UNA CHARLA IMPERDIBLE: ALFREDO ZITARROSA VERSUS TOLA INVERNIZZI

"El hombre se debe ir construyendo"

El dedo índice de la mano derecha del Flaco Alfredo, durito y hacia arriba, acompañó sus palabras con tono de orden: «Che, tenemos que ir a entrevistar al Tola«. Terminábamos el mate de la mañana enmarcados en la inmensidad del mar que llegaba hasta la casa que le habían prestado al cantor en «Proa al mar» de Playa Hermosa.

 

La represión

Y ya en lo de Tola, sillas en el jardín y grabador sobre la mesa:

–(Z) Mirá Tola que yo no quiero joder demasiado con temas muy dolorosos. Me contaba Martínez del desparramo de tu familia, tu señora en Buenos Aires, Marito preso por tupamaro, Claudio por la UJC (Unión de Juventudes Comunistas); el libro que saca ahora Claudio sobre…

–(T) Es del tema del dolor, del inmenso dolor, el dolor de los tipos que los hicieron pasar por la máquina…

–(Z) Tú dices dolor, yo le agregaría terror. Conozco un muchacho, un cantor. que quedó con un terror tan espantoso que resolvió irse, irse a la mierda del país. Las cárceles de la dictadura: el pobre tipo encapuchado sin distinguir el día de la noche, el olor a mierda, a meada, a sudores, a vómitos, el clima ahí adentro de las comisarías, el grito continuo, la prepoteada. Y por otro lado tenés –tendríamos que profundizar por ahí– el ingrediente ético, moral, ¿no es verdad?, porque una cosa es estar preso por tenencia o por alcoholismo, y otra por tupa o por comunista… Vos sabés el título que le pone Claudio «esta empecinada flor»… y te voy a confesar, Tola, que yo en los últimos tiempos, para ser más exactos, en los últimos ocho meses, lo más que pude escribir fueron cuatro versos:

«Insiste con sus flores el hibisco

Pequeña mata sigue ahí encendida

Enamorando al verde con su arisco color rojo…

 

(Y ruido de un camión afuera tapando las últimas palabras, el cuarto verso)

 

–… y yo le comentaba a (Eduardo) Larbanois, un tipo de gran talento, que esa rebeldía que te empuja a hablar de flores a pesar de todo… porque hay dos visiones, una más comunista, con más esperanza, y la otra distinta, la anarquista. Pero volviendo, me imagino lo que habrás penado, para mejor con tu enorme tamaño, metido en ómnibus, parado… porque vos no tenés coche, ¿no?.. y medís más de uno noventa…

–(T) Soy un burro, un burro perdido para manejar, una de mis tantas torpezas. Y de paso te agrego a lo que tú decías que un plantón es si querés la más leve de las molestias, pero hubo gente que la tuvieron tres, cuatro, cinco días de plantón, meándose arriba porque no la llevaban a mear, sin darle agua, a veces desnudos, es increíble lo que aguanta un organismo  cuando hay huevos para aguantar, claro, o llamale voluntad, o conciencia–.

–(Z) Mirá, yo no sé si habrá dos tipos de coraje… está el que no siente miedo, y que que reacciona por responsabilidad… mirá que yo debo ser el tipo más miedoso, más jodido, me asusto de todo…

–(T) Aquí donde me ves yo también; me asusto hasta de los fantasmas.

–(Z) …Pero yo me pregunto, aun con lo jodido que soy, qué haría si me llegan a tocar una guitarra de éstas… pa´nombrar lo más querido y lo más entrañable de mi vida, me levanto y voy a buscar al tipo y le pego cinco balazos… pero ¿seré capaz? pero si no lo hago ¿qué mierda soy?

–(T) No es el problema del miedo y de lo que vas a hacer o nó. Yo digo si me tocan un hijo tengo que agarrar una metralleta y matarlos a todos. Pero no… Por último, matar no, comprar yerba y tabaco, y seguir intentando cambiar, mejorar la sociedad.

–(Z) Si te hubiesen salido mujeres… te acordás cuando el ángel le anunció a Sarah y nació Isaac…

–(T) Que quiere decir «el que causa risa»…

–(Z) ¿Y vos por qué leés tanto la Biblia? ¿Por qué es muy linda?

–(T) Y… es muy rica…

–(Z) Muy alienante también.

–(T) No, no. Creo que primero de todo es la ley. Yo creo en la ley. Creo que el hombre se debe ir construyendo, y se construye en base a leyes. Yo no estoy seguro de si el hombre sirve para algo o no sirve para nada, pero me juego a que sí…

–(Z) Pero pará un poquito, te interrumpo porque es algo importante: ¿vos de veras dudás de que el hombre sirva para algo?

–(T) No tengo la certeza absoluta.

–¡Muchachos, sabihondos filósofos: ¿Van a tomar sopa de entrada?  suena claramente la voz de Milka desde la casa. No me queda clara la relación de la sopa con el arte, pero lo cierto es que a partir de esa interrupción el tema del hombre y sus certezas se derivó hacia el arte (¿!).

 

La estética

–(T) Toda cosa que el hombre hace la hace para que permanezca, las cosas reflejan al hombre, van creciendo con el hombre, como si tuviera un destino. Yo nunca leí a Marx, o leí muy poco, pero invento cartas de Marx a Engels…

–(Z) ¿Vos no leíste a Marx? Yo tampoco.

–(T) Dura tarea nos dio el Señor, averiguar todas las cosas entre el Cielo y la Tierra como ejercicio de la conciencia, y en cuanto al arte, qué me importan las Meninas, me importan en tanto reflejen –y voy a ir a una cosa que te interesa a ti , más allá de la cosa que pueda haber por la admiración de tu música, por tu poesía: existe –y aquí cada palabra de Tola va acompañada de un sonoro puñetazo sobre la mesa– existe una forma de amor hacia ti que potencia tu arte: ¿por qué tenés esa adhesión de la gente, primaria, inmediata?

–(Z) Y yo no sé, será porque yo siento un gran amor por casi toda la gente, y lo de «casi» va por dejar fuera a algunos fascistas.

–(T) Yo tuve una sensación muy fuerte, cuando viniste a cantar aquí, tanto en el Pabellón de las Rosas como en el Comité de Base, que la gente te esperaba, te esperaba con un amor respetuoso, y no me alcanza con tu definición de que va en retribución a tu afecto.

–(Z) Y será porque soy muy flaquito, tengo voz gruesa, me peino pa´trás, tengo aire de triste, a veces doy lástima; y, naturalmente, no me gustan las cosas materiales. Habrá gente que piensa «qué lindo haberlo visto, porque el tipo sigue siendo el mismo, no se subió al podio, yo canto al nivel de la gente aunque subido arriba de un escenario. Me hizo cantar César Durán, un peruano, yo era periodista y locutor, pero cantaba… y cantó el chiquito. Y el canto es así, es una especie de coito, de ida y vuelta.

–(T) Al maestro (Paco) Espínola le preguntaban por qué estaba tan atildado, y él contestaba: «Es un respeto hacia el otro ser», y tú te presentás trajeado frente al público…

–(Z) Con respecto al traje, me tocó cantar en Milán, frente a gente joven vestida de vaqueros y championes, con gran cantidad de comunistas, y aparece el tipo vestido de negro, de corbata, con cuatro guitarristas también trajeados, y se arma una rechifla de laputamadre no bien entramos. Para mejor un entrerriano, buen tipo y gran guitarrista, arrancó con una chamarrita a altísima velocidad que no se entendía nada. Le dije tranqui, tranqui, entró al compás, comencé a cantar, paró la rechifla, y cuando terminé el locutor dijo: ¿vieron que el hábito no hace al monje? En Europa tuve montones de problemas, pasar las fronteras sin papeles, con fama de comunista (yo estaba afiliado al PC aunque nunca pagué las cuotas).

En tanto que Milka reitera lo de la sopa, Claudio Invernizzi acota las similitudes políticas de ambos artistas que les «crece desde el pie» desde el momento en que ambos declaran su poca bol
illa (opino que sólo aparente en «Tola») a Carlos Marx.

–(Z) Ambos poseemos la capacidad de desprendernos de esa maquinita, la que hace los billetes; yo puedo vivir con un peine, con una máquina de escribir y con una guitarra. Cuando militaba en el sindicato no era de la FAU pero era bien anarquista. Y en una viene y me dice Enrique (Rodríguez) «ché tené cuidado con lo que leés, tenés que leer a Marx y a Engels y a Lenin».

–(T) Yo estaba un día con Jaime Pérez, en el velorio de Maneco (Flores Mora) y le digo: «Jaime, el comunismo es un 98 por ciento de ternura y un dos por ciento de ciencia». Y Jaime es un claro ejemplo de los que llegan al comunismo por ternura, un respeto por la otra gente que no la tienen ustedes, y perdóneme apreciado amigo, los anarquistas.

–(Z) En parte tiene razón compañero, porque los anarquistas se sienten dueños de la verdad pero hay dos líneas, la cristiana y la judía. Los cristianos creen en la salvación de los hombres por un hombre, y los judíos y los comunistas por todos los hombres.

Al fin aparecieron tres vasos de «güisqui» que aproveché disimuladamente para colocar en pausa el grabador porque el indescifrable entrevero venía muy grueso, ambos declarándose comunistas sin ser comunistas y siga por ahí.

 

–(Z) Hablemos de pintura: ¿las Meninas son mejor que Guernika?

–(T) Usted tiene la dicha de trabajar con materiales atesorables y comunicables, como son las canciones. La pintura es inatesorable e incomunicable: al cuadro que usted más ama cierra los ojos y no lo puede atesorar adentro suyo.

–(Z) Eso ya lo dijo en un reportaje. Pero me va a regalar un cuadro y yo le canto un tango: va a salir perdiendo.

–(T) La plástica está detenida. Vos hacés la-la-la y tu corazón golpea ta-ta-ta. A tu amada la recuerdas en el acto de correr…

–¡Y si no vienen corriendo de una vez a tomar la sopa…! resonó ya algo airada la voz de Milka.

 

Ahí apagué el grabador y usted, caro lector, póngale el final de la frase que se le ocurra; aunque antes hubo rumores ciertos de tomar la última copa para colocarle a tanta conversación un broche más adecuado. *

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje