LAS RELACIONES COMERCIALES CON EEUU

El documento del Frente Amplio que definió las bases de la política de inserción internacional del país propugna «preservar el espacio privilegiado del Mercosur, como plataforma de un regionalismo abierto» y «desarrollar un bilateralismo múltiple con acercamientos comerciales con todos los rincones del mundo».

En la nota anterior abordamos el tratamiento en el Frente Amplio (FA), durante 2005, de la inserción internacional. Ese año el tema adquirió gran significación. Por ese motivo la Mesa Política instaló una comisión, que durante 2006 examinó el tema con vistas a su tratamiento por el Plenario Nacional, máximo órgano de decisión del FA entre congreso y congreso.

 

Un documento clave para definir la inserción internacional

El documento aprobado luego de un profundo estudio en la comisión y de su consideración en dos plenarios nacionales, denominado «Análisis político en el marco de Uruguay integrado al mundo» , contiene, junto con las resoluciones sobre el tema del IV Congreso Extraordinario Cro. Héctor Rodríguez (diciembre de 2003), el conjunto de definiciones del FA en la materia. El mencionado documento, aprobado por el Plenario Nacional del FA el 15 de julio de 2006 (112 votos afirmativos, 6 negativos y 4 abstenciones), reafirma los criterios a seguir sobre el tema. Allí se sostiene que «para el Frente Amplio la inserción comercial del Uruguay en el mundo es altamente relevante dado su impacto sobre el trabajo de los uruguayos, factor principal en la lucha contra la pobreza, y la mejor forma de potenciar la capacidad de Uruguay de crecer, generar empleo y reducir la desigualdad es con un Estado que contribuya a ampliar los mercados, a captar inversiones y a redistribuir los beneficios del crecimiento».

El documento plantea que «la política a seguir por Uruguay debe continuar explorando dos caminos complementarios, administrando las tensiones entre los mismos: por un lado, preservar el espacio privilegiado del Mercosur, como plataforma de un regionalismo abierto y no excluyente; por otro, desarrollar un bilateralismo múltiple con acercamientos comerciales con todos los rincones del mundo, para aumentar y diversificar el intercambio comercial, en particular nuestras exportaciones y de esta manera contribuir a disminuir nuestra vulnerabilidad».

Entre los conceptos recogidos en el documento cabe señalar los siguientes: «Deberemos enfrentar este mundo de bloques con un relacionamiento basado en la cooperación y en la unidad de América Latina, que permita un relacionamiento de nuevo tipo con los organismos financieros internacionales como el FMI, las transnacionales y con la potencia hegemónica. Un cambio de relación, con una mayor paridad y sin condicionamientos ni intervencionismo». «Las apuestas del país deben pasar por la región y el fortalecimiento del Mercosur. Esto no descarta otros escenarios y ámbitos de trabajo simultáneos y compatibles que nos permitan ampliar las relaciones bilaterales con naciones y bloques a efectos de promover iniciativas comunes en los organismos multilaterales, y profundizar las relaciones políticas, comerciales, ambientales y culturales».

El «Análisis político en el marco de Uruguay integrado al mundo» rechazó el ALCA, que «no es (…) un proyecto de integración, ni siquiera típicamente un acuerdo de libre comercio. El proyecto ALCA y los eventuales acuerdos bilaterales con Estados Unidos concebidos en este marco no resultan favorables a nuestros objetivos de consolidación de país productivo».

Sobre la cuestión comercial se afirma que «el objetivo prioritario, en términos de inserción externa debe ser el logro de condiciones estables y predecibles de acceso a mercados en todos los ámbitos: regionales, bilaterales y multilaterales. La política de comercio exterior debe estar pautada por una estrategia de inserción internacional a la luz de nuestra conveniencia».

 

Reformular el Mercosur

Se hace referencia en el documento al panorama mundial, al Consenso de Washington, al panorama latinoamericano, a la situación actual del proceso de integración regional. En este último aspecto confirma al Mercosur como «la plataforma más adecuada para el desarrollo de las negociaciones con otros actores internacionales», pero considera que el bloque «atraviesa una importante crisis», para lo cual es necesario reformularlo ya que «no es legítimo pretender continuar con la dinámica actual del proceso de integración cuando algunos de los socios están pagando los costos». El documento se extiende sobre las «asimetrías» dentro del bloque. Con relación al comercio con EEUU, reafirma que «un TLC con el prototipo de los que ha firmado EEUU con países del área, no es compatible» con los objetivos planteados por el Frente. Al mismo tiempo señala la importancia de que crezca el intercambio con ese país, destaca el volumen alcanzado por el comercio con la nación norteamericana y expresa que «las diferencias ideológicas no son obstáculo para la expansión del comercio con los EEUU, como no los hay para otros países y regiones del mundo. No sólo hay que aumentar el comercio sino también diversificarlo a todos los mercados posibles. Uruguay debe transitar caminos de negociación comercial con la Unión Europea y (con) Canadá, India, Japón, Rusia, Sudáfrica y China», entre otros.

 

Las relaciones comerciales con Estados Unidos

La discusión y aprobación del Tratado de Inversiones en 2005, la caída del comercio dentro del Mercosur, el incremento del comercio con EEUU y la intensificación de las relaciones bilaterales entre Argentina y Brasil a partir de la reunión de Foz de Iguazú de noviembre de 2006, la asunción como representante para Asuntos Hemisféricos de EEUU de Thomas Shannon, la llegada al Uruguay del embajador de ese país, Frank Baxter, y las visitas de Tabaré Vázquez a Washington y del presidente George W. Bush a Uruguay generaron condiciones para un incremento de las relaciones políticas y comerciales con Estados Unidos.

Un dato relevante es lo referido al posicionamiento de EEUU con relación a un acuerdo comercial con Uruguay. En efecto, el entonces ministro de Economía Danilo Astori señaló en la interpelación que el 22 y 23 de agosto de 2006 se le hiciera a él y al canciller Reinaldo Gargano, que «un acuerdo con Uruguay no estaba en la agenda» de EEUU. Igualmente mencionó el encuentro con Susan Cronin, directora para el Cono Sur de la Oficina del Representante de Comercio, quien le dijo que «Uruguay no puede hacer un acuerdo bilateral con Estados Unidos, sencillamente porque Estados Unidos no tiene intenciones de hacerlo».

En marzo de 2006, Thomas Shannon ya había adelantado al periodista Gerardo Lissardy, de «Búsqueda», que si bien Uruguay va a jugar un papel importante para su país en las relaciones comerciales hemisféricas, la negociación de un TLC está fuera de agenda por ahora.

El 9 de agosto de 2006, en la Conferencia «Uruguay en la Economía Global», realizada en el Complejo Punta Cala, organizada por la Cámara de Comercio Uruguay-Estados Unidos y el Consejo de las Américas, con la presencia de Everett Eissenstatt, el presidente Tabaré Vázquez planteó que «la integración regional, la inserción internacional, el comercio intrabloque y el comercio más allá del Mercosur determinan un campo en el cual se ubican dinámicamente». Informó que el 4 de mayo de ese año había acordado con el presidente George W. Bush «conformar un grupo bilateral de trabajo para explorar las posibilidades y los mecanismos que permitan incrementar y profundizar el intercambio comercial» entre los dos países. Propugnó «avanzar en el comercio tan lejos como sea posible».

En el mismo evento, el ministro de Economía, Danilo Astori, afirmó que «no está en discusión nuestra pertenencia al esquema regional de integración, no lo estuvo nunca, no lo estará en el futuro. Citó al presidente Tabaré Vázquez, quien llegó a utilizar una expresión muy fuerte: ‘somos la región, mucho más que pertenecemos a la
región, somos parte de ella'; entonces no podemos transformar la discusión acerca de cómo progresar en el terreno bilateral, particularmente con los Estados Unidos, en una discusión sobre si pertenecemos o no al Mercosur. Las dos cosas, pertenecemos al Mercosur y buscamos al mismo tiempo un mejor camino de relación comercial y de inversiones con los Estados Unidos de América, que son desde hace un tiempo ­por otra parte­ nuestro principal cliente».

Finalizaremos el tratamiento de este tema en un próximo artículo, en especial nos referiremos a la interpelación que ya citamos a los ministros Astori y Gargano, a resoluciones de la Mesa Política y mencionaremos otros documentos referidos al tema.

|*| Diputado de AU-FA

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