Oeste Pro Funk en Laskina de Plaza Mateo

Mas allá del Miguelete

En 1993, el mundo del hip hop se vio sacudido por la aparición de un grupo (un clan, mejor dicho) que mostraba en su seno una increíble variedad de estilos rítmicos. El nombre de ese colectivo era Wu Tang Clan y cada uno de sus muchos MC´s rapeaba en un estilo tan diferente como complejo. Dando un paso más allá de lo que los grupos convencionales de rap y hip hop habían hecho hasta el momento, esto es combinar un par de voces en diferentes timbres y con distinto tratamientos de las rimas, el Wu Tang Clan realizaba un derroche de energía e imaginación en la verborragia de Method Man, Ol´Dirty Bastard, Raekwon, Gosth Face Killa´, encajada a la perfección sobre las cristalinas bases de RZA, el responsable de todos los sonidos no vocales del clan.

Tan llamativo fue lo de esta gente que, pese a que sus canciones difícilmente se adaptaran a los estándares radiales, éstos se terminaron adaptando a ellos. Una de las características del acuerdo que el grupo tenía con su sello discográfico era que cada uno de sus integrantes podía editar disco solista con otros sellos. Esto resultaría un excelente mecanismo de promoción, ya que cada uno de los MC´s invitaba a sus compañeros a su disco y promovía al conjunto. En muchos sentidos diferente, pero con elementos en común con la experiencia del clan Wu, Oeste Pro Funk (La Teja Pride, Contras las cuerdas, Canona y El Barragán) aparece como el segundo intento de constituir un colectivo de hip hop en Uruguay (la primera intentona correspondió al «clan» Sudacas en Guerra). Con Leonidas, integrante de La Teja Pride, dialogó LA REPUBLICA, intentando averiguar las intenciones del colectivo.

–¿Cómo surge la idea de constituir un colectivo?

–En un comienzo era La Teja Pride y la gente de Contra las cuerdas, que recién empezaba. Hicimos un toque juntos y a partir de allí comenzó una relación. Después cayó Canona, que era un amigo de la casa. Luego empezó un intercambio de programas para armar las bases y se empezaron a componer cosas en conjunto: Contra las cuerdas tenía una base y Davich (L.T.P.) sugería una nueva batería. Nostros teníamos una base y la gente de Contra las cuerdas le ponía un bajo, cosas así. Tocamos otra vez juntos y decidimos ponerle un nombre al conjunto. Después apareció El Barragán y allí quedó más o menos armado el asunto. El disco de Oeste Pro Funk tiene elementos en común pero conservamos las diferencias.

–¿Por qué Oeste Pro Funk?

–Pro Funk eran unas palabras que siempre nos habían gustado y Oeste, bueno, porque todos somos del oeste de Montevideo.

–¿Colectivos como el Wu Tang Clan son una influencia para ustedes?

–Creo que no, nunca nos fijamos mucho en cómo se manejan los gringos. No nos gusta la palabra clan, preferimos colectivo porque, como los anarquistas españoles, somos un conjunto sin liderazgos y decidimos todo por asamblea. Eso no quiere decir que cada banda no tenga su invidualidad.

–¿Por qué editar un disco autogestionado y casi por fuera del circuito comercial?

–Por que queríamos sacarlo rápidamente y no nos preocupaba salir por un sello. Queríamos editar algo que sonara bien, algo que hiciera las veces de demo y de primer disco a la vez.

–Si un sello viene y les dice «me gusta tal grupo pero no el resto», ¿cuál sería la respuesta?

–Bueno, la idea es que salga todo el Oeste Pro Funk, pero de todas formas, sería un decisión del colectivo y no del sello. Tampoco es que estemos pegados, trabajamos juntos. Y si se decide que salga, Oeste Pro Funk va a estar igual presente.

–¿Cuáles son los planes futuros?

–Tratar de conquistar el mundo… (risas).

Ya en serio, mandar el disco para todos lados, tambien al exterior. Vamos a venderlo en Internet, a través de una empresa argentina.

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