Lezica fue una gran fiesta

El pasado fin de semana en Lezica, Montevideo, se instaló en la mansión LezicArte. A partir del medio día comenzó el festival multicultural.

Hola, ¿vienen al festival? ­dijo una muchacha en la puerta acercándonos las banditas naranjas para colocarnos en las muñecas.

Caminando media cuadra entrábamos a la mansión, a cada paso estábamos más cerca de la música, sonaba Moody Waters, y los colores aparecían por doquier. Federico fue quien nos recibió. Luego conocimos a Daniel Jakobson, organizador, a quien saludamos y felicitamos, él respondió con una sonrisa que denotaba haber logrado el cometido.

«Sucedió entre conexiones. En enero nos juntamos con la idea, empezamos a carburarlo, se empezó a dar, es una movida jodida porque no estamos con patrocinadores, no es comercial, pero estamos pagando sonido profesional y demás. Es ‘un poco a huevo’, esa es la propuesta y está funcionando, de noche va a ser una locura». Nos encontrábamos sentados charlando en gomas, armadas símil sillones. Al frente la Licorne Librería brindaba una amena lectura.

«Se nos empezaron a cruzar cosas en este lugar. Pereda (Federico) había hablado con el dueño de la mansión. El lo conoce por la familia, y lo imposible se dio. Hace treinta y cinco años que vivo en Estados Unidos. Trabajé con The Who, Rod Stewart, INXS, con mil bandas. Dirigí la filmación de Woodstock en California, el veinte aniversario, no el veinticinco que hizo Mtv. Volví a Uruguay, toco también (guitarra ­imaginémoslo en un punteo filoso­), en proyectos aislados, con esta banda se armó lindo (Dinamita & La Swing Factory), y el festival se convirtió en algo orgánico, con todos tipos distintos. Soy mayor que sus padres.

Se veían los preparativos para la proyección de películas cuando cayera la noche sobre una gran pared agrietada de la mansión, También colgaban las telas verdes cuando escuchamos: «vamos a calentar, hay que cuidar el cuerpo», era Ignacio Paganini, «artista circense y docente en telas, nos contactamos con quien organizaba y estuvieron de acuerdo en que una de las propuestas fuese actividades circenses». Mientras Ignacio calentaba, Pereda punteaba, a mi frente estaba el escenario justo antes del monte, a mi derecha estaba un viejo galpón que estaba siendo intervenido por artistas varios con técnicas varias. Continuó Ignacio: «Nos une la tierra y está bueno que dentro del individualismo de las diferentes disciplinas, exista donde encontrarse y liberar ese individualismo, entender que somos parte de la misma cosa».

Sobre un costado del galpón Maximiliano Bocca «graffitiba»: «Me enteré por Felipe (organizador), hay gente muy diversa como la propuesta en sí, es genial, heterogénea, te sentís arropado. Desde hace dos años, ha cambiado algo en las redes sociales que puede traer malas cosas, pero podés hacer llaveros con patas de conejos y alguien los va a ver, hay que usar eso para bien, el buen uso es genial para generar vínculos». No se puede culpar a un hacha por cortar una cabeza.

Pasando el galpón llegamos a la rampa de skate, donde estaba Bruno Bermejo integrante de «lapatineta.com», sitio que apoya el desarrollo del skate: «Vengo encargado de la parte de skate, pusimos una rampa para que el skate se junte con todo esto que es muy diferente pero, los ‘gurises’ siempre se ‘cuelgan’, se dan sus palitos y se van con una sonrisa de oreja a oreja. Queremos mostrar el estilo de vida, ves un skater volando y es un arte a demás de un deporte. Me siento muy privilegiado de estar acá, por toda la demostración de arte y cultura, con paz, armonía, diversidad, están todos desde veteranos hasta ‘gurises’ de diez años. Es una jornada para repetir».

Entramos en la mansión, su interior estaba forrado con pinturas y arte plástico en diversas formas, acompañado con música en vivo. En el escenario interior, a partir de media tarde tocaron Señor Pharaon, Fede Graña con gran banda gran, El Trovador, María Paz, Alfonsina, ENTE y Mid Tempo. En el escenario del jardín, había tocado ya Muertos Mágicos y Dinamita & La Swing factory, junto a Daniel, sonarían más adelante Guachass, Boomerang, Silverados y Hablan Por la Espalda.

Yendo a mirar el atardecer a un vértice de lo demarcado, nos encontramos con el jefe de seguridad: «Ellos hacen su vida, todo tranquilo, escuchan su música, leen, están en sus grupos».

Para afianzar la diversidad, pasó frente a nosotros una gallina, con una de las cintas naranjas atada al cuello, nos guió hasta Noel que llegó y miró la pared, vio en las grietas una mujer y pintó: «Un mural, graffiti, no tiene definición. Es muy ‘familiero’ todo, me dijo una amiga vamos a pintar, vamos, creo está funcionando bárbaro. El muro me dio ciertas formas, vi una mina, un huequito me sugirió la cara y así empezó» .

A mi lado pasó Gonzalo Torres cámara en mano: «Estoy filmando, porque me encanta que al fin se haya hecho un movimiento cultural grande de arte, que sea acá, que se haya movido gente a un lugar tan alejado, demuestra gran interés. Soy fotógrafo y estudio cine, estoy haciendo este documental. Que se siga moviendo porque hay mucho para mostrar y es impresionante el lugar», dijo filmándonos, mientras lo fotografiábamos y entrevistábamos, cual «mamushka-comunicativa».

La noche y su frío estaban entre nosotros hace rato. Cerró tocando en el escenario del jardín Hablan Por La Espalda que con sus variaciones rítmicas movió a cada uno de los participantes, superando gustos y convalidar el contenido del festival.

 

Mural multitécnicas

Yendo hacia el jardín encontramos una plancha donde se podía pintar sea con aerosol o pinturas, organizado por «notelapierdas.com». Valentina nos dijo; «acompañamos este movimiento por promover el arte en sus diversas formas, apoyamos con los materiales, nos organizamos por gente en común y ayudamos con la difusión por Internet. Armamos como un mural sobre estacas de madera. Distinta gente ha pintado desde las doce del mediodía».

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