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La toma de Pando

En «La toma de Pando: la revolución joven», el autor y militante Rolando W. Sasso construye una minuciosa visión retrospectiva de la histórica acción militar de la guerrilla urbana uruguaya. La obra, de elocuente trazo documental, retrata los paisajes históricos de las décadas del sesenta y el setenta, en los que la torrencial escalada represiva derechista ya permitía avizorar la dictadura que se avecinaba.

El autor reconstruye los removedores acontecimientos que signaron a ese crucial 8 de octubre de 1969, mediante numerosos testimonios y documentos de prensa de la época.

En ese contexto, contrasta la dualidad de las versiones registradas por las publicaciones escritas, desnudando la obsecuencia de los medios de la derecha con el autoritario gobierno de Jorge Pacheco Areco, que se limitaron a vituperar a los guerrilleros participantes y a elogiar calurosamente la actuación de las fuerzas represivas.

En cambio, los escasos medios opositores, como el diario «De Frente» y el semanario «Marcha», denunciaron las mentiras del discurso oficial y la ejecución  a sangre fría- de tres de los participantes en el copamiento de la ciudad.

A los efectos de situar al lector en la coyuntura histórica de fines de la década del sesenta, Rolando Sasso aborda una visión evocativa de los acontecimientos que precedieron a la operación militar de Pando.

En tal sentido, recuerda la muerte del presidente Oscar Diego Gestido en diciembre de 1967, la asunción de Jorge Pacheco Areco a la primera magistratura, la instauración de un gobierno que ejerció abusivamente el poder, las medidas prontas de seguridad, la militarización de entes y bancos, la ilegalización de partidos opositores, la clausura de diarios, la cárcel, la tortura y el asesinato de estudiantes.

Para reforzar la reconstrucción de los turbulentos paisajes históricos de otrora, el escritor reproduce fragmentos de discursos y declaraciones de prensa, de figuras tan emblemáticas como Zelmar Michelini, Alba Robillo, Wilson Ferreira Aldunate, Héctor Gutiérrez Ruiz y Amílcar Vasconcellos, entre otros.

El autor intercala relatos con testimonios, publicando un reportaje a Ruben Sassano, militante sindical e integrante del Movimiento de Liberación Nacional, quien fue torturado en «democracia» por fuerzas represivas de la Policía, que eran «asesoradas» por el agente de la CIA Dan Mitrione.

El cronista denuncia la no siempre analizada ni comentada corrupción del gobierno de Pacheco y los negociados de los clanes oligárquicos instalados en el poder: los Charlone, los Peirano, los Borbaberry y los Pereira Reverbel.

De esa época negra de nuestra historia reciente que resulta imperioso no soslayar ni olvidar, se recuerdan sonados fraudes bancarios, quiebras y la ilegal actividad de algunas financieras como la Monty, que una acción del MLN dejó al descubierto.

Rolando Sasso también refresca la memoria de los lectores en torno a la terrible devaluación de 1968 y la infidencia del por entonces líder de la lista 15 del Partido Colorado, Jorge Batlle.

Mientras evoluciona la narración retrospectiva, afloran elocuentes imágenes de un pasado de lucha y rebeldía, que se consagró, por ejemplo, en la fundación de la Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas, por parte de Raúl Sendic.

Las marchas cañeras de la década del sesenta fueron multitudinarias puebladas, que manifestaron por la dignidad de los trabajadores, contra la explotación practicada por las patronales y el histórico flagelo del latifundio.

La repercusión internacional de los acontecimientos que sacudieron al Uruguay de la década del sesenta, está claramente retratada en importantes publicaciones extranjeras cuyas versiones se recogen en este libro.

Un extenso reportaje al líder histórico y fundador del MLN Julio Marenales, arroja nueva luz sobre los sucesos de Pando. El combatiente evoca su experiencia de lucha, así como su largo período de confinamiento y aislamiento en las bastillas del gobierno autoritario.

Mediante la parcial trascripción de documentos internos del MLN, el narrador suministra valiosa información en torno a las estrategias de la guerrilla, sus pautas operativas y su visión histórica e ideológica.

El autor imprime otros testimonios no menos esclarecedores de lo sucedido el 8 de octubre de 1969, como el de Alberto Antonio Cocco Pérez, Arturo Dubra y «el loco» Iglesias, participantes en el operativo de copamiento del centro urbano canario.

Todos ellos desandan los caminos de la memoria, con el propósito de situar al lector en ese día crucial, en el que un grupo de combatientes tomó el control de una ciudad muy cercana a Montevideo, con el propósito de homenajear al «Che» Guevara y demostrar que la organización estaba en condiciones de desplegar operaciones de gran envergadura.

Además, se intentaba promover un movimiento de masas que se sumara a la acción revolucionaria, para enfrentar los crecientes abusos de un gobierno que transitaba por los pretiles de la legalidad.

Sasso nutre su trabajo con otros valiosos aportes de personajes de nuestro pasado reciente que han trascendido al presente: Mauricio «Ruso» Rosencof y José «Pepe» Mujica, dos leyendas vivientes que fueron protagonistas de un tiempo fermental y turbulento.

Las entrevistas a Eleuterio Fernández Huidobro y Ruben García Bianchimano también coadyuvan a reconstruir entretelones de la histórica operación guerrillera que, hace ya 36 años, conmovió profundamente a la opinión pública uruguaya.

El autor alimenta incesantemente el relato, que  más allá de la mera evocación- corrobora que bastante antes del golpe de Estado de junio de 1973, nuestro Uruguay padecía el rigor de un gobierno de trazo cuasi autoritario, que violaba cotidianamente los derechos humanos de los ciudadanos y la Constitución de la República e ignoraba frecuentemente al Poder Legislativo.

No todas las versiones contenidas en este libro corresponden a militantes tupamaros ni a participantes en la toma de Pando.

También se reproducen declaraciones publicadas en medios de prensa de la época, del subdirector de la Policía Caminera, Mario F. Díaz, del encargado de la empresa de pompas fúnebres que participó en el simulado funeral, Hugo Pedro Minvielle y del propio comisario Alejandro Otero, que combatió a la organización guerrillera.

Todos ellos aportan visiones diferentes de lo sucedido, que responden, más allá de roles y eventuales posturas ideológicas, a visiones subjetivas que surgen de la observación de los hechos.

El escritor e investigador incluye también referencias a miembros del MLN que no fueron protagonistas directos, pero sí formaron parte de la estructura militar y logística de apoyo al audaz operativo guerrillero.

En el tramo sin dudas más conmovedor de esta obra, el autor recrea  a través de otros testimonios- la peripecia vital de los tres combatientes caídos en Pando, asesinados a sangre fría por las fuerzas represivas: Alfredo Emilio Cultelli Acevedo, Ricardo Zabalza Waksman y Jorge Luis Salerno Schiaffino.

En un capítulo reservado a la evaluación de la histórica toma de Pando, se reproduce numerosas opiniones  algunas de ellas de bando adversario- sobre los defectos y virtudes de la operación, los aciertos y los errores y sus objetivos políticos y militares.

Hay enfoques muy laudatorios del desarrollo y los resultados de la acción, pero también otros críticos y autocríticos, lo que revela una plausible intención de crecer a través de la maduración, el debate y el análisis de los procesos históricos.

No en vano hoy el Movimiento de Liberación Nacional bajo

las banderas del Movimiento de Participación Popular, se ha transf
ormado en la primera fuerza política del Encuentro Progresista Frente Amplio e incluso ha asumido responsabilidades de gobierno.

El libro no se limita a la mera reconstrucción de la operación militar desarrollada el 8 de octubre de 1969, pese a que este episodio está analizado mediante múltiples actores directos y otros integrantes del otrora movimiento guerrillero.

El autor recrea los convulsos escenarios de las décadas del sesenta y el setenta, evocando  como corresponde- la escalada represiva de la derecha contra opositores, obreros y estudiantes, la ilegalización de fuerzas políticas, la militarización de trabajadores y la cruda censura de prensa imperante durante el pachecato.

Esta obra comporta un nuevo y sin dudas valioso aporte a la comprensión e interpretación de nuestra historia reciente y a la reflexión de las nuevas generaciones, con la perspectiva que otorga la distancia temporal.

 

(Editorial Fin de Siglo)

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