Un reencuentro con el teatro

Los textos elegidos por Zuasti muestran las dos puntas: el de Feydeau es más irreal, y las bromas parecen el necesario cable a tierra; el de Labiche («Un sombrero de paja de Italia», «El viaje de M. Perrichon»), con su agudeza psicológica, apunta a la comedia. En ambas piezas aflora el sentido teatral, las nociones de equilibrio y de composición, la velocidad mercurial que nunca excluye la observación certera y que aún deja un margen para la reflexión.

Pero la habilidad conductora de Zuasti va mucho más allá de la elección y elaboración de los libretos. La directora ha logrado metas difíciles: la uniformidad del tono, la interpretación homogénea, el acierto en el ritmo, que varía casi de una escena a otra y hasta una armonía plástica de las escenas que planea sobre un incesante movimiento que nunca es agitación, nervio o zarandeo. Pero creemos que hay más y mejor en este tan bien llamado festival. Es lo mejor que puede enseñar un artista al aprendiz, que es el amor por la obra a realizar, sin el cual nada, ni el mejor libreto, se sostiene. Elena ha trasmitido a sus alumnos una llama sagrada; y es nuestra esperanza que no ha de apagarse. «Festival de vodevil» nos redime de tanto teatro tan distante como muerto de frío, como si las aventuras que suceden en la escena no fueran sino el cumplimiento de una tarea. Es claro a los actores de estas dos piezas que el arte merece no sólo nuestra habilidad, nuestra destreza técnica, eso que se llama «profesionalismo», sino algo más y mejor, nuestra vida. Por eso decía Nietzsche que le gustaban los libros escritos con sangre; y el público de Agadu sintió y disfrutó la pasión y el fervor con que se pusieron en escena estos entremeses. *

 

FESTIVAL DE VODEVIL («La bañera familiar», de Georges Feydeau y «Los dos tímidos» de Eugène Labiche), por Grupo teatral Infaustos 2006, con Alicia Vázquez, Alejandro Almada, Valeria Gemelli y Martín Arellano (en «La bañera familiar»), Fabiana Riva, Florencia Rodríguez, Juan Ramón Arenas, Fernando Landó y Tomás Piñero, dirección de Elena Zuasti. Estreno del 23 de marzo de 2006, teatro Agadu.