REGRESA A SU HOGAR EN UN EMOTIVO REENCUENTRO

Salvadoreño que se creía en guerra vivió 30 años en la selva de Guatemala

El anciano, de baja estatura y palidez en su rostro, cubierto con cabello castaño rizado y de ojos celestes, recuerda ahora sus interminables años en la montaña, en los que vivió separado de sus hermanos, de su esposa y de sus cuatro hijos.

Ahora, con un escaso vocabulario pero claridad en sus ideas, y vestido con ropa que le ha prestado su hermano menor, relata su aventura.

Vides, un campesino agobiado por la falta de trabajo, decidió marcharse de El Salvador a mediados de la década de los años sesenta y se estableció en el vecino país de Honduras, donde trabajó en plantaciones bananeras de la costa del Mar Caribe.

Debido a la denominada «Guerra de las 100 horas» que libraron El Salvador y Honduras por diversos factores –incluido un diferendo limítrofe– y que comenzó el 14 de julio de 1969, Vides, temeroso por su propia vida, decidió huir de territorio hondureño para caminar por espesas montañas hasta internarse en Guatemala.

«Decidí salir de Honduras debido a que me advirtieron que no me quedara en la plantación donde estaba, porque el ejército hondureño, por ser salvadoreños, si nos encontraba nos podría matar y por eso decidí salir solo», narró Vides a la agencia de noticias AFP.

La guerra entre El Salvador y Honduras, que dejó un saldo de unos 5.000 muertos entre militares y civiles, concluyó el 19 de julio de 1969 cuando la Organización de Estados Americanos (OEA) ordenó un alto el fuego y, para evitar una nueva confrontación, envió observadores a ambos países.

Ya en territorio guatemalteco, el fugitivo fue detenido por la policía, que le acusaba de ser guerrillero, y, ante el temor de ser deportado a Honduras, aprovechó un descuido de los agentes guatemaltecos, logró huir y se internó en la selva del departamento de El Petén, 500 kilómetros al norte de Guatemala.

Disfrutando la bondad del clima, la tranquilidad de la montaña, los bellos parajes y alejado de la población, el salvadoreño decidió quedarse a vivir en la selva y subsistió comiendo semillas, palmito, frutas silvestres, raíces y tortugas que cazaba.

«Don Salomón», como le llaman en la comunidad de Garita Palmera, en el departamento de Ahuachapán, relata la aventura que pasó escondido en la selva tropical a pesar de las inclemencias del tiempo con prolongados temporales, sin techo y sin ropa apropiada.

Para encender el fuego, Vides aprendió a frotar piedras y para no perder la noción del tiempo se guiaba por los movimientos de la luna y del sol.

Según relata, una de sus mayores preocupaciones era no perder los domingos, para «poder descansar».

Aislado del mundo exterior, el salvadoreño no se enteró de la guerra que libraron los rebeldes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, izquierda) en Nicaragua hasta que tomaron el poder en 1979 ni de la guerra civil que vivió El Salvador (1980-1992) y que dejó más de 75.000 muertos.

En 1997, el salvadoreño se encontró con un pescador y su mujer y lo primero que hizo fue preguntarles la fecha.

«Era 16 de marzo y yo pensaba que era 16 de setiembre, estaba perdido», comentó.

En setiembre pasado, unos cazadores guatemaltecos encontraron al campesino salvadoreño y lo convencieron para que saliera del corazón de las montañas de Guatemala y se reencontrara con su familia, que lo daba por muerto desde hacía 30 años.

Después de varias gestiones de los guatemaltecos, un hermano y un hijo de Salomón viajaron el pasado 15 de setiembre a la selva de Guatemala, para reencontrarse en una emotiva jornada en la que «hubo lágrimas», según narró. *

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje