Muestra. Una mirada a lo más destacado del arte de las tablas

Prosigue a toda marcha el festival teatral "Porto Alegre en Escena"

Senhora dos afogados, de Nelson Rodrigues, dirección de Zé Henrique de Paula (San Pablo).

La recia dramaturgia de Nelson Rodrigues, en base a crímenes ocultos, incestos revelados, pasiones desatadas, cruzadas y sobre todo prohibidas, deben desarrollarse con electricidad y velocidad shakespeareana. Pierde intensidad, en este caso, con el agregado, no bien ensamblado con el resto, de canciones a cargo de un elenco de disímil competencia musical.

«Medida por Medida», de William Shakespeare, con dirección de Gilberto Gawronski (Río de Janeiro), es una pieza que comprometió la objetividad del crítico desde su nacimiento, cuando en 2006 Gilberto nos hizo el honor de sugerirnos escribir un comentario sobre la obra, comentario que aparece ahora en el programa de mano. La puesta en escena es literalmente la medida exacta de cómo dar la comedia clásica: sin solemnidades de museo, con un ángulo de visión contemporáneo, actualizada, con sangre, humor, nervio y pensamiento y por sobre todo adulta, a años luz de las frecuentes payasadas infantiles que pretenden ser comedias. Dentro del muy competente elenco se destaca en el papel del duque de Viena Luis Salem, Celso André como Lucio y el mismo Gilberto Gawronski como Bernardino y como un Shakespeare atento a la vida que pasa a su lado.

«Qualquer cosa de intermédio», de Adriana Calcanhotto (Río de Janeiro; teatro Sao Pedro) mostró la versatilidad de la artista, que comenzó el espectáculo con una canción de Arnaut Daniel (siglo XII) en provenzal e incluyó la musicalización de varios poemas de Mario de Sá Carneiro (1890 -1916). La cantante, sin más innovaciones que los curiosos instrumentos musicales elaborados a partir de cucharas, tazas, jarras y bordes de copas con agua, mantiene el encanto y la musicalidad de la época de «Senhas» y «Perfis».

«Tercer cuerpo», de Claudio Tolcachir (teatro Carlos Carvalho). La mínima historia del joven Manuel, que maltrata a su enamorada y prefiere un vínculo homosexual con Héctor, un hombre mayor empleado en el «Tercer cuerpo» de una empresa y cuya madre muere durante la obra, es presentada simultáneamente y en intersección con la vida de la oficina. El autor abunda en la previsible cháchara de la oficina sobre agendas extraviadas, llaves perdidas, prolijos pedidos de comida al café y riñas gratuitas al por mayor y al final una trifulca general, que debe ser el desenlace, todo ello mediante el falso «naturalismo» del teleteatro: zigzagueo de diálogos monosilábicos e irrelevantes, gritos al por mayor, y, por supuesto, anhelantes declaraciones de amor, invariablemente a contramano.

«Caio Fernando Abreu, tres monólogos», de Antônio Rodrigues y Breno Fitipaldi (de Pernambuco, Teatro del Instituto Goethe) es un estreno del Festival que une «Fio invisível de minha cabeça», «Praiazinha» y «A dama da noite» de Caio Fernando Abreu. Con buenas interpretaciones de Henrique Ponzi, Antonio Rodrigues y Marcelo Francisco, las tres piezas desarrollan los temas permanentes de Abreu, con su energía habitual: el elusivo sentido de la vida y el placer y sobre todo «…el temor de haber sido y un futuro terror».

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