ENTREVISTA CON LA CRITICA RAQUEL GONZALEZ REAL DE AZUA

Poesía uruguaya en Paris

Con Raquel González Real de Azúa nacida en Montevideo, autora, conferencista y traductora, residente en París desde hace 25 años, dialogó LA REPUBLICA sobre la compleja lucha por difundir del patrimonio literario uruguayo en Francia. «La poesía latinoamericana en general y particularmente la uruguaya es desconocida en Francia» apunta González, quien en su último libro «Le modernisme en Uruguay» hace descubrir al lector francés los poetas uruguayos y en particular las poetisas uruguayas.

–¿Por qué un libro sobre el modernismo en Uruguay?

–Antes de escribir el libro estaba preparando un trabajo para presentarlo como espectáculo en la Unesco en París sobre la poesía uruguaya con una puesta en escena mía sobre una pieza de María Eugenia Vaz Ferreira. La pieza tuvo mucho éxito y los franceses descubrieron un pequeño fragmento de su obra. Así comenzó la idea del libro. Es un trabajo de investigación de la poesía uruguaya de comienzos de siglo.

El modernismo es un movimiento que se inició en toda la América hispánica, con otros escritores y poetas hispano hablantes. Llegó a Uruguay en 1886. La primera poetisa en Uruguay fue María Eugenia Vaz Ferreira. La primera manifestación de modernismo en América Latina fue en 1882, «Ismaelillo» de José Martí. Este movimiento fue dirigido, iniciado y concebido por el famoso Rubén Darío. Rubén Darío visitó Uruguay muchas veces y acá en París tenía en esa época una revista que se llamaba «El Mondial». Fue de esta manera que conoció a Delmira Agustini.

–La poesía femenina en Uruguay de esa época es importante ¿Por qué?

–La producción literaria femenina es muy importante en Uruguay. Este fenómeno «hors du commun» en Uruguay se caracteriza por la cantidad de poetas femeninas. Es un fenómeno natural.

Hay algunas poetisas que son figuras faro en Uruguay. Estoy hablando de Delmira Agustini, María Vaz Ferreira, Juana de Ibarbourou, Idea Vilariño, Sara Ibáñez. Tal vez estas mujeres escribían porque se sentían emancipadas. Era una manera de afirmarse escribiendo, y de sentirse independiente.

Teniendo en cuenta el contexto de la época, todo era válido para romper barreras. No solamente la obra de estas mujeres fue algo revolucionario sino también sus vidas. Delmira Agustini es un mito.

Los franceses no la conocían. La primera vez que hablé y leí unos poemas de Delmira Agustini se quedaron fascinados. Descubrieron una mujer única en su género. Nunca fue traducida al francés. Lo mismo Juana de Ibarbourou y María Vaz Ferreira. Hoy la Unesco ha traducido algo. No hay que olvidar sin embargo a los poetas masculinos que han enriquecido nuestra literatura, Silva Valdés y Oribe, Armando A. Vasseur, Herrera y Reissig, Sabat Ercasty, Emilio Frugoni, etc. Además de los tres poetas que prefirieron escribir en francés, Surpervielle, Laforge y Lautréamont.

–¿Cuáles son sus proyectos?

–«Le Modernisme en Uruguay» fue el primer tomo de una serie de tres. Estoy terminando el segundo sobre los períodos que siguieron al modernimo. He tratado toda la poesía hispánica americana del «modernismo al surrealismo».

Puse énfasis en las relaciones entre los escritores y los poetas.

Estoy preparando también algunas poesías para un libro en común con poetas franceses que me han pedido.

Tengo previsto dar algunas conferencias en la Sorbonne sobre poetas uruguayos. Me apasiona el patrimonio poético literario uruguayo. *

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