Llegó con gran ruido, pero se fue en silencio

Finalmente el argentino Santiago Solari rescindió el contrato ayer y se marchó de los carboneros casi en silencio, sin el «ruido» que tuvo al llegar y la expectativa que despertó entre los hinchas así como en la dirigencia carbonera.

Es que el «Indiecito» pisó Uruguay y fue recibido como una estrella, un jugador de elevado nivel futbolístico y tras los partidos, el público se encontró con un jugador lento, con escaso fútbol, con esporádicas muestras de su calidad e irresoluto por completo cada vez que le tocó entrar.

Nunca se ganó el cariño del público y tampoco contó con la confianza del entrenador en colocarlo como titular y terminó muchas veces dejando el campo sin el respaldo de la gente, lo que es importante para cualquier jugador.

Recordemos que Solari jugó relativamente poco para la valía que tenía y para los antecedentes con los que contaba y que lo llevaron en el anterior período de pases, a sacudir el «mercado» local junto al «muñeco» Gallardo en Nacional. Cuando Aguirre llegó, se dijo que cabía la posibilidad de que alguno de los jugadores argentinos se fuera, porque no se adecuaba al juego que pretende «la Fiera», y el «Indiecito» era uno de los que estaba con un pie afuera. Sin embargo, se decidió a esperar que corriera el tiempo, surgió una posibilidad de que se fuera al fútbol peruano, lo que aún está sin resolución, pero eso acrecentó las posibilidades de dejar Peñarol. Lo cierto es que finalmente llegó a un acuerdo con los dirigentes y ayer el experimentado volante argentino se reunió con gente de la institución carbonera, y tras una charla muy respetuosa por ambas partes, se decidió rescindir el contrato de común acuerdo.