A quién le sirve el negocio de la evasión

SECRETO BANCARIO: DISPAREN CONTRA MUJICA

El Dr. Ignacio de Posadas y el senador Rafael Michelini insistieron hace días sobre el secreto bancario. Michelini calificó de «chambonada» la instalación por parte de José Mujica del debate sobre secreto bancario y paraíso fiscal, en un acto en apoyo a Danilo Astori.

El senador Michelini señaló que el punto afecta la gestión de gobierno y compromete el triunfo de la izquierda. Por su parte, el Dr. de Posadas editorializó respecto al tema sobre el que «tanto se ha dicho y escrito (y tan poco con conocimiento de causa)». Sin duda el Dr. de Posadas tiene conocimiento de causa.

El ex ministro de Economía ya había descalificado a Mujica tratándolo de antipatriota, desleal con su propio partido, ignorante, muy culpable y macaneador. Lo dicho y hecho por el candidato oficial del Frente Amplio sobre el secreto bancario lo calificó de criminal, infame, irresponsable, malo para el país, de hacerle un daño bestial a Uruguay, de salir a bocinear, de hacer una confesión de parte, de hablar de mala fe, de intentar sacar algún votito más, de tratar de cobrarle cuentas a Astori y de tener pequeños intereses electorales.

 

Al Capone era inocente

Para el Dr. Ignacio de Posadas, líder de Concordia Nacional, sector que apoya a Lacalle, la evasión de impuestos, no es un crimen, así lo dijo en Radio El Espectador el pasado viernes 3 de abril. Si Al Capone hubiera contado con el asesoramiento de De Posadas no hubiera ido a la cárcel por defraudar impuestos, que fue la causa por la que lo procesaron y no por sus otros múltiples crímenes. Sin embargo es criminal hablar de secreto bancario. Detrás de la decisión de OCDE que habla del fin del secreto bancario «están los países centrales del mundo que quieren escarbar para saber si hay inversores de sus países que no pagan impuestos», afirmó el ex ministro que no integra los asesores económicos del Dr. Lacalle vaya uno a saber por qué. En el año 1996 su estudio asesoró al fallecido jefe del cartel de Juárez, Amado Carrillo y su gente. En los años 90 impidió un allanamiento a su estudio, siendo ministro de Economía. El pedido había sido hecho por la jueza argentina Servini de Cubría que buscaba y encontró las conexiones más importantes del BCCI, el quebrado banco de Ghaith Pharaon, con el lavado de dinero del general Noriega de Panamá. De Posadas fue director del fracasado banco de inversiones Merrill Lynch en nuestro país, fue responsable de la quiebra de Funsa y vendió con urgencia sus capitales de Montevideo Refrescos cuando las cosas se pusieron feas. Fue uno de los estudios asesores del quebrado Banco Comercial. En 1999, Abel Reynoso, jefe regional de la DEA, agencia estadounidense encargada del combate al narcotráfico, dijo entonces, a la revista Noticias de Argentina, que investigaba una red de lavado de dinero por más de mil millones de dólares que involucraba a importantes figuras políticas de Uruguay, Brasil y Argentina que «comenzaba siempre en los mismos estudios».

Sin embargo, en su editorial dominguero, De Posadas dice que «aquí no estamos en el campo del lavado de dinero y ni siquiera de la defraudación tributaria. Por lo que nos presionan los países poderosos es para que les demos información bancaria que ellos puedan usar para apretar a contribuyentes que no están tributando como esos fiscos creen que deben». El doctor, que sabe de esto, afirma que el secreto bancario no es inmoral ni antiético y que Uruguay «no tiene obligación alguna de velar por la recaudación tributaria francesa o inglesa (ni esos países nos darán nada a cambio si lo hiciéramos)». Sostiene «se trata pura y simplemente de una imposición a la fuerza». La causa de ello estaría en el aumento de los impuestos en esos países, «con la parcial excepción de los EEUU», y a nuestro país lo beneficia «hacer todo lo posible por atraer y retener recursos y es obvio que asegurar la reserva constituye un factor básico a la hora de resolver dónde poner la plata».

Se olvida el Dr. de Posadas que por más que garroneemos algunos pesitos mal o bien habidos, los depósitos de uruguayos en el exterior seguían aumentando y alcanzaron a U$S 7.132 millones en el tercer trimestre de 2008, lo que significa más del doble de lo que el Uruguay capta de no residentes.

 

Los argumentos de Roca y Barreix

Jerónimo Roca y Alberto Barreix son dos expertos uruguayos, de amplio reconocimiento a nivel internacional que trabajan en el exterior del país y que participaron en la elaboración de la reforma tributaria. En un documento que fue publicado por el matutino El País el pasado 11 de marzo, antes que Mujica instalara el tema en el tapete y antes de aparecer Uruguay en las listas de la OCDE, se recuerda que ambos plantearon un nuevo secreto bancario ya en junio de 2005 al Ministerio de Economía de Astori. «Nuestra propuesta era (y es) levantar el secreto bancario para los movimientos financieros por «motivo transacción» ­cuentas corrientes y cajas de ahorro­ y mantenerlo para los movimientos por «motivo acumulación» (ahorro) ­depósitos bancarios, títulos de deuda, obligaciones, etc­», dicen. Como economistas, agregan, «no somos partidarios del secreto bancario. Este genera una asimetría de información que dificulta a otro país gravar a sus residentes y combatir el fraude fiscal y, por tanto, financiar su gasto público. Constituye una exportación de base imponible». Argumentan que proponen mantenerlo para los depósitos y demás instrumentos de ahorro por la asimetría que genera un Mercosur no consolidado que «obliga a que Uruguay mantenga el secreto bancario sobre el ahorro como herramienta de negociación en su estrategia de inserción. Es importante justificar esta situación, porque las administraciones de turno podrán tener o no buena relación, pero Brasil y Argentina son intereses permanentes de los uruguayos». Palabra más o menos, lo mismo que dijo Mujica.

 

El negocio de los estudios

Roca y Barreix critican duramente el artículo 34 del Decreto 148/007, que reglamentó la reforma tributaria, referido a la exoneración a los dividendos distribuidos por los prestadores de servicios personales (profesionales). El mismo » libera a los grandes estudios profesionales de pagar (retener) cuando distribuyen dividendos. Esto, además de ilegal, es una violación flagrante al espíritu de la reforma», dicen los expertos.

 

Unificar la recaudación

Es necesario comenzar el proceso de unificación de la DGI y la ATYR (Asesoría Tributaria y de Recaudación) del BPS y, posteriormente, la Aduana (que debería iniciar, de una vez, su postergada reforma), sostienen Roca y Barreix. «Esta unificación es necesaria para una efectiva coordinación en la lucha contra la evasión y el aprovechamiento de las economías de escala. Paralelamente, hemos propuesto la creación de un Tribunal Fiscal, con fuerte participación de la sociedad civil», concluyeron. Quizás habría que agregar en la coordinación a la Auditoría Interna de la Nación que es quien controla a las sociedades anónimas y eliminar las acciones al portador para que sólo existan las nominativas.

 

Se nos va el 50% del PBI

«La principal justificación para proponer el levantamiento del secreto bancario sobre los movimientos en cuentas corrientes y cajas de ahorro es administrativa: facilitar la fiscalización de todos los tributos, no sólo del impuesto a la renta. Los movimientos financieros relacionados con la economía oculta, que para Uruguay algunas estimaciones llegan a ubicar en torno al 50% del PIB, se realizan a través de cuentas corrientes y cajas de ahorro, pero difícilmente a través de instrumentos de ahorro. El levantamiento del secreto bancario por motivo transacción constituye, entonces, una herramienta clave para que la administración tributaria controle el fraude en todos los tributos, en especial en el IVA», dicen Roca y Barreix, aunque sus posiciones no fueron retenidas en la reforma tributaria.

|*| Periodista.

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