Anticipos

Lo que vendrá en Buenos Aires

La planificación de una temporada, propia de sociedades civilizadas, ya quedó establecida en Buenos Aires. En todos los rubros. Las artes visuales tienen el privilegio de arrancar, tempranamente, en el mes de marzo, con la muestra de Louise Bourgeois en la Fundación Proa. El enorme talento de la escultora franco-estadounidense sorprenderá a quienes no la conocen y gratificará, una vez más, a los que, desde hace una década y media, siguen su trayectoria en bienales, documentas y muestras personales en los principales centros culturales del mundo.

Su nombre, incluido en una exposición colectiva que pasó por Montevideo ( Lines of Vision, dibujo de mujeres en el Centro Municipal de Exposiciones, 1990) y aun en la importante Exposición Internacional por el fin del hambre en el mundo,1989,conocida en Buenos Aires, pasó inadvertido. Como en general aconteció durante décadas antes de estallar su celebridad en Europa, que se diseminó, incontenible, «urbi et orbi» Su primera retrospectiva europea fue en 1989, la documenta de 1992 y la bienal de Venecia de 1993 la catapultaron a la categoría de mito viviente, que luego confirmarían las bienales de Lyon, San Pablo y nuevamente Venecia.

Nacida en París en 1911, en un hogar de restauradores de tapices, en el cual Louise se encargaba de las partes raídas y de alterar el sexo de los angelotes con ramos de flores al gusto de los clientes puritanos. Formada en matemáticas en la Sorbona frecuentó la Escuela de Bellas Artes y las academias de arte RANSON, Julien y la Grande Chaumière, así como los talleres de Fernand Léger, André Lhote, Othon Friesz, Roger Bissière e Yves Brayer. También asistió a las clases de la Escuela del Louvre.,

Compartió la estética cubista y surrealista y los cotidianos gustos del Art déco y la moda de Coco Chanel a la que su madre la habituó, trajes que conservaría toda su vida y utilizaría para sus instalaciones… En los inestables años del facismo y nazismo, de la guerra civil española, Louise conoció a Robert Goldwater, historiador de arte estadounidense, y se marchó a Estados Unidos. Allí comenzó a pintar primero para luego dedicarse a la escultura con envíos regulares a exposiciones colectivas. En su taller de Brooklyn, por coincidencia, una vieja manufactura de tejidos, comenzó a construir, sin prisa y una apabullante capacidad de invención, una obra que apresa los vericuetos del inconsciente, los miedos y represiones de la infancia (las arañas que devoraban los mosquitos en su hogar, el padre dominante y donjuanesco), moviéndose en la dialéctica de los opuestos (duro-blando, femenino-masculino, liso-rugoso, geométrico-orgánico, pesado-leve, adentro-.afuera, figurativo-abstracto) hasta culminar en una síntesis y una androginia primordial atravesada por el erotismo y sensualidad de fuerte impacto en enormes instalaciones. Su exposición en el Río de la Plata será un acontecimiento histórico.

En mayo, Arte BA cumple 20 años. En los pabellones de La Rural transcurrirá entre 19 y el 23 de mayo, con una renovada programación, con el proyecto U-Turn Project Rooms y un homenaje a Carmelo Arden Quin con una mesa de discusión el día 22 de ese mes.

La III Bienal del Fin del Mundo, en Ushuaia, estará a cargo de Consuelo Císcar, directora del IVAM de Valencia, en agosto y setiembre. El Museo Nacional de Bellas Artes anuncia un repaso del arte geométrico para octubre, mientras los artistas Juan Melé, Kosice, Blazko (todos provenientes de arte madí) y Polesello, tendrán sus respectivas monográficas. Con la apertura del Museo de Arte Moderno en la avenida San Juan, la capital porteña, si no se convierte en la capital cultural del Cono Sur, como desean y proclaman el nacionalismo argentino, pues es imposible arrebatarle el cetro a San Pablo), se aproxima bastante.

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