechos Humanos genera un símbolo, una mesa que hoy es para comer, pero mañana será para estudiar y reflexionar sobre los derechos humanos, para reaccionar frente a las violaciones de ellos, y para hacer efectivo a los derechos», dijo Miranda. También se «debe discutir sobre cómo respetamos nosotros los derechos de los demás» concluyó.