Hoy. Recordando los 40 años de su deceso, inauguran una exposición

Homenaje a Margarita Xirgu en Agadu

Esta exposición estará compuesta íntegramente por materiales pertenecientes al archivo de Agadu, institución que este año está celebrando su octagésimo aniversario y recuerda a lo largo del mismo a algunos de sus socios más ilustres.

La muestra permanecerá abierta hasta el 29 de mayo, de 16.00 a 20.00 horas, en Canelones 1130, subsuelo de la Casa del Autor.

Margarita Xirgú, quien falleció en Montevideo el 25 de abril de 1966, había nacido con el nombre Margarita Xirgú y Subirà en Molins de Rei, Barcelona (España) el 22 de julio de 1888. Considerada una de las mejores actrices trágicas del teatro universal del siglo XX, comenzó su carrera profesional en 1906 al ser contratada por primera vez para actuar en el Teatro Romea de Barcelona en el papel de «Blanca de Mar i Cel» de Angel Guimerà.

Xirgu trabajó en numerosas compañías de teatro de aficionados antes de iniciar su trabajo como profesional en el teatro Romea, donde en seguida destacó por su extraordinario talento y se ganó a la crítica barcelonesa. En 1914 se trasladó a Madrid, ciudad en la que alcanzó todavía mayor fama al frente de la compañía del Teatro Español, donde representó obras de Valle-Inclán, Bernard Shaw y D’Annunzio, y más tarde la obra de un joven autor, Federico García Lorca. Exiliada voluntariamente en América del Sur al comenzar la Guerra Civil Española, residió en Argentina y Uruguay, donde representó la obra de autores españoles como Federico García Lorca y Rafael Alberti, y contribuyó a la formación de nuevas generaciones de actores iberoamericanos desde su puesto de directora de la Escuela Dramática Municipal de Montevideo.

El nombre de Margarita Xirgu está inmerso en la leyenda del teatro, aureolado por los perfiles del mito. La memoria colectiva reconoce que su voz y su gesto fueron el vehículo cultural del mejor teatro de la mitad del siglo XX. La actividad de Margarita Xirgu desbordó las fronteras del universo femenino de su tiempo. Su actuación, como adelantada, constituyó desde sus principios un desafío a las normas tradicionales escénicas. Su apuesta por la estética interpretativa, con opciones ideológicas, tal y como preconizaban Piscator y Brecht, la llevaron a menudo a situaciones conflictivas, que asumió conscientemente. Sus montajes de los clásicos del siglo de oro modernizaron la escena española, de donde hizo desaparecer el exceso de elementos realistas y la concha del apuntador. Su instinto dramático y su gusto por el riesgo la llevaron a apostar por los nuevos autores.

Margarita Xirgu fue la piedra angular del teatro de Lorca, quien públicamente declaró: «Debo a Margarita cuanto he logrado en el teatro».

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