A LOS 80 AÑOS DE EDAD FALLECIO ANIBAL SAMPAYO

"El pueblo, ya se sabe, no calla ni olvida"

Poeta, compositor, escritor, cantor e investigador del folclore latinoamericano, Sampayo nació en Paysandú en 1926. En 1940, bajo la dirección del maestro Alberto Carbone, integró el conjunto Fulgores presentándose en fonoplateas de radios y teatros. En 1960, junto al poeta argentino Jaime Dávalos, fundó el Festival de Cosquín y el Festival de Salta, donde fue un gran animador y presentó sus creaciones así como trabajos sobre el origen de la canción social. En 1963 recibió el premio al compositor más popular del Río de la Plata. Algunos de sus temas fueron grabados por prestigiosos intérpretes como Daniel Viglietti, Jorge Cafrune y Mercedes Sosa. En 1967 fue invitado a la inauguración de la red televisiva venezolana, año en el que también actuó para la TV española. Viajó a Cuba y representó a Uruguay en el Encuentro Mundial de la Canción de Protesta.

En 1969, la OEA lo distinguió como difusor de la cultura y la música popular de América Latina.

En 1970 creó la » Cantata a José Artigas» en homenaje al Jefe de los Orientales y Protector de Los Pueblos Libres; en 1971, su obra poético musical «Orientales al Frente».

El 27 de mayo de 1972 fue detenido en Paysandú por pertenecer al Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros) y acusado de proveer armas a la organización, que transportaba en su camioneta desde Chile y Argentina. Recobró la libertad luego de ocho años y medio.

«Cuando recién empezaba a cantar, dijeron que me iba a morir de hambre con la guitarra. Luego que me rodaron bien las cosas, que le cantaba a los pobres y andaba en camioneta de rico. Después que caí preso, ¡tan bien que estaba, meterse en eso!

Otra señora me atajó un día, diciéndome: ‘¡Linda camioneta m´hijo! Cómo dan las canciones de protesta, ¿eh?’ A lo que respondí: ‘Señora, estos fierritos los adquirí con los derechos de Río de los pájaros y Quichororó, que son de lo más inofensivas’.

Cómo podía explicarle a aquella mujer que la cáscara guardaba una pulpa más nutritiva de lo que ella podía percibir con su mal intencionada pregunta. A la señora le pasaba lo que a un sargento que había en el cuartel, que me comentaba, en broma: ‘Yo siempre pensaba, cuando lo veía pasar a don Aníbal, que era extraño que una camioneta tan nueva tuviera tanto ruido a fierro’.

Cosas de la vida, ¿no?»

«Cuando en 1980 salí de la cárcel, salí transformado: con un mínimo de virtudes, pero también con menos defectos que antes de vivir esa experiencia. Y eso ha sido gracias a que esa escuela de revolucionarios que es la cárcel, nos enseñó mucho y seguramente, nos ha quedado mucho más para seguir aprendiendo.»

«Dentro y fuera de nuestro país hubo amigos, cantores, artistas y gente de mi pueblo que nunca me olvidaron, pese a la represión y a la campaña infame llevada a cabo por los dictadores, pretendiendo borrar mi nombre y enterrarlo en el olvido, esos amigos lo defendieron manteniendo en alto mi honra. Los fascistas se olvidaban de que cuando se escribe para el pueblo, la poesía y el canto le pertenecen totalmente a él, y el pueblo, ya se sabe, no calla ni olvida.»

En 1981 viajó a Nicaragua y participó en los festejos por el segundo aniversario del triunfo de la Revolución Sandinista, al tiempo que recibió resonantes muestras de solidaridad en varios países europeos. Luego se instaló con su familia en Suecia. Editó su obra «Canto sin rejas», grabando doce canciones creadas en la cárcel. Tras su regreso a Uruguay, en 1999 grabó «De antiguo vuelo». En setiembre de 2001 editó su último libro, «Aníbal Sampayo. Desde Paysandú, canto y poesía».

En la Semana Santa de 2004 se le tributó un homenaje en la Fiesta Criolla del Prado.

«El arte y el compromiso están unidos. El pueblo es el poseedor de una verdad y una experiencia insustituible. Por lo tanto, cuanto mayor es el compromiso y la integración del artista con su pueblo, es inevitable e imprescindible que el creador haga suyas las necesidades y los derechos de su gente».

Esta fue la definición de vida de Aníbal Sampayo.

La Intendencia de Paysandú declaró Duelo Departamental, exhortando a colocar los pabellones a media asta, e invitó a acompañar el sepelio que se realizó a las 16.30 horas de ayer en el Cementerio Central de la capital sanducera. *

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