Caída histórica de la mortalidad  infantil: bajó de 9,6 a 7,7 por 1.000

A comienzos del siglo XXI, Uruguay conoció una crisis económica que redundó en una suba preocupante de la mortalidad infantil, que llegó a 12,63 cada 1.000 nacidos vivos en 2005. En algunas zonas del país, como el barrio Las Láminas de Artigas, la cifra se disparó y fue incluso mayor.

Desde entonces la cifra se redujo año a año y en 2010 tuvo una caída histórica: de 9,56 a 7,71. La buena noticia es mérito de varios programas que se han desarrollado junto con la aplicación de la reforma de la salud, afirmó el ministro de Salud Pública, Daniel Olesker, durante el Consejo de Ministros efectuado ayer. El jerarca también destacó la labor de los trabajadores del sector.

Con las nuevas cifras de mortalidad infantil, las más bajas en la historia del país ­informó el jerarca­, Uruguay se ubica tercero en América Latina, luego de Cuba y muy cerca de Chile. Además, el país se posiciona muy cerca de alcanzar el Objetivo de Desarrollo del Milenio en la materia, que tiene como meta 6,9 por 1.000 nacidos vivos al año 2015.

La mortalidad infantil descendió incluso a cifras de un dígito en Las Láminas, según los relevamientos realizados el año pasado, informó el ministro.

 

Causas

Olesker aseguró que, para llegar a estas cifras, el país «invirtió mucho». Como ejemplo, el presupuesto de ASSE pasó de 170 a 650 millones de dólares. También mencionó la implementación de programas que redundaron en una mejor calidad de vida de los uruguayos, particularmente de los estratos más bajos (ver recuadro). «En definitiva, todo el gabinete ministerial tuvo intervención en medidas que impactaron en este resultado», declaró Olesker a la página web de la Presidencia de la República.

En la baja fue decisivo el descenso de las causas respiratorias, que Olesker atribuyó en buena medida a la aplicación de la vacuna antineumocóccica. Además hubo una baja en las causas que llevan al deceso a los niños menores de un año, como las malformaciones congénitas.

La disminución de la mortalidad infantil se registró tanto en el sector público como en el privado, pero en particular en el primero, donde se registraba un mayor retraso. También disminuyeron en la misma proporción tanto la mortalidad infantil precoz (hasta el séptimo día de vida), como la neonatal (hasta el día 28) y la posneonatal (hasta el año). No obstante, es levemente más notoria entre los decesos más precoces, lo que podría explicarse por más y mejores controles del embarazo.