El invento de la nostalgia

Hay temas que tal vez no sean tan buenos como los momentos que evocan. A veces no se trata de la calidad, sino del significado. Con una canción determinada se pudo recibir el primer beso, compartir un encuentro, o conocer a alguien especial. La posibilidad de revivir esos recuerdos a través de la música se da una vez al año, en una noche única dedicada exclusivamente a temas viejos.

Esta cita que mueve a los que siempre salen y a los que nunca lo hacen se repite todos los 24 de agosto. Bajo el nombre original de La Noche de la Nostalgia y todas sus posteriores variaciones se desarrolla un fenómeno de nostalgia –palabra que etimológicamente significa regreso al dolor– exclusivamente uruguayo.

Este clásico que nació y creció en el país, hoy busca expandirse fuera de fronteras.

El creador de la revolucionaria idea, Pablo Lecueder –hoy propietario de Océano FM– aún se emociona al rememorar la época y los sucesos que convirtieron una inocente fiesta en la noche en que sale más gente que cualquier otro día del año.

Casualidad

Lecueder tenía apenas 16 años, acababa de llegar de Estados Unidos, en donde estudió por medio de una beca. Conoció entonces a Daniel Leal, uno de los principales «disc jockeys» de la época, y decidió con unos amigos ir a visitarlo a CX 44, Radio Panamericana, donde Leal realizaba varios programas de música joven.

A Pablito, como lo llamaban en esos tiempos, le fascinó la radio y enseguida se entusiasmó con tener su propio programa. Fue en contra de las opiniones de los amigos que lo creían loco y tras repetidas visitas al «disc jockey» surgió la posibilidad de hacer un programa de música vieja. Temas que a pesar de su corta edad el novel conductor dominaba, por ser el menor de seis hermanos y por el hecho de crecer en una casa en donde se escuchaba música durante todo el día. Así contaba con los discos de Los Beatles, de Cat Stevens, Village People y tantos otros.

De ese modo el joven comenzó en radio, con el programa «Olds Hits». Eran tiempos difíciles, buscaba él mismo los avisadores para poder pagar el espacio «a veces lo lograba, otras no y tenía que pedirle plata a mi padre. Cuando empezó a funcionar el programa no me cobraron más y como conservaba la publicidad empecé a ganar mis primeros pesitos».

En esa época Lecueder combinaba su trabajo con los cursos en la Facultad de Arquitectura, «Les agradezco mucho a mis profesores de arquitectura que siempre me alentaron a que me dedicara a la radio».

La idea de una fiesta distinta

Lecueder continuó en Radio Panamericana hasta el 24 de agosto de 1977. Luego trasladó su programa de «oldies» a Radiomundo. Desde allí, coronados por el éxito halló una buena razón para celebrar y para ello nada mejor que hacerlo con una fiesta del programa. Quiso hacer una noche distinta, alquilar un boliche y pasar durante toda la velada música vieja. El problema surgió al comprobar que los locales bailables no estaban a su disposición ni los viernes, ni los sábados.

No había entonces muchas opciones, la única posibilidad era un feriado así que calendario en mano, eligió el 24 de agosto y la denominó La Noche de la Nostalgia. La coincidencia de fechas entre la fiesta y el día en que Pablo dejó Panamericana, tuvo alguna relación en ese momento pero ya no la conserva. Lo que sí conserva es una frase que decía en los tiempos del programa y todavía repite: «Recordar es lindo, pero con música mucho mejor».

«La elección de ese día dio la posibilidad de que con el tiempo se hiciera siempre en la misma fecha, por ser un feriado inamovible, cosa que en ese momento ni pensé».

La fiesta resultó un éxito y la intención de repetirla siempre estuvo presente, pero la próxima llegada del verano con un consecuente cambio de programación, la postergó hasta el nuevo año. En 1979 por diferentes razones tampoco se hizo y cuando se pensó seriamente en repetirla faltaba muy poco para el feriado.

«Nos preguntamos para qué buscar otra fecha si podíamos hacerla en la misma, incluso sería más divertida. De ese modo se realizó la segunda edición. De ahí en más decidimos hacerla todos los años en la misma fecha. El éxito radicó en no dejarnos llevar por el exitismo y no quemar una idea que era muy divertida, pero cada tanto tiempo».

Todo tiempo pasado fue mejor

«Contribuyó además el hecho que no había nada de ese estilo en la época, puede ser que en determinado momento en un boliche se pasara música vieja, pero no durante toda la noche, ni con una denominación especial».

La fiesta se extendió a los demás locales bailables, puesto que La Noche de la Nostalgia original agotaba entradas y aquellos que quedaban afuera buscaban algo similar en otro lado. A ese fenómeno Lecueder denomina «el rebote de la nostalgia», cosa que lo obligó a registrar el nombre. Me divierte lo genérico del caso, la gente llama «noche de la nostalgia» a cualquier fiesta que se realice en otro lado, prendió muchísimo el nombre».

Con relación a este éxito se intentaron hacer fiestas con música de antes en otras épocas del año, pero todas ellas fracasaron. «La gente sintonizó que el 24 de agosto era el día para bailar música vieja, otro fecha no funcionaba. Así se convirtió en una costumbre, la gente adoptó la idea y asumió en Uruguay una día para la nostalgia».

«Los uruguayos son nostálgicos, se dice que carnavales eran los de antes y que el fútbol era el del 50, hablamos del pasado; y pienso que se adoptó esa fecha para revivir la música vieja, porque aún se piensa que todo tiempo pasado fue mejor».

Clásico de Zum Zum

Las dos primeras ediciones de la fiesta se realizaron en Ton Ton, al año siguiente en Lancelot y luego en Zum Zum, de donde nunca más se movió.

«Mi idea fue hacerla siempre en Zum Zum, es un lugar al que le tengo un cariño muy especial. Tengo muchos recuerdos de él. Cuando yo me inicié en la radio Daniel Leal era el «disc jockey» del boliche top del momento. Yo iba a bailar los sábados, imaginate lo que era para un chico de 16 años, que invitaba a una chica de la misma edad o menor y lo recibía el dueño, el gerente, el «disc jockey»; me acuerdo cuando venía el Consejo del Niño (hoy Iname) y me escondía atrás de los equipos. Ni bien tuve la posibilidad de adquirirlo no lo dudé».

La evolución

Hoy La Noche de la Nostalgia mantiene una característica desde sus comienzos, no se ingresa si no es en parejas. Esto es inflexible, puesto que así se intenta conservar la tradición de entonces: lo común era ir a bailar en parejas. Lo que cambio es el desarrollo de la fiesta, antes se pasaba música rápida, que luego se enganchaba con una bajada y venían las lentas. Pero para conformar a todos los públicos lo que se hace actualmente en Zum Zum es instalar dos pistas, una con movida y la otra sólo de lentas, de ese modo quedan todos contentos.

Según Lecueder lo que predomina es la gente mayor de 35 años y dice que la selección de la música es una tarea compleja, que junto con la organización de la fiesta demanda tres meses previos de preparativos. «En cuanto a la música queremos tocar todas las épocas, abarcar desde los 60 hasta los temas de hace cinco años atrás. Es difícil porque la fiesta dura seis horas, que no son elásticas y en ese tiempo sólo cabe una determinada cantidad de música. Hay cosas que no pueden faltar como Los Beatles, la porteñada del 60 y la de Charlie García».

«Para nosotros la fiesta no es un negocio es una tradición y un homenaje al boliche número uno de Uruguay». *

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