Entrañas de América en ritmo latino

En el principio, una voz en off dijo: «Señores, aunque no lo crean, aquí está La caravana mágica, el ritmo en tus pies, y la alegría en tu corazón», dando comienzo así a una cumbia casi villera, con el Pelado moviendo sus caderas de lado a lado: «En el medio del pecho bien hondo, la tristeza de un niño escondo, en el medio del pecho bien hondo, mamá…no es que sea viejo, es que tengo a mi niño preso», arrancó cantando Cordera la canción «No es que sea viejo», en la que participa Palito Ortega.

Apenas terminó el tema le preguntó al público: «y, se van a quedar sentados?»

Con overol o pijama medio anaranjado Cordera presentó en más de dos horas su disco que realizó en cooperativa con su nuevo grupo. Esa cooperativa que representa su nueva etapa de vida, donde sigue mutando y merodeando por los sonidos americanos más profundos, populares y sentidos, con ritmo bailable, pegadizo. Pero en el que sigue siendo el mismo, siguiendo los instintos, como lo hizo con el disco anterior «Suelto».

Con temas como «La bomba loca», armó el bailongo y arrancó de las sillas a más de uno con los brazos levantados y
«cadereando» al son de la cumbia dance. «Estoy real», tercer corte del último disco, transportó al público al centro de nuestra América latina, con un rasgueo telúrico boliviano inconfundible. «No sé si está bien, no sé si está mal, es real», cantó el Pelado. «Vengo del Amazonas, traigo la medicina para que se liberen de lo que los lastima. Están en la cabeza todos los monstruos nuestros y en nuestros corazones nos espera el maestro».

Las letras de Cordera no dejaron de sorprender con su sencilla profundidad, su búsqueda, la denuncia, la intensidad, y un compromiso antropológico y espiritual que no sólo se refleja en sus rumbos profesionales, de cambios de ritmos y formato solista; también sus composiciones siguen siendo un alegato a la vida y una muestra de las miserias humanas…»Distracción, fascinación, avidez de entretenimiento, así es como escapas a tu propio misterio. Seguís buscando en un imperio caridad y sólo hay almas mezquinas. ¿Dónde habrá luz en la ciudad capaz de iluminar tus sombras? ¿qué habrá detrás de tanta crueldad? ¿podrán desactivar las bombas?», se preguntó en «Ansiedad de buscar» del disco «Suelto» .

Uno de los puntos más altos del show lo alcanzó el ingreso de Fernando Cabrera en el escenario, para cantar «Iridiscencia» con Cordera. Allí la melancólica cadencia de nuestro artista, fascinó al Pelado, y cantaron: «Siento que te pongas mal, tu dolor es mi dolor. Si algo duele, duele a todos, pero es de humano negar. Si algo tiene que cambiar, todos cerramos los ojos…».

Francis Andreu, de la mano de Cordera, trepó ­literalmente- al escenario, como otra invitada que se sumó a bailar y cantar en un «trencito» cumbiero que contagió a todo el mundo.

En una versión de cuartetazo argentino que quebró toda timidez, surgió en el set «Sencillamente», evocando a la Bersuit Vergarabat a puro salto y baile. Sobre todo de una buena barra de gente ubicada al costado del escenario que, mayoritariamente femenina, no dejó de bailar y cantar hasta el final.

Desde el público no paraban de pedirle temas de la Bersuit, como era de esperar, y tras la insistencia, preguntó «¿caramelito?, no me digan que quieren mi caramelo?» y accedió, «bueno, el reggae del caramelito», comenzando el corto y parejo rasgueo de su versión reggae de «Mi caramelo», uno de los temas más exitosos de la Bersuit.

La fiesta brotó al son de Cordera y su mágica caravana. Se pudo encontrar el corazón del Pelado en medio de una fiesta de cumbia, rumba y cuartetazo, sumergidos en el bucear compositor del artista, cada vez más lúcido, más ávido de transformación y magia.

Tras el fervor de los pedidos de bis, terminó con un golpe de gracia a las críticas que recientemente el argentino Andrés Calamaro le hizo al público uruguayo, devolviéndole además, de alguna manera, esa crítica que le hiciera a él en estos días a través de tweeter, y dijo: «No es amargo el público uruguayo!, es sensible, loco, es de corazón sensible».