Argentina debe implementar reformas para reducir el gasto

La mala nota, según explicó el economista Arturo Porzecanski, tiene un claro motivo: «El gobierno del presidente Fernando De la Rúa se enfoca tanto en el corto plazo que no tiene una visión del mediano y largo plazo. Ahí es donde creo que el gobierno podría fallar».

Desde que asumió el 10 de diciembre, De la Rúa se puso en marcha para reducir el abultado déficit público argentino y cerrar un acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La estrategia apuntaba a recuperar la confianza de los inversores internacionales, que durante el año pasado más de una vez le dieron la espalda al país debido a la fuerte recesión económica, de la que aún no logra salir.

En el plano fiscal, el gobierno se propuso reducir el déficit público este año a 4.700 millones de dólares, de los alarmantes 7.095 millones o 2,4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de 1999.

Este objetivo es el principal compromiso que el país adquirió con el FMI para acceder a un préstamo de 7.200 millones de dólares a tres años, que el organismo le concedió en marzo.

Pero, según Porzecanski, Wall Street quiere algo más que las cuentas fiscales en forma para apostar por Argentina. «Nadie va a comprar un bono a 10 años o a 20 años porque Argentina está cumpliendo hoy o en los próximos tres meses un programa de austeridad. Tienen que tener un horizonte de 10 o 20 años», destacó.

Según Porzecanski, Argentina debe implementar un paquete de reformas que le permitan hacer más eficiente el gasto público, lo que permitiría mejoras en varios sectores críticos, como la educación, la salud y la seguridad pública. «Sobre esos temas hay que avanzar no sólo para impresionar a los inversores sino también para bajar el costo argentino y hacer un salto en la eficiencia y productividad», añadió.

Según el analista, esta semana debería haber sido una gran oportunidad para que De la Rúa anunciara un plan de reformas, al haberse fortalecido tras la victoria del candidato de su partido (la Alianza, formada por la UCR y el Frepaso) en los comicios para alcalde de Buenos Aires del domingo pasado.

Pero sólo dio a conocer un aumento en las cuotas mensuales que las empresas pagan por el impuesto a las rentas y anunció también que éste comenzaría a regir para los intereses de los plazos fijos bancarios.

«Los aumentos de impuestos son un caso donde la urgencia del cortoplacismo socava el objetivo del mediano y largo plazo», resaltó Porzecanski.

Los mercados internacionales le tomaron examen a Argentina por última vez a principios de este año, cuando pudo colocar gran cantidad de bonos con éxito. Desde entonces «Wall Street sólo se mira el ombligo buscando respuestas sobre la economía estadounidense y la corrección del Nasdaq. Pero, de aquí a un mes, dos meses o tres meses, la mirada del mercado va a volver a Argentina y va a querer empezar a ver qué pasó desde febrero», señaló Porzecanski.

«Para ese entonces lo lindo sería mostrar que efectivamente algo pasó en el país, porque Argentina precisa poder endeudarse sin tener que pagar un costo exorbitante», añadió.

Argentina es una gran tomadora de fondos en los mercados de capitales ya que su régimen cambiario –la convertibilidad con el dólar– le impide emitir moneda para cubrir su déficit fiscal.

Tan sólo este año, el programa financiero del país llega a los 14.300 millones de dólares y esto incluye la emisión de títulos en el mercado doméstico y en el internacional.