Falleció en Madrid el escritor y docente uruguayo Nelson Marra, autor de "El guardaespaldas"

Un adiós entre cabreos y nostalgias a Mr. Curtis

El escritor, docente y periodista uruguayo Nelson Marra murió en la madrugada del lunes pasado en Madrid, sin ningún guardaespaldas.

Desde la poca distancia que permite el corazón, intuyo que le robaría una sonrisa o una puteada si alguien recordara su obra desde sus primeros pasos en la poesía allá por la década del 60 con «Los patios negros» o «Naturaleza muerta» o sus cuentos iniciales en «Vietnam se divierte».

Sin embargo, Uruguay se enteró que un joven escritor de 31 años existía en febrero de 1974 porque su cuento «El guardaespaldas» fue seleccionado entre trescientas cincuenta y dos obras como el ganador de un concurso organizado por el semanario «Marcha».

La dictadura calificó este cuento como un documento que «asistía a las asociaciones subversivas», lo que significó no sólo la prohibición de su publicación sino el cierre del semanario más emblemático del país.

Además, la detención policial del autor, de Carlos Quijano, Juan Carlos Onetti, Mercedes Rein y Hugo Alfaro y la condición de requeridos a Julio Castro, Gerardo Fernández y Jorge Ruffinelli.

Cuatro años de condena a la cárcel para Marra, el exilio obligado y la desaparición a manos de los cobardes para otros, fueron las consecuencias de una obra literaria.

Cuentan algunas voces que por esos años Nelson Marra pensaba cruzar el charco para estudiar cine en la Universidad de la ciudad de La Plata.

Tras la cárcel, el exilio lo llevó por otros mares, hasta afincarse en Madrid, en una casa muy montevideana de la calle Madreselva.

En el acta respectiva del jurado de «Marcha», el viejo Onetti dejó constancia: «El cuento ganador, aun cuando es inequívocamente el mejor, contiene pasajes de violencia sexual desagradables e inútiles desde el punto de vista literario».

El escritor uruguayo que firmó bajo el seudónimo «Mr. Curtis» dijo entonces: «El propósito inicial fue la composición de un personaje eminentemente antiheroico, presumiblemente rioplatense, lamentablemente latinoamericano, sospechosamente universal».

Durante los últimos treinta años la pluma de Marra recorrió distintas publicaciones en el mundo y dejó en sus libros otras letras, tan tiernas como brutales, tan irónicas como tangueras, siempre descarnadas.

Hace poco más de un mes, un retraso en un vuelo de Pluna que me traía de vuelta a Montevideo me permitió leer su libro «Cosas de mujeres».

Tirada en el sillón de la casa de su hija, la periodista española Agnese Marra, y bajo una lluvia inesperada en Madrid, las letras de Nelson dibujando a una mujer en todas las mujeres, definieron su relación con Montevideo: siempre volviendo, la ironía de un amor escondido en una mirada distante.

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