LOS PARCIALES SILBARON E INSULTARON A MATOSAS, DIRIGENTES Y JUGADORES

La hinchada pidió que se fueran todos menos Castillo

La hinchada mirasol vivió un partido particular, con cánticos que tuvieron como destinatarios a Gustavo Matosas, jugadores y dirigentes. En la segunda parte, desde la Tribuna Amsterdam bajó el tradicional canto: «Que se vayan todos, que no quede ni uno solo». Pero en la segunda mitad, y tras una destacada actuación de Castillo, los hinchas mostraron su ingenio al cambiar la canción por la siguiente: «Que, se vayan todos, que Castillo quede solo».

 

El repertorio de cánticos de la parcialidad mirasol incluyó una ovación a Gregorio Pérez (tal cual ocurrió en el compromiso frente a Defensor Sporting) y un pedido a Matosas para que vuelva a dirigir Danubio.

 

Cuando Progreso se encontraba dos goles arriba un canto sorprendió a los presentes: desde la Amsterdam bajó un pedido a los jugadores de que «Dejen los bailes», seguido por insultos. Pero en el punto más caliente del encuentro, se escuchó en forma de canto una especie de amenaza hacia los jugadores. La hinchada entonó lo siguiente: «El domingo que viene tenés que ganar, el domingo que viene tenés que ganar, si no ganan, que quilombo se va a armar».

El mismo hace referencia al próximo encuentro carbonero, el clásico ante el tradicional rival. Vale aclarar que el mismo no se disputará el próximo domingo sino el 25 de noviembre.

 

En cuanto a los jugadores más silbados, Leonardo Fabio Moreno no tuvo competencia. Los insultos y agravios hacia el colombiano comenzaron a los diez minutos de juego. El podio lo completaron Audu Mohammed y Antonio Pacheco cuando se retiró sustituido.

 

Respecto a los dirigentes, en la Tribuna Olímpica se observaron varias banderas mostrando un profundo desacuerdo con su desempeño.

 

Tras la dura derrota ante Progreso quedó en duda la continuidad de Gustavo Matosas. El entrenador descartó la posibilidad de su renuncia, pero habría consejeros que manejarían en la próxima reunión de Directiva la posibilidad de cesarlo. Igualmente la importancia del próximo encuentro carbonero (el clásico ante Nacional) le daría al entrenador la posibilidad de continuar. En caso de no obtener un resultado positivo, se cerraría su ciclo en la institución.

 

Más allá de que los presentes se hicieron sentir, fue muy poco el público que asistió al Centenario. La barra que habitualmente se ubica en el centro de la Amsterdam volvió a estar ausente en señal de protesta. En el hueco que dejó se pudo observar un bombo al revés, también con intención de mostrar la disconformidad reinante.

 

Mario Saralegui seguramente vivió un partido especial. El entrenador de los gauchos del Pantanoso enfrentó a su ex equipo como jugador; en él también supo cumplir funciones de entrenador. Similar situación seguramente vivió Rúben Paz (ayudante de campo).

 

Maximiliano Bajter pudo cumplir su retorno tras la operación en la rodilla que lo marginó durante varios meses. El «Pipi» ingresó a los 72 minutos por Antonio Pacheco luego de la lesión que sufrió en enero en el amistoso ante la Selección de San José disputado en el Casto Martínez Laguarda.

 

El juvenil Bruno Barreto tuvo la posibilidad de debutar en la Primera División carbonera. El volante no desentonó pero no pudo cumplir su debut soñado. Alexander Díaz, zaguero que se manejó que iba a ser titular, finalmente no tuvo la chance de jugar.

 

Gustavo Matosas no pudo contar con Federico Pérez (quien ante Defensor Sporting recibió su quinta amarilla) y dejó afuera a Marcelo Méndez y Matías Manrique para preservarlos para el compromiso clásico ya que tienen cuatro amonestaciones. Los tres estarán presentes el próximo 25 de noviembre ante los tricolores.

 

Jorge Ramírez festejó su tanto de forma particular. El delantero palermitano primera se escondió detrás de los carteles junto a Mathías Riquero y luego imitó el tradicional festejo de Richard Morales. *

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