EL DESAFIO INTEGRADOR

El concepto teórico moderno de discapacidad es inherente al reconocimiento de la diversidad, en tanto discurso articulador de prácticas democráticas y garantía de igualdad de oportunidades.

Sin embargo, en sociedades aún inmaduras que observan la realidad a través del tamiz de los prejuicios, este fenómeno es percibido como una barrera de integración social.

De allí la necesidad de legislar sobre el particular, condición sine qua non para amparar a las personas de capacidades diferentes en el pleno ejercicio de sus derechos ciudadanos.

La concepción marginadora está intrínsecamente relacionada con un modelo de convivencia excluyente, que siempre responde a las pautas de la ideología hegemónica.

En efecto, el mismo criterio discriminatorio que se aplica a los discapacitados motrices, visuales o intelectuales prevalece en otros casos de grosera segregación: pobres, negros y gordos, entre otros.

Esa aberrante compulsión responde a la lógica de la clase dominante, que se arroga habitualmente la potestad de decidir quien es incluido o excluido en el sistema.

La clave es, naturalmente, el modelo de producción capitalista acumulador y concentrador, mediante el cual quienes detentan la propiedad se apropian inmoralmente de la plusvalía.

Esta situación deviene en una inexorable reproducción de las asimetrías sociales y en la virtual exclusión de vastos sectores de la población, cuyos derechos en la práctica están conculcados.

En «Construcción de la discapacidad», la docente universitaria María Noel Míguez construye un sólido y revelador ensayo, cuyo propósito es reflexionar sobre la génesis de la exclusión social.

La autora, que es coordinadora del Grupo de Estudios sobre Discapacidad del Departamento de Trabajo Social de la Facultad de Humanidades, asume un pormenorizado análisis de un tema de alta sensibilidad.

A partir de una investigación iniciada hace más de una década, la especialista examina la evolución de las diversas posturas teóricas sobre las categorías de integración y exclusión social.

En ese contexto, la autora aborda específicamente el estudio del imaginario simbólico de «normalidad», que se va delimitando en las distintas sociedades bajo las pautas de la ideología hegemónica.

Partiendo de la identificación de los conceptos «nosotros» y «los otros», Míguez visualiza claramente el punto de partida de un debate que, sin dudas, involucra a la sociedad en su conjunto.

En el decurso de su minucioso razonamiento, la docente parte del reconocimiento de la exclusión social como categoría para en análisis de la pobreza y la marginalidad.

Mediante la construcción de este marco teórico, María Noel Míguez elabora su tesis en torno a la discapacidad y su situación de alta vulnerabilidad social.

En el curso de su reflexión, la escritora trasciende a la habitual asociación entre discapacidad y salud, sugiriendo que el problema tiene profundas connotaciones culturales.

La investigadora rescata la condición de sujeto de derecho de los discapacitados, en una mirada que amplía considerablemente el horizonte de estudio del tema.

Obviamente, la autora no soslaya los inevitables conflictos derivados de un modelo a menudo marginador y excluyente, que suele demoler expectativas de crecimiento y superación individual.

«Construcción social de la discapacidad» es un ensayo sólido y fuertemente comprometido con la realidad, que convoca a un renovado debate sobre la necesidad de seguir profundizando las herramientas democráticas, con un criterio justo y solidario.

(Editorial Trilce)

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