Testimonio. Un valioso documental que registra parte de nuestro pasado

Mundialito, un filme que recupera algo siempre necesario: la memoria

Es que el trabajo de Sebastián Bednarik rescata del olvido una instancia que tuvo sus aristas socio culturales dentro de un complejísimo contexto que algunos quizás pretendieron sepultar en el olvido para no quedar en falsa escuadra frente a la historia. Dentro de ese entreverado panorama surge ­como indiscutible mojón­ el resultado del plebiscito que arrojó un No contundente a las aspiraciones del «proceso cívico-militar» y el relativamente improvisado armado de un campeonato de campeones del mundo como frutilla de la torta.

Tanto para los que vivimos esa época o generaciones posteriores, el documental registra verdaderos hallazgos informativos que iluminan sobre este entrevero de intereses, compromisos y probables ambiciones que motivaron un proyecto desprolijo, sin financiación ni infraestructura para una transmisión internacional, aunque parezca mentira. Que el resultado final de todo esto no se haya convertido en un caos, probablemente tuvo que ver con la tenaz inconsciencia de algunos (Washington Cataldi, por ejemplo), el casual encuentro de ciertos inversionistas europeos con ínfulas mediáticas («un tal Silvio Berlusconi», como se lo menciona en el audiovisual), el absoluto desparpajo de algunos «empresarios» que recuerdan esos momentos con total desfachatez (el ciudadano griego Voulgaris) y, obviamente, el apoyo a regañadientes de los militares que ya se habían metido en el baile antes de su derrota plebiscitaria.

En este cóctel, que rememora al tango «Cambalache», también podría sumarse el dudoso aval de la FIFA (Joao Havelange, mediante), la no participación de Inglaterra (que quizás se olió algo extraño) y los propios jugadores que trataban de darle una legítima «alegría al pueblo» en medio de sentimientos encontrados. Todo este material surge en «Mundialito» como una suerte de revelación que termina atando un par de cabos (no todos) pero también da lugar a una contenida emoción que emerge en lejanas imágenes de partidos, una interesante documentación visual de archivo y hasta en la opinión y el relato de comentaristas que vivieron y transmitieron este encuentro del que la Asociación Uruguaya de Fútbol no guarda registro alguno, según se afirma en el documental. Desde el «Uruguay, te queremos ver campeón», la canción de Beto Triunfo y Roberto Da Silva hasta la atomizante publicidad por el Sí, el abanico que recorre «Mundialito» ya es, sin lugar a dudas, un valiosísimo testimonio que recupera parte de nuestro pasado. Y ya se sabe que si uno olvida el pasado puede caer en el pecado de repetir errores. Por eso, ver el documental se convierte en una cita inexcusable y necesaria para todos porque, entre la sorpresa que producen algunas revelaciones, la propia pasión futbolera, el estimulante recuerdo del No que ganó por goleada y alguna que otra carcajada que surge de declaraciones varias, la labor de Bednarik logra un punto reflexivo muy alto. Enhorabuena.

Mundialito (Uruguay; 2010). Dirección: Sebastián Bednarik, producción Andrés Varela, Montaje Guzmán García, fotografía Pedro Luque, sonido Daniel Márquez y Favian Oliver, música Ojos del Cielo (cuarteto de música instrumental). Dirección de arte Santiago Tavella, postproducción Daniel Márquez, producción ejecutiva Andrés Varela, Jaqueline Bourdette y Lucía Gaviglio.

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