Complejo. Camioneros en la frontera, redes delictivas, casos no resueltos

Justicia saturada por denuncias  de explotación sexual infantil

La explotación sexual infantil es un problema en todo el país. Los juzgados de crimen organizado, encargados de estas temáticas, están «desbordados» según aseguró ayer el presidente del INAU, Javier Salsamendi, con base en una consulta realizada entre los actores judiciales. Salsamendi lo dijo ayer en la presentación de una jornada de trabajo en el Centro de Formación y Estudios (Cenfores) para directores de zona y profesionales que trabajan con niños y adolescentes del INAU en todo el país.

En lo que va de año ya casi se alcanzaron las denuncias que se presentaron a la Justicia durante todo el año 2010. Los inspectores de espectáculos públicos del INAU manifestaron ayer en la reunión de trabajo a la cual tuvo acceso LA REPUBLICA que en muchos casos detectan el problema, pero la Justicia no actúa con rapidez.

Salsamendi explicó que se intenta «visualizar» el problema. Dijo que «una vez que se expone el tema mucha gente sabe quién, cuándo, dónde y por qué pero nadie decía nada». Para Salsamendi, los servicios del Estado no son los suficientes y los necesarios para atender las situaciones de violencia doméstica que se dan. Además la falta de capacitación del personal policial y judicial. El INAU está trabajando en la realización de equipos itinerantes para que al detectarse un caso se tenga la primera entrevista y la primera mirada especializada sobre el problema. Las demoras en el tratamiento de los temas por parte del Poder Judicial, y la falta de orientación o visualización del problema es una de las trabas que desde el INAU se percibe. Luis Purtscher, presidente del Comité Nacional para la Erradicación de la Explotación Sexual Comercial y no Comercial de la Niñez y la Adolescencia, dijo que «se piensa que, porque el tema de la explotación sexual es tratado por la Justicia especializada en crimen organizado, se trata de una gran red de personas, pero en realidad cuando dos o tres personas se ponen de acuerdo para explotar sexualmente a una menor de edad, eso ya es grave y es un crimen organizado». Por otro lado «se debe tener en cuenta que hay alguien que explota pero también hay alguien que acuerda pagar por ese servicio», explicó.

 

El problema en la frontera

El psicólogo Carlos Varela explicó ayer el alcance de la «Estrategia nacional de lucha contra la trata y el tráfico de niñas, niños y adolescentes para fines de explotación sexual en Mercosur». Este proyecto se aplica en 14 ciudades fronterizas del Mercosur para elaborar una estrategia definida en el combate de este problema.

Se realizó un estudio sobre explotación sexual infantil en la frontera Uruguay-Brasil, entre ciudades vecinas. El INAU y la Universidad de la República (a través de las facultades de Derecho y Psicología) investigaron en centros educativos, policiales y sociales, entre otros, sobre estas temáticas con operadores que trabajan directamente con niños y niñas. Las ciudades investigadas fueron Bella Unión y Quará, Rivera y Santana do Livramento, Río Branco y Juagarao, y Chuy y Chui.

La investigación reveló que los operadores en el tema opinan que hay impunidad, que no se puede hacer nada, que no hay canales adecuados y que al investigar todo queda en la nada. Sobre las leyes vigentes creen que son ineficaces, no permiten castigar a los culpables y generan un efecto inverso ya que con ellas «se busca vengarse o atacar a su pareja». Según Carlos Varela, han «escuchado cosas terribles como que se quieren sacar de encima al marido y lo denuncian».

El problema se miniminiza y naturaliza, se asocia a la pobreza y al consumo de droga para conseguir dinero. Algunos actores culpan a la familia (en especial a la madre), lo vinculan a la falta de límites, la desestructuración de las familias y al ejercicio de la sexualidad adolescente. Las fronteras son lugares de circulación ajena a la ciudad y los trabajo, zafrales. La vulnerabilidad social, el abandono en educación y el alcohol y drogas son algunos de los problemas relacionados a la explotación sexual.

«Se generan circuitos de explotación alrededor de los camioneros, cuando quedan esperando a cruzar» dijo Varela. Otro de los factores analizados fue que «el consumo visto como excesivo en la frontera, con los «free shop», es, según la opinión de los operadores motivantes, una de las causas para que un menor de 18 años se relacione con la explotación sexual».

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