Alianza Francesa

Ancestros, una muestra singular

En un país caracterizado por el repentismo y la improvisación, es elogiable el proyecto Ancestros que tiene lugar en la Alianza Francesa. Un proyecto y un tema, las migraciones, concebido por Nora Kimelman, y de alcance rioplatense. También se convocó a dos antropólogos uruguayos (Daniel Vidart y Anabella Loy) y un escritor argentino (Silvio Huberman), especialistas en el tema que fortalecieron conceptualmente la propuesta. No se detiene ahí el proyecto. En el bien diseñado catálogo se anuncia la itinerancia de la exposición por Colonia y Maldonado. Una planificación que no es nada habitual.

La exposición es atractiva. Empezando por el montaje que modifica la sala, conquista el espacio y distribuye con criterio dinámico los diferentes trabajos de un nivel parejo. La sorpresa, en los representantes locales, está en la inesperada sobriedad de Margaret Whyte, alejada de sus barrocas composiciones, presentando tres obras planas cubiertas de gel, grafiteados mapas de la memoria, al igual que Olga Bettas, desprendida de sus objetos eróticos, evocando en sencillos y contundentes documentos la travesía de sus ancestros. Se hacen notar Gladys Afamado en una pieza textil donde inscribe imágenes y palabras, o la siempre sobria Eloisa Ibarra con sus finísimos grabados y pequeños objetos. Lilian Madfes confecciona un libro de artista de papel sulfito y guata, con incrustaciones de loza, restos de naufragios. Son llamativos la instalación de Raquel Lejtreger, en su diálogo entre lo sólido y lo aéreo, el simbolismo de Alvaro Gelabert y los relieves de madera de Nora Kimelman, basados en recuerdos familiares. Cumplen su objetivo las argentinas María Guerrero y en particular, Silvia Brewda, con el libro intervenido. Una exposición ejemplar, de un profesionalismo infrecuente.

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