In memoriam. Un ciclo con sus películas más destacadas

Mario Monicelli en Cinemateca

Fue hasta muy poco antes de su muerte (por suicidio, al saberse afectado por una enfermedad terminal), uno de los más significativos representantes de la comedia italiana, aunque su registro abarcó ocasionalmente otros géneros. A lo largo de más de medio siglo, por las manos de Mario Monicelli pasaron los principales capo cómicos del cine itálico, desde Sordi a Gassman, desde Totó a Manfredi, con una vocación por el humor que no perdía de vista la realidad social, la complejidad humana y a veces el lado oscuro y dramático de sus personajes.

Es cierto que no todo el cine de Monicelli exhibió ese nivel (y a veces se lo vio descender a la mera rutina), y no todo fue comedia: es una lástima no disponer de una copia decente de, por ejemplo, «Los compañeros» (1962), que fue acaso su mejor película y era un drama histórico y social que tenía sus alcances épicos.

El puñado de filmes de Monicelli que reúne este ciclo constituye, sin embargo, una buena síntesis de sus principales características, y redondean también un adecuado homenaje a la figura del maestro desaparecido. Con él se va una época del cine. Ayer se exhibió «Mi amigo el ladrón». Una persecución de ladrón y policía, con la mezcla de humor y seriedad (nunca falta la pincelada dramática) de la «commedia alla» italiana. Un buen ejemplo del género, con el «plus» del gran Totó.

Hoy será el turno de «Un héroe de nuestra época».

Un héroe nada heroico, como corresponde al siglo veinte y a un personaje encarnado por Alberto Sordi, que según Oriana Fallaci era el héroe que los italianos se merecían. Un retrato de vidas cotidianas, con su mezcla de humor y drama. Mañana será exhibida ‘Los desconocidos de siempre», con Vittorio Gassman, Renato Salvatori, Memmo Carotenuto. Una de las obras maestras de la comedia ácida italiana: la historia de un grupo de ladrones incompetentes que intentan vanamente dar su «gran golpe». Tal vez la película que hizo que Monicelli comenzara a distinguirse realmente entre los meros fabricantes de comedias en serie.

El martes será el turno de «La gran guerra», con Alberto Sordi, Vittorio Gassman, Silvana Mangano. Comedia, drama y cierta ambición de gran espectáculo atribuíble al productor Dino de Laurentis (también fallecido este noviembre). Sordi y Gassman tienen su oportunidad de lucirse como comediantes, pero cuando las cosas se ponen serias Monicelli maneja con solvencia la transición.

El jueves 20 se verá «La armada Brancaleone, con Vittorio Gassman, Catherine Spaak, Folco Lulli. Monicelli envía a Gassman y un grupo de desarrapados a las Cruzadas, y la Edad Media nunca volvió a ser lo mismo, al menos en el cine. Una comedia en la mejor tradición de la novela picaresca europea, que se hace pocas ilusiones con respecto a ciertos heroísmos.

El viernes 21 se proyectará «Brancaleone en Las Cruzadas», con Vittorio Gassman, Adolfo Celi y Stefania Sandrelli. Brancaleone se enreda en los enfrentamientos entre cristianos y musulmanes. Ya se sabe que los cristianos terminaron perdiendo: tal vez él no fue la única causa, pero ayudó. Una secuela menor del brillante filme anterior.

El sábado 22 se pondrá en pantalla «Un burgués pequeño pequeño», con Alberto Sordi, Shelley Winters y Vincenzo Crocitti. El famoso «enano fascista» que (dicen) todos llevamos dentro. El personaje de Sordi crece desde una apariencia inicial de «ciudadano común» hasta el real monstruo de los primeros tramos, y el filme crece también, desde la comedia costumbrista a la tragedia.

El domingo 23 podrá verse «Los nuevos monstruos», con Vittorio Gassman, Alberto Sordi y Ugo Tognazzi. Uno de los típicos «filmes ómnibus» de la comedia italiana: varios episodios cortos con diversos elencos y distintos directores, con una vocación por el humor ácido y crítico. Monicelli dirigió dos de los capítulos.

El lunes 24 se verá «Esperemos que sea mujer», con Liv Ullmann, Catherine Deneuve y Philippe Noiret.

Las mujeres son fuertes y están en el control, a los hombres habría que matarlos, y una joven está embarazada. Esperemos que dé a luz una mujer. Una comedia dramática sostenida por algunas finezas de dirección y un solvente elenco internacional.

El martes 25 ocupará la pantalla «La rosa del desierto». Otra vez la guerra (esta vez se trata de la Segunda), militares italianos en el Norte de Africa, llegan los alemanes, humor y drama. Uno de los últimos ejemplos de un género que conoció su época de oro hace medio siglo, y de alguna forma la despedida de Monicelli, con noventa y un años.

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