Como bocado inicial, La Vela Puerca

Hoy en el Velódromo el swing de Los Fabulosos Cadillacs

Raúl Forlán Lamarque

Vienen de obtener recientemente en la vecina orilla tres premios Gardel a mejor grupo de Rock, mejor disco y mejor videoclip en la categoría antedicha. Y vienen ya de practicar en nuestro territorio, más concretamente en la ciudad de Paysandú, un febril concierto donde los Cadillacs convocaron a prácticamente veinte mil personas.

Trece discos, muchos de ellos alcanzando el oro y platino, un Grammy obtenido durante 1998, y una segunda candidatura al año siguiente en el que fueron desplazados por el nuevo y aparente boom latino, Chrys Pérez (quien fuese el esposo de la malograda cantante Tex-Mex Selena), han calibrado las potencialidades del grupo en su proyeción internacional.

Lo cierto es que Los Faubulosos Cadillacs, poseen una pericia sorprendente, y se piensa que en quince años de trayectoria musical han sido posiblemente el proyecto cancionístico de mayor crecimiento y solvencia compositiva del Río de la Plata. Aquel combo inicialmente seducido por el ska, actualmente ha venido trabajando en formas sostenida en una métrica de mestizaje con oro y de cuño experimental, que situó a Vicentico y los suyos en un auténtico podio de grandeza.Y así se los verá esta noche en el escenario montado en el Velódromo Municipal. Como prólogo a su show actuará un exitoso proyecto local como la Vela Puerca.

Su disco denominado Deskarado, más tarde regrabado para el prestigioso sello Surco que dirige el argentino Gustavo Santaolaya (ex Arco Iris y Soluna), lo ubicó en un sitio de creciente relevancia entre el público joven; su canciones vinculadas también al ska y a algunos lineamientos provenientes de hardcore le otorgaron a la propuesta de la banda, un impacto contundente y un aumento significativo de sus adeptos, al punto tal de realizar conciertos masivos. Su set esta noche será celebrado como corresponde: con la agitación que desde hace tiempo han fundado público y músicos en escena.

Después será el momento para Los Fabulosos Cadillacs, un grupo que desplegará todo su potencial –como no lo hicieron el pasado año en Punta del Este, en el Conrad, donde actuaron a media máquina aunque ello bastó para que el público se encendiera a tope– de cara a una multitud que evidentemente formará todo el perimetraje del velódromo. Su talento y amplia sensibilidad, su declarada versatilidad, sus textos y una caligrafía muy afinada y versiones estupendas como la de «Desapariciones», (el espléndido tema del panameño Ruben Blades), han promovido una estética muy dinámica, en gran ensamble sonoro y a la vez exuberante; con discos trascendentes Fabulosos calaveras o El león (una obra maestra). Es que los Cadillacs practicaron un quiebre y una puesta estilística más apegada a las sonoridades de su idioma geográfico y del área latina, sin excluir la adrenalina de la cultura rock y la actitud del rocker.

Su último disco La marcha de golazo solitario es lisa y llanamente impresionante: otra obra mayor con temas superlativos como «La vida», «Vos sabés» o «C. J.» , entre otros, donde Vizantico logra momentos muy inspirados a nivel interpretativo, así como el guitarrista Ariel Miniman o el bajista Flavio y el resto del staff comprueban una vez más arrojo, finezas y hallazgos varios y un producto sonoro final muy grosso.

Hoy los Cadillacs están en el mejor momento de su carrera, así que de ellos debe esperarse un concierto extraordinario. Hay talento para rato.

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