Tecnología. El director mundial del tiempo

AÑO 2008 TENDRA UN SEGUNDO MAS PORQUE EL TIEMPO NO PARA NI CORRE SIEMPRE AL MISMO PASO

La responsabilidad de asegurar que todos tengamos la hora exacta recae en Dennis McCarthy, especialista en la medición del tiempo del Observatorio Naval de Estados Unidos, el director mundial del tiempo. Más importante que nunca. Más que nadie, McCarthy aprecia cuán imperiosa es la necesidad de que la población mundial esté sincronizada.

Pero, para aquellos que no pasan sus días consultando relojes atómicos, ¿por qué es tan importante saber qué hora es? Piense, por ejemplo, en cómo funciona el navegador satelital. Existe una rede de más de 30 satélites orbitando la Tierra que transmiten una señal de tiempo de alta precisión directo al sistema de navegación de un auto.

Esas señales viajan a la velocidad de la luz, que es muy cerca de un pie (0,30 cm) cada mil millonésimas de segundo ­o un nanosegundo.

El viento. Midiendo la diferencia de tiempo entre todas las señales, un navegador satelital puede calcular en qué posición se encuentra en relación con todos esos satélites y, por ende, su posición en la Tierra, asumiendo que todos los relojes estén precisamente sincronizados. Existe una compleja industria detrás de la tarea de mantener al mundo sincronizado. Para garantizar la exactitud del sistema de navegación satelital todos los que lo están usando tienen que coincidir sobre la hora con variaciones que no excedan los 16 nanosegundos. ¿Qué tan difícil es? Hasta 1967 el segundo se definía valiéndose del movimiento de la Tierra. Ello quizás concuerda con nuestra intuición.

La Tierra rota una vez en su propio eje cada 24 horas, y hay 3.600 segundos en cada hora. Eso estaría bien si la Tierra fuera puntual, pero no lo es. La velocidad de la rotación de la Tierra cambia cada día miles de nanosegundos, debido, en gran parte, al viento. Cuando el viento choca con las cordilleras, acelera o frena la velocidad de la vuelta de la tierra firme, transfiriendo ese giro a la atmósfera.

En el curso de miles de días, esos cambios en la velocidad de la rotación puede implicar que la Tierra se desfase en relación con los relojes atómicos de alta precisión que usamos. Segundo bisiesto. Y es entonces que entra McCarthy a escena. Basado en la capital estadounidense, Washington, la misión de Dennis McCarthy es vigilar las pequeñas variaciones de la rotación del planeta y añadir o sustraer «segundos bisiestos».

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