LAS TRIBUS URBANAS, UN NUEVO PARADIGMA

Como tantas criaturas, el ser humano es un animal social. Para estudiar la historia humana, es indispensable estudiar la historia de los grupos que el hombre integra, desde los más primitivos hasta los más elaborados y complejos.

El denominado instinto gregario nos induce siempre a formar parte del algún tipo de colectivo, como una estrategia de búsqueda de aceptación social, protección y hasta autoafirmación de la propia identidad.

Aunque pueda parecer paradójico, el grupo es fundamental en la consolidación de nuestra propia individualidad, pese a que, muchas veces, queda opacada o desdibujada por este.

La sociología, como ciencia que estudia la estructura, el desarrollo y la función de la sociedad, se ocupa particularmente del ser humano en tanto ser social.

Esta disciplina analiza en qué forma las arquitecturas sociales y las instituciones como la familia, la escuela, la Iglesia u otras entidades humanas, influyen y determinan el pensamiento, los sentimientos y la conducta del hombre en su rol interactivo.

Buena parte del pensamiento contemporáneo sostiene la idea de que los seres humanos no actúan de acuerdo a sus propias decisiones individuales, sino bajo influencias culturales e históricas y según los deseos y expectativas de la comunidad en la que viven. Así, el concepto básico de sociología es la interacción social, como punto de partida para cualquier relación.

«Tribus urbanas en Montevideo», cuya tercera edición acaba de ser publicada, es un trabajo colectivo que contiene aportes elaborados por estudiantes del curso Metodología Cualitativa de Investigación Social del bienio 2000-2001, dictado en la Facultad de Ciencias Sociales.

Esta recopilación de investigaciones tiene el propósito de identificar y ahondar en el fenómeno de las llamadas «tribus urbanas», desde comienzos del siglo XXI.

En el prólogo, Verónica Filardo, la docente que coordinó la publicación, nos explica el tema abordado, conceptualizando el fenómeno y procurando darle una definición que permita un mayor entendimiento de los textos recogidos en el libro.

Asimismo, nos ofrece una breve reseña de las tribus urbanas desde la década del sesenta hasta fines del pasado siglo, lo que opera como un somero marco a la pesquisa presentada.

Además, la socióloga Filardo reseña y justifica brevemente el fundamento teórico de estas reflexiones, lo que le permite identificar un eje vertebrador que unifique los enfoques vertidos sobre los diferentes grupos analizados.

Por último, nos explica los criterios de selección de dichos grupos y los métodos científicos utilizados para investigarlos y relevarlos.

Las tribus urbanas, según se desprende del conjunto de los trabajos, constituyen un fenómeno típicamente juvenil, aunque la edad no es un factor totalmente incluyente o excluyente, sino que marca una tendencia mayoritaria.

Es interesante señalar que el hecho de que las investigaciones hayan sido desarrolladas por jóvenes, muchas veces de la misma edad de los entrevistados, permite una mirada más cercana y profunda por un tema de identificación.

En efecto, el fenómeno de las tribus urbanas es presentado como una respuesta de los jóvenes a los desafíos que le impone una sociedad de la cual, muchas veces, se sienten marginados o desplazados, ya sea económica, cultural o políticamente.

Del mismo modo que los jóvenes de otras épocas buscaban refugio en grupos políticos, gremiales o religiosos, estas nuevas asociaciones humanas cuestionan el rol de instituciones emblemáticas, como la Iglesia, la escuela, la familia o los partidos políticos.

Los hijos de la denominada «generación perdida», que se formaron en un sistema educativo diezmado por el autoritarismo y el dogmatismo, son los que hoy nutren estos grupos o subgrupos, los cuales se rigen por códigos absolutamente disociados de lo ideológico o lo religioso.

Es interesante destacar que, si bien la gran mayoría de estas «tribus» imitan modelos procedentes de otros países, fundamentalmente de Estados Unidos y en algunos casos de Europa, todos poseen algún rasgo que los identifica como grupos uruguayos, pese al fuerte cuestionamiento que formulan a los rasgos culturales identitarios típicamente nacionales.

A través de diferentes enfoques, que lejos de contradecirse o cuestionarse se complementan, la obra expone una realidad que puede apreciarse cada día en las calles de Montevideo, pero que muchas veces por temor, desconocimiento o indiferencia, preferimos negar o ignorar.

Resulta ciertamente muy valioso el testimonio directo de los integrantes de los grupos, así como la inserción que lograron los investigadores en sus respectivas realidades.

Este libro nos ofrece una cabal visión de cómo se estructuran estas «tribus urbanas» y cuáles son sus códigos culturales, sus lenguajes y los rasgos de identidad que los distinguen de otros grupos y del resto de la sociedad.

Resulta pertinente advertir que la abundante terminología técnica utilizada por los autores, puede resultar algo inconveniente al lector no estudioso de la disciplina sociológica.

Esta circunstancia transforma a «Tribus urbanas en Montevideo» en un material ideal para la difusión en ámbitos académicos, pero de complejo consumo para el lector común.

 

(Editorial Trilce)

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje