Lugano y Baldi ayer presentaron "Mi mundial"

Con la presencia de muchísimos niños, que le dieron un marco diferente y por cierto muy especial, ayer fue presentado en el Salón Azul de la Intendencia Municipal de Montevideo, el libro «Mi mundial» escrito por el futbolista Daniel Baldi. La novedad fue que el prólogo del mismo, fue escrito por el capitán de la Selección uruguaya, Diego Lugano, que no quiso perderse la oportunidad de estar con su amigo, más allá de estar entrenando con la Selección uruguaya. Para el capitán celeste esto no es nuevo porque en un libro anterior perteneciente a la saga Mi Botella de Alfaguara Infantil, del propio Baldo, Lugano ya había escrito un prólogo. En este caso ambos se comprometieron con un sueño, llegar a jugar un Mundial, que germinó por separado cuando corrían siendo niños detrás de una pelota en su pueblos natales, pero que luego ya como profesionales defendiendo a Plaza Colonia ese sueño se hacía más palpable y más cercano. El destino quiso luego que Lugano tuviera la oportunidad de crecer futbolísticamente y brillar en lugares estelares del concierto mundial; paralelamente Baldi creció como escritor, aún jugando profesionalmente (precisamente acaba de lograr el ascenso a Primera División con Bella Vista), hasta desembocar en este producto, un libro que cuenta la historia de un personaje, Tito Torres, con sus mismos sueños, llegar a un Mundial pasando por las vicisitudes de cualquier muchacho que elige jugar al fútbol.

Lugano sostiene que escribir el prólogo del libro de su amigo «me deja muy orgulloso porque veo que Daniel ha crecido como escritor. Estando en Plaza Colonia, el tenía el sueño de escribir libros y hoy sus libros están circulando por toda Primaria y eso es un logro tan importante como ser campeón del Mundo. Me pone muy feliz y además confieso que no sabía que tuviera tanta repercusión y eso me pone muy contento porque recién empieza y seguramente va a seguir creciendo».

Para Daniel Baldi la temática de sus libros «es la realidad. Lugano ha tenido la suerte de triunfar, y todos vemos a Lugano como un referente y me parece bárbaro pero el fútbol tiene sus sombras, jugadores que no llegan, el lo explica muy bien en el prólogo y un poco el libro es basado en los Luganos, pero también en los otros que no son Luganos, porque no llegaron, se quedaron en el camino y entonces qué mejor que la figura del capitán para hacer llegar el mensaje a todos estos niños que realmente me emociona verlos acá y además me impresiona que conozcan mis obras más de lo que yo las conozco y me eriza la piel cada vez que esto sucede».

A juicio de Baldi, «esto es abrir cabecitas, comenzás a insertarte en la vida de cada niño que es el futuro de esta sociedad, y que bueno, sepan que no es fácil ser jugador de fútbol, hay que luchar mucho para poder llegar como lo hizo Lugano».

Para el capitán celeste «su» Mundial, lo vive «con la expectativa y creo que con el sueño, que me imagino, por el que Daniel escribió este libro. La cuestión es dar todo lo que uno tiene dentro de la cancha y Daniel lo da no sólo dentro de la cancha porque aún es futbolista, sino también ­y lo demuestra­, escribiendo. Creo que son cosas muy paralelas que se pueden comparar y uno tomar ejemplo del otro es lo que estamos jugando».

El entusiasmo desbordante de los chicos por momentos hacía difícil poder ordenar la situación, ya que una vez que atendieron a los medios volvieron a firmar libros y por más que se insistía por parte de los organizadores (editorial) en que Baldi y Lugano no firmaban otra cosa que no fuera libros, igualmente aparecieron banderines, papeles y muchos cuadernos.