Preguntas

Los hechos que relataré son ciertos. Las preguntas que haré demuestran mi ignorancia. Lo grave de la situación exige que las respuestas no dejen lugar a duda.

Se trata de una señora, madre sola con dos hijos menores a cargo, que concurren a centros docentes públicos. Ella carece de trabajo e ingresos estables. Hasta ahora cobraba, cada dos meses, la asignación familiar, aun sin pertenencia a empresa alguna, en atención a su estado de necesidad.

Cuando el Plan de Emergencia dejó paso al Plan de Equidad, con un despliegue publicitario considerable sobre la universalización de un beneficio mejorado de las asignaciones familiares ­cobrable mensualmente­ esta señora se presentó con toda la documentación que se le pidió. No se le concedió tal beneficio, pero siguió cobrando la asignación simple bimestral.

Hace uno días se enteró, con el comprensible desagrado, que tampoco percibiría ese beneficio. Aunque intentó en los servicios de información del BPS que le explicaran qué ocurría, no logró entender. Quizá su desesperación le haya nublado la comprensión, aunque es difícil hasta para uno, a la luz de estos hechos, hallar explicaciones que no permitan suspicacia alguna.

¿Cómo funciona el sistema de asignaciones en el Plan de Equidad? ¿Es tal cual se vende en la publicidad sistemática que reciben los contribuyentes? Entonces, ¿cómo es posible que una madre sola, con hijos menores bajo su responsabilidad y sin ingresos estables, pueda verse privada completamente de una asignación familiar, cualquier sea ella? ¿Es que se perdió alguna información en el camino? ¿Acaso es un error administrativo, de esos tan comunes en la espantosa burocracia nacional?

Hubiera preferido no escribir esto. Es más: quise comunicarme directamente con Ernesto Murro, presidente del BPS, a quien conozco. Pero debe andar muy ocupado, lo que es natural, porque su servicio de secretaría me ha dejado esperando, colgado de un pincel.

Aguardo respuestas.