Lecturas de la realidad. Liscano afirma que algunos departamentos del país no tienen bibliotecólogos

Buscan que la Biblioteca Nacional no se convierta en un depósito de papel mojado

El agua y el papel nunca se llevaron bien. A pesar de ser el soporte más resistente, lo que se comprueba con archivos que tienen más de mil años, los libros son poco resistentes al contacto con el agua y el fuego. Las bibliotecas conocen de estos temas, y en particular nuestra Biblioteca Nacional (BN) tuvo problemas cuando se inundó su sala principal de lectura, lo que hizo temer por la pérdida de importante material bibliográfico.

Ahora, el principal archivo histórico y cultural del país procura mejorar sus instalaciones. También quieren colocar una rampa para facilitar el acceso y continuar con un proceso de digitalización del archivo con el que cuenta la institución.

El director de la BN, Carlos Liscano, explicó que las inundaciones ocurridas años atrás ya fueron solucionadas. La Sala principal José Artigas fue clausurada en la administración pasada para realizar mejoras, tras la inundación proveniente de los baños. Uno de los problemas actuales son las 15 claraboyas que requieren mejoras, ya que hace 50 años que no son reparadas y filtran la lluvia. Las obras significarían una inversión de 2 millones de pesos. Las claraboyas deberán ser desmontadas y sometidas a un procedimiento especial para impedir que se rompan con el granizo. Para esta licitación se presentaron seis empresas, informó Liscano.

Esta no es la única mejora edilicia requerida. La BN hizo un llamado para la realización de una rampa de acceso que tendrá una valor de un millón de pesos. El Ministerio de Transporte y Obras Públicas está estudiando las propuestas presentadas por una empresa que no fue mencionada por Liscano.

Además de las reformas del centro de archivo y difusión cultural, se concretará la aclimatación de las salas para conservar el archivo y hacer más llevadero el trabajo de los funcionarios, dijo Liscano.

La puesta a punto ya ha comenzado. En la actual administración se han sacado 24 camiones de basura, muebles rotos y tecnología obsoleta, agregó el director.

 

Préstamo a distancia

A partir de este mes, la BN tendrá un servicio de préstamo a distancia para todo el país, excepto Montevideo. Alumnos de centros de formación docente, maestros y profesores dispondrán de un catálogo que les permitirá solicitar por distintas vías (e-mail, carta y hasta SMS) material cuyo costo de envío estará a cargo de la BN, a través del Correo Uruguayo. El libro llegará a las 72 horas adonde el usuario lo solicite.

Además se está pensando en digitalizar la prensa del siglo XIX. La demora para emprender esta tarea «no es un problema de recursos tecnológicos, sino de recursos humanos», sentenció Liscano (ver recuadro). La BN tendrá un simposio sobre su papel en el siglo XXI. «Queremos saber qué biblioteca buscamos en este siglo y por eso vamos a consultar a especialistas uruguayos sobre la tecnología que necesita esta institución», dijo su director.

La Biblioteca Nacional «tiene un sector de servicio de préstamos de libros, pero esa no es la parte esencial, sino que lo esencial es guardar la memoria escrita de la sociedad», definió.

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