LOS PROGRAMAS DE LA IZQUIERDA

La identidad de la izquierda está centrada en avanzar hacia la igualdad de clase, de raza y de sexo. Estos elementos de igualdad ponen énfasis en la necesidad de la redistribución de la riqueza y del ingreso, de un mayor apoyo al trabajo que al capital, y a lo público y colectivo que a lo privado e individual. La izquierda enfatiza la cooperación y la solidaridad como derechos humanos. Le interesa mayormente satisfacer las necesidades básicas, y resolver los temas de la pobreza y la indigencia. En la concepción de Bobbio, la extrema izquierda está preocupada por la igualdad pero a través de métodos autoritarios. En cambio, la izquierda moderada busca la igualdad por vías democráticas, graduales y asegurando la libertad.

El programa fundacional del Frente Amplio estaba muy influido por las características de la época. Era un programa antioligárquico y antiimperialista. Sus propuestas centrales eran la reforma agraria, la nacionalización de la banca y del comercio exterior. La reforma agraria atacaba la oligarquía, que también tenía fuentes de poder en el sistema financiero. Enfrentaba lo que Vivian Trías denominaba «la rosca». La nacionalización del comercio exterior, básicamente la industria frigorífica y la comercialización de la lana, se consideraban propuestas antiimperialistas. En algunos sectores las convicciones democráticas no eran claras. Seregni decía nítidamente que el Frente Amplio fue creado para garantizar la democracia que no podían sostener, la crisis y decadencia de los partidos tradicionales. El programa del FA nunca se manifestó como socialista.

Era la época de la guerra fría, con la existencia del socialismo real caracterizado por el pasaje de la propiedad privada a la estatal y del mercado a la planificación. Estos principios perdieron vigencia con la caída de la Unión Soviética. Los cambios de propiedad eran utilizados para modificar las relaciones de poder. Fue un período de grandes sueños, entre los que se contaban la inviabilidad del capitalismo y el advenimiento del hombre nuevo. Se planteaban utopías como imagen de plenitud imposible, pero indispensable para descubrir lo posible.

Los programas se fueron adecuando a los cambios de la realidad internacional y nacional. Probablemente la transformación más importante de la izquierda deriva de la revalorización de la democracia como un fin en sí mismo, con el respeto y la tolerancia al otro, el de otros valores, otras culturas, otras religiones. Surgen elementos de convivencia pacífica, de reconocimiento de los adversarios y, por supuesto, las vías pacíficas y electorales para acceder al poder político.

Las nuevas transformaciones se plantean dentro del capitalismo aceptando las reglas básicas de la economía de mercado. Indudablemente, las clases sociales existen y por lo tanto los intereses de clase y los conflictos sociales que ello trae aparejado. Pero ya no se plantea la resolución de los conflictos a través del enfrentamiento social, por el triunfo de una clase sobre otra. Por el contrario, los principios democráticos significan la pluralidad de sujetos, el diálogo, la concertación, la negociación y los indispensables acuerdos sociales que son instrumentos inherentes a la democracia. Existen cambios en la realidad internacional y hay que analizar los márgenes de maniobra que permiten la globalización, la transnacionalización, los organismos financieros internacionales, las tecnocracias y los medios de comunicación.

Esta época se destaca por la gran velocidad de los cambios tecnológicos. Por otro lado, se siente la falta de renovación del pensamiento socialista y la carencia de propuestas globales, de nuevos modelos económicos y sociales que sean una alternativa al régimen capitalista. Los programas del Frente Amplio no se definen como socialistas, como surge de los discursos de los actuales procesos de Venezuela, Bolivia y Ecuador en América del Sur.

La originalidad del FA consiste en un acuerdo entre partidos marxistas y no marxistas; conviven los partidos comunista y socialista junto a la democracia cristiana y sectores provenientes de los partidos tradicionales. Por todos estos factores aparece menor preocupación por las relaciones de poder. En la cúpula de las relaciones de poder ya no se ubican las Fuerzas Armadas, pero en el plano económico probablemente lo componen los sectores financieros y de los medios de comunicación.

El programa del FA plantea regulaciones, controles, limitaciones a la entrada y supervisiones del sistema financiero. Pero no se plantean modificaciones a la propiedad, que fundamentalmente es extranjera. Hay que tener en cuenta la alta participación del Banco de la República en la estructura financiera. Tampoco se plantean cambios a la libertad irrestricta del movimiento de capitales, vigente desde 1974, y no se proponen regulaciones a la entrada de capitales por plazo, con instrumentos impositivos o de encajes como las experiencias de Colombia, Brasil y Chile. La propuesta económica de ninguna manera le otorga prioridad a la plaza financiera frente al país productivo, como lo planteaban los seguidores del neoliberalismo. Pero se mantienen normas vigentes para aprovechar la localización del país entre Argentina y Brasil. Sobre los medios de comunicación tampoco se plantean modificaciones a la propiedad.

En este caso importa alcanzar igualdad de oportunidades a través de su democratización.

Esto significa regulaciones estatales, como por ejemplo facilitar los contenidos nacionales, pero sobre todo garantizar la libre competencia enfrentando todo tipo de monopolios. En estos ámbitos quedan desafíos y tareas pendientes. Probablemente, la modificación más importante en las relaciones de poder la constituya el mayor poder de negociación que adquirieron los sindicatos de trabajadores urbanos con respecto a los empresarios de la producción y comercialización de bienes.

El tema de la propiedad se mantiene pendiente, aunque comienza a preocupar la presencia de capital extranjero en la tierra y en los principales rubros de exportación, como la industria frigorífica, la del papel, los lácteos y el arroz.

|*| Senador por la 609-FA,  economista

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje