DIARIO DE CAMPAÑA. ANTEL EN LA MIRA

El domingo 12 de setiembre, en «El Observador», su director, Ricardo Peirano, publicó la nota «La insólita banda estrecha».

Motivada por declaraciones del Director Nacional de Telecomunicaciones, Gustavo Gómez Germano, el Sr. Peirano me alude en su texto, a mi juicio de manera errónea. La aclaración puntual la remití al mencionado diario y espero su publicación en el mismo, con la correspondiente rectificación.

Por lo tanto no analizaré aquí la referencia a mi persona, sino la esencia del texto del Sr. Peirano

Dicho texto se basa en cuatro afirmaciones pilares, que son:

1. El acceso a Internet (también llamado «banda ancha») en Uruguay es caro y lento. De ahí el título irónico sobre «banda estrecha».

2. La razón de ello es el monopolio de Antel pues «…..procurará exprimir a los consumidores mientras mantenga el status monopólico, que es el que tiene Antel en el área de provisión de Internet (sic)»

3. Antel (y específicamente quien suscribe, cuando allí cumplió funciones), minimiza este problema y actúa con indiferencia o displicencia.

4. Sólo la máxima apertura a la libre competencia corregirá estos males.

El cuarto punto es un acto de fe del Sr. Peirano. Que debería compatibilizarse con una observación fáctica: son mucho mayores y graves las quejas de los consumidores contra empresas multinacionales de telecomunicaciones operando en el Uruguay que contra Antel. La experiencia indica que de la mano de grandes empresas multinacionales no ganamos mayor calidad de servicio, sino simplemente perdemos cuantiosos recursos que parten al extranjero.

El segundo punto es un error de información del Sr. Peirano. Antel no tiene el monopolio de los servicios de Internet, no es el único proveedor de banda ancha. Es el mayoritario, a través de una tecnología que ha sido muy adecuada para la universalización del acceso a Internet ( ADSL) que hace llegar por línea telefónica la conexión de banda ancha, permitiendo el uso simultáneo del teléfono y la conexión a Internet. Pero, a través de otras tecnologías, al menos otras tres empresas brindan banda ancha . También hay «servicios empresariales», usualmente adquiridos por frigoríficos, fábricas, etc., que pueden incluir la conexión por fibra óptica de un servicio de altísima velocidad, que son ofrecidos por varias compañías. Yo desearía que Antel monopolizara la oferta de banda ancha, pero no es ésa la realidad actual.

Sobre el primer punto, he publicado un análisis en la revista «Miradas», Nro 2.

En él se concluye que, para los servicios de banda ancha menos sofisticados ( de «baja gama») , las ofertas de ADSL de Antel son, a igual calidad, las más baratas de la región. Por otra parte, en las conexiones de «mitad de tabla» (de mediana calidad), los ADSL de Antel están dentro de las ofertas de menor precio en la región, aunque ya no lideran. Finalmente, en lo servicios de «alta gama» (muy altas velocidades de conexión), los ADSL de Antel no quedan bien situados: son más caros que varias otras ofertas regionales.Tal como está enunciado, el primer punto del Sr. Peirano es una grosera simplificación de la realidad: Estamos muy bien en los servicios más populares, bien en los de mediana calidad, mal en los de mayor calidad. Esto nos da un perfil inclusivo, donde no es costoso acceder a Internet y no es casualidad entonces que Uruguay lidere la región en cuanto a porcentaje poblacional conectado a Internet. Pero las ofertas de ADSL de muy alta calidad no son satisfactorias.

¿A quiénes afecta esta carencia? Básicamente, a los «teletrabajadores», personas que brindan servicios a distancia y a través de Internet. Por la naturaleza de su trabajo, deben recibir y enviar gruesos volúmenes de información, muy superiores al usuario promedio. Pero como trabajadores unipersonales o pequeños empresarios, está fuera de su bolsillo contratar los aludidos «servicios empresariales». ¿Cuántos son estos teletrabjadores? Poseo diversas estimaciones, pero digamos que unos diez mil parece ser una cifra razonable. Pueden parecer pocos, pero no todo es cuestión de cantidad. Son cualitativamente muy valiosos, pues realizan trabajo de alto valor agregado, de importancia estratégica para el desarrollo futuro del Uruguay, que debe estimular a que este sector crezca. Por ende, en una crítica sensata, sin dramatismo ni autocomplacencias, este problema debe ser atendido adecuadamente.

Por razones profesionales, paso buena parte de mi día conectado a Internet. Cuando era vicepresidente de Antel, me encontré en Internet con un movimiento (www.masanchodebanda.com) que solicitaba una respuesta adecuada para esta problemática en Uruguay. Hice lo que debía hacer. No esperé a que nadie me llamara, sino que yo los llamé y les pedí que designaran representantes para entrevistarse conmigo. Conversamos y me comprometí a plantearles soluciones concretas. Dos semanas después, gracias al esfuerzo de los trabajadores de Antel, de sus técnicos, al apoyo de los compañeros de ese Directorio presidido por el Dr. Edgardo Carvalho, pude anunciarles- y se comenzaron a comercializar- una serie de productos de ADSL que hasta hoy, son los de mayor velocidad disponibles. Fruto del ida y vuelta entre los usuarios y Antel-.

Sin duda esos productos no son la respuesta al problema. Tienen carencias, limitaciones de diverso tipo. Se necesitan mejores ofertas en calidad/precio. Fue sólo un pasito adelante. Pero que muestra que Antel es capaz de reaccionar en 15 días y jugar al anticipo. Es evidente el juicio que merece el tercer punto de la nota del Sr. Peirano.

En Antel, como en toda empresa, hay trabajadores y trabajadores. Pero quienes se preocupan y «la pelean» son muchísimos. Recorriendo el país entero ví muchos funcionarios de Antel reclamar severamente por brindar mejores servicios al cliente y no pedir nada para ellos. Es muy fácil desde un sillón hablar del corporativismo sindical y de que a «éstos solo les importa ganar más». Pero quien diga eso, no conoce Antel. Hay cosas que están mal, no hay que convencerme de ello, por cierto. Pero Antel es una empresa con un potencial técnico y humano formidable, apta para ser verdadera palanca del desarrollo técnico y humano del país. Y confío en que los planes estratégicos de su Directorio y el empeño de sus muchos muy buenos trabajadores la pondrán a esa altura.

Porque Antel es la presencia del Estado en una de las áreas más estratégicas. Ya muchas guerras no se ganan con tropas, sino con información y comunicación. Información y comunicación que son ciertamente esenciales para crecer en paz.

A algunos no les gusta la presencia del Estado en las telecomunicaciones. Por eso un día sí y otro también, critican a Antel por lo que hace mal y por las dudas. Todos alguna vez nos calentamos con Antel, como con tantas otras empresas públicas y privadas. Pero Antel también hace muchísimas cosas bien, aunque no pululan los directores de diarios que se ocupen de reconocerlo.

Con ecuanimidad y justicia, quien conozca Antel y la calidad humana y técnica de muchísimos de sus trabadores, deberá reconocer que no es ni Edén ni Averno, sino una empresa estratégica con debilidades y fortalezas, como todas. Pero nuestra, de todos los uruguayos. Quizás por eso esté siempre en la mira de tanta visión sesgada.

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje