La vergonzosa "sanción" de FIFA a los bolivianos

Todo el mundo vio por televisión lo sucedido el 26 de abril en el Estadio Hernando Siles de la ciudad de La Paz, en ocasión del partido que disputaron por las eliminatorias Bolivia y Colombia. Ante la anulación de un gol de los locales por un offside bien marcado por el línea peruano Yuri Pineda, desde la tribuna voló una botella de un refresco –llena por otra parte– que impactó en la cabeza del mencionado asistente, dejándolo en el piso desmayado, suspendiéndose el juego por varios minutos y amenazando el juez José Arana, de la misma nacionalidad que su compañero de terna, con suspender el encuentro en ese mismo momento. A todo eso, ante protestas reiteradas, el árbitro decretó la expulsión de Erwin «Platini» Sánchez, medida que no aceptó el mencionado jugador boliviano, que reaccionó pegándole un cabezazo criminal en pleno rostro al director de lance. Las dos irregularidades quedaron claramente documentadas en los testimonios televisivos, aguardándose desde ese instante severas penas para el escenario paceño y el futbolista que juega desde hace tiempo en el fútbol portugués.

Sin embargo, para sorpresa de todo el mundo futbolístico, la semana pasada se dieron a conocer las «severas» sanciones aplicadas: 20.000 dólares de multa para el estadio y un partido de suspensión para Sánchez, que es lo mismo que no darle nada porque automáticamente le correspondía estar una fecha al margen por su expulsión.

Es algo tan ridículo e indignante que cuesta encontrar las palabras para calificar la determinación adoptada. Después de esto asistiremos al vale todo, al juego libre parar que se desaten las presiones en forma incontrolada. Lejos quedó aquella ejemplarizante medida adoptada por FIFA en el Mundial de 1994, cuando penó severamente al italiano Tassotti y al futbolista brasileño Leonardo, por haber agredido al español Luis Enrique y al uruguayo nacionalizado estadounidense Tab Ramos, respectivamente.

Si por agredir a un juez dan un partido, seguramente por un puntapié alevoso le corresponderán al infractor un beso y un diploma. Mejor se guardan esa banderita amarilla que llevan unos chicos entrando a la cancha delante de los equipos simbolizando al Fair Play y la cambian por la de los piratas. Total, si Henry Morgan es un poroto al lado de los corsarios acutales.

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